el patio de Monipodio es un espacio imaginario/real de un figón medieval, donde se mezclan izas, bandidos, atracadores, rabizas y personal de variado pelaje, que han hecho del mal vivir la guía de actuación en este jodido valle de lágrimas y que imaginará el sabio Miguel de Cervantes. También el mundillo de la comunicación atraviesa aguas procelosas donde chocan intereses mediáticos, políticos y judiciales. Mentiras, chivatazos, fuentes espurias, periodistas osados, profesionales untados por la corrupción y mordida, se mezclan en permanente agitación en un patio digital, que hace de la mentira veloz especie que alimenta disputas, peleas y ataques entre personajes de actualidad, mezclada con las filtraciones de Villarejo, amiguito de todos y protegido de poderosos dueños en otros tiempos. Un exdirector de periódico importante denuncia en un libro recién publicado, la corrupción periodística, los mecanismos de manipulación de las fuerzas ocultas de esta sociedad desnortada, que siente las traiciones del periodismo y la consecuente falta de confianza y credibilidad. Y todo ello en medio de una desatada y desaforada pelea electoral, que se desayuna todos los días con tuits, declaraciones, rectificaciones y propagandas que terminan agitando y hastiando al ciudadano, en campaña aún sin comenzar legalmente y una Junta Electoral Central en plan Don Tancredo soportando desmanes y desafueros. Cloacas, corruptelas, periodismo de batalla, desajustes profesionales con informaciones manchadas, desajustadas y perversas, que se convierten en munición para la pelea entre tirios y troyanos disputándose el poder bajo el lema “el fin de conquistar el poder justifica el uso de todo tipo de medios”: mentiras, inventos y patrañas mostradas a velocidad de crucero en un continuo rifirrafe en los medios, campo de batalla electoral.