Pamplona - Álvaro Adot, doctor en Historia por la Universidad del País Vasco, ha sido el autor de la traducción de la carta del francés clásico al castellano.

¿Cuál es la importancia de esta carta?

-Esta carta, escrita el 25 de enero de 1617, es muy importante porque la envía la máxima autoridad de Navarra (Baja Navarra), el virrey Pierre de l’Hostal al lugarteniente del rey en Navarra y Bearne, Jacques de la Force. El interés radica en que se trata de una queja en toda regla, aunque él lo llama lamento, sobre el proyecto de unión de Navarra y Bearne a Francia. Ese año ya existía un primer texto sobre esa unión, que él debía conocer, y se queja sobre el mismo a través de una carta cuyo objetivo es su difusión, de ahí que esté impresa. En esta misiva se queja de que lo que se pretende realmente con la unión es la eliminación de la Baja Navarra como reino pasando a ser una mera provincia.

Una queja que se torna en defensa en unos términos que pocas veces habíamos leído y que sorprenden por su dureza, con frases auténticamente demoledoras.

-Exacto. Lo interesante de esta carta es que se trata de un texto muy duro, directo y con unas frases que hoy en día a muchos les harían llevarse las manos a la cabeza. Lo dice bien claro, de una manera elegante, pero criticando incluso al rey (de Francia), comentando, primero, que desde la propia monarquía se quiere a anular a Navarra en un momento histórico en el que todos, incluso los Papas, quieren acumular coronas en sus títulos, mientras que Francia lo que intenta es eliminarlas y quedarse solo con una. Pero lo que más nos interesa es la impresión que ya tiene él, como alguien que conoce el funcionamiento de la política de la época, de que el propósito que se tiene es el de eliminar a Navarra en tanto que reino.

La carta está dirigida a Jacques de la Force, ¿entendiendo que esta figura, como máxima autoridad del Bearne, también está en contra de esa unión con Francia?

-Eso es algo que está todavía por estudiar, pero leyendo tanto a de L’Hostal como a otros historiadores del derecho francés, sí que da la sensación de que La Force tampoco está por la labor de la unión. Lo que sucede es que La Force no puede hacer nada de manera abierta porque él si que corre peligro, además que tiene un conflicto personal con un noble navarro, Gramont. Sí que hay que apuntar que L’Hostal ya había escrito varias cosas antes defendiendo la intervención armada de Enrique III de Navarra y IV de Francia en España para recuperar la Alta Navarra (la Navarra que había conquistado Fernando el Católico). L’Hostal lo que busca, en definitiva, es la unión de los dos territorios navarros.

Dada la importancia de este documento, y lo que cuenta, además de que se trata, de momento, de una copia única, ¿sería interesante que el Gobierno de Navarra pujara por este documento?

-Sería muy interesante que el Gobierno de Navarra hiciera lo posible por hacerse con esta carta para tenerla en el Archivo, acompañada de la traducción, para que la gente supiera las cosas y pudiera consultarla. Además, es un momento muy bueno porque el año que viene se cumplen los 400 años de la unión de Navarra y Bearne y Francia, que finalmente tuvo lugar en 1620, con la entrada de las tropas francesas en Pau. También conviene apuntar sobre el edicto que formalizó dicha unión, que no hubo solamente uno. Me explicó, en 1617 ya existía uno, como he comentado, pero no llegó a publicarse ni a ponerse en práctica, de forma que tuvo que elaborarse otro en 1620. Lo que no sabemos, y sería muy interesante estudiarlo, y que en ese estudio intervinieran los técnicos del Gobierno, es ver sí el contenido del primero y el segundo dicen lo mismo o no. Esto es algo que se puede hacer porque el primero ya lo publicó Galán. En cualquier caso, también existen otros textos de L’Hostal que se conservan en la Biblioteca Nacional de Francia en los que aboga por la defensa de Navarra.

¿Por qué no se aplicó ese primer edicto en 1617?

-En Navarra, probablemente, porque en 1617 había una fuerte oposición a esa unión. Y en el Bearne, porque el edicto, con la unión, anulaba completamente al sector hugonote, que era el que mandaba.