pamplona - El escritor vizcaíno afincado en Arbizu Jon Arretxe acaba de publicar en castellano la nueva peripecia de su personaje más emblemático, Mahamoud Touré, que en No digas nada (Erein) se aleja de los últimos problemas que le surgieron en el barrio San Francisco de Bilbao para instalarse por un tiempo en el Pirineo navarro.

Aunque durante mucho tiempo se resistió a hacerlo, el autor de Basauri ha optado por pasar al rural noir, siquiera por una novela, para narrar la nueva aventura del burkinés. En este caso, Touré se ha largado de Bilbao harto de humillaciones y de ser utilizado por la Policía. Es más, el nuevo supervisor de las cámaras de la Pequeña África de San Francisco se da cuenta de que, por mucho que repasa y repasa las imágenes del último mes, el detective-vidente se ha esfumado. Tampoco sus amigos, Sa Kené, Osmán y Xihab, saben dónde se encuentra, solo que necesitaba irse. Él, por su parte, ha recalado en Orbe, un pequeño pueblo imaginario del Pirineo de Navarra. Como señala el propio escritor, esta localidad es “puede tener algo de Zugarramurdi o de Bidankoze. Es pequeño, aislado, lleno de personajes locos, maniáticos y envidiososAllí le espera Adama, antiguo compañero de fatigas desde que ambos fueran los únicos supervivientes de la patera que les trajo a Europa.

Con un oficio más que añadir a la larga lista de empleos que ha tenido en los últimos años, Touré se dedica a cuidar ovejas y cree que durante un tiempo vivirá tranquilo. Se equivoca. Pronto se verá envuelvo a una serie de vicisitudes estrambóticas e incluso estará a punto de perder la vida intentando resolver un caso en el que no debería haberse involucrado. Ingenio y humor se vuelven a dar cita en la narración de Jon Arretxe, que vuelve a poner sobre la mesa cuestiones relacionadas con las dificultades de los migrantes para ser aceptados en otras latitudes. - D.N.