Donostia - Raquel Yurrita nació en Mutriku en una familia de músicos. Desde pequeña cantaba música country y recibió formación clásica de piano. Realizó sus estudios de derecho y cursó un máster en Dirección y Administración de Empresas, pero la música le llamaba demasiado. Así, dejó su trabajo y se sumergió totalmente en su pasión, lo que ha dado como fruto su primer álbum de americana roots: Naked on the first date.

¿Cómo comenzó en el mundo de la música?

-El primer contacto lo tuve con siete años, con el solfeo y el piano en Mutriku. Mi primera profesora fue Inés Landeras, que era maravillosa. A los 17 años llegué hasta octavo de piano en el conservatorio y luego me dediqué a otras cosas. Pero siempre he estado cantando. De pequeña organizaba el show de la película Grease con las amigas del colegio. Siempre he estado rodeada de música, mi padre tocaba la guitarra y el piano de oído, mi hermano era batería de Delirium Tremens... en mi familia siempre ha gustado la música un montón.

¿Dónde encuentra la inspiración para sus canciones?

-Me inspiro en cosas que me pasan y en cosas que me gustaría que hubiera. Sobre todo creo que faltan canciones sobre el empoderamiento de las mujeres. Estoy horrorizada con las letras del reggaeton. Creo que el Defensor del Menor debería actuar porque hay niños de cinco años que están repitiendo la canción Dame tu cosita, y eso es una vergüenza. Para el cine existe una calificación por edades de entre siete y 18 años. Pero para las canciones que se están oyendo con ese tipo de contenido, hay barra libre. Me parece una vergüenza.

¿Cuál es su momento ideal para escribir las canciones?

-Pues pillo lo que puedo. Normalmente a las mañanas siempre me viene bien. Yo soy una mujer de día y me gusta un montón escribir a las mañanas con la luz. De hecho, me suelo ir a la playa y me llevo mi cuadernito. También suelo escribir cuando tengo una idea. A veces, estoy tomando un café y escribo cosas en el móvil. Generalmente, lo primero que hago es escribir la letra.

Su estilo es una mezcla de country blues y gospel. ¿Por qué se decantó por este tipo de música?

-Me salió un poco de casualidad. No soy nada buena nombrando estilos. Yo les solía comentar a mis músicos a ver qué les parecía el estilo de cada canción, pero al final todos los acordes llegaban siempre a un mismo sitio. Yo creo que ha sido que he oído mucha música americana.

De hecho, este álbum ha sido producido en EEUU.

-Sí, yo quería que el sonido fuera muy americano porque quería tener una audiencia internacional. De hecho, en Spotify aparece que parte de mi mercado es americano. Pero sorprendentemente, me escuchan en Suecia, Holanda y Alemania. De todo el mundo, el sitio en el que más me escuchan es en Madrid y luego en Donostia, por mis amigos. Es muy interesante ver quién es tu público. He sacado el disco el 30 de junio y tengo 1.800 seguidores en Spotify. La edad de la gente que me escucha, sobre todo, es la de 45 en adelante.

No cualquiera produce con Dave Darling.-No, eso fue un chollo porque era mi primera opción. Tenía una profesora de Los Ángeles porque estuve allí un año, y ella me decía que mi voz a veces le recordaba a la de Janiva Magness. A mí eso se me quedó en la mente y me puse a escuchar una tema de ella que le había producido Dave, el que le ha hecho los últimos seis discos. La canción era I want to cry y estuve enamorada de la canción, del sonido y de todo. Entonces me dije: Yo voy a arrancar haciendo un disco por todo lo alto, porque si no, nadie me va a escuchar. Puse en mi lista a Dave Darling y le contacté por Facebook. Le mandé las canciones y le dije que quería un feedback claro de todo: de mis canciones, de la voz, del grupo... y me contestó al día siguiente que le había encantado..., yo no podía con la emoción. Se vino en Navidades a grabar y grabamos aquí batería, bajo, piano y algunas guitarras. En Los Ángeles grabamos el pedal steel, que es una guitarra horizontal muy de country y el dobro, que es otra guitarra típica de ese estilo. Las voces y los coros los hicimos en quince días.

La gran vocalista de blues Janiva Magness colabora en una canción. ¿Le aporta prestigio al álbum?

-Yo creo que sí, porque Janiva en América es la mujer más considerada dentro del blues. De hecho, es la única diva que tiene el premio BB King, el máximo premio del blues. Yo tuve la suerte de quedar con ella, le enseñé mis canciones, y le gustaron muchísimo. Después se prestó para cantar conmigo la canción y me hizo los coros. Entre las mujeres hay mucho compañerismo, aunque se diga que tenemos mala relación entre nosotras, pero es mentira.

¿De dónde viene el título de su primer álbum?

-Estábamos practicando la canción Help me from above, que va por trozos y en cada verso vas cogiendo más fuerza. Empecé con el primer verso con todo lo que da la máquina porque no había cantado muchas veces esa canción. Era muy nueva, de este año, y no la había practicado. Dave me dijo: Bueno, tranquila, y yo le respondí: Sí, sí, no me voy a desnudar en la primera cita -I’m not gonna get naked on the first date- en inglés. Estaba la mujer de Dave con nosotros y dijo que ese era un buen título para el disco, y así lo decidí.

¿Cuál dirías que es tu canción favorita?

-No lo sé, le suelo preguntar a mi marido. Cada una tiene una función. Help me from above es muy especial para mí porque se la dediqué a mi padre. Pero, por ejemplo I’m determined es también muy importante para mí porque fue la primera que escribí. Dice que el plan de vida de cada uno es único y que no nos sirven las soluciones de los demás para arreglar nuestros problemas y ser felices. I will do it again también me gusta mucho porque es la que más ritmo tiene y lleva un mensaje pro mujer: de que no nos tienen que tratar de menos, que no nos tienen que pagar de menos, que no tenemos que tener miedo a denunciar los abusos y que tenemos que luchar por lo que creemos, aunque los demás digan que no vamos a tener éxito. Cada canción tiene su mensaje.

¿Diría que es un disco dedicado a las mujeres?

-Muchas canciones sí. A Dave le dije que Used to be, que no la he escrito yo, quería que hablara de la amistad entre mujeres, de lo importante que es y de lo que duele cuando pierdes a una gran amiga: porque te has enfadado, porque se ha puesto celosa o por miles de cosas. Había canciones sobre la pérdida de amor, la pérdida de la pareja, pero no había sobre la pérdida de amistad entre mujeres, con lo bonito que es envejecer con una amiga. Es un mensaje para todos, para que aprovechemos la vida, para que valoremos lo que tenemos y que les saquemos la parte positiva a las dificultades.

¿Cree que se puede vivir de la música?

-Está muy difícil. Ahora con el streaming la gente no quiere comprar discos prácticamente. Si no compras discos para pagar la inversión que has hecho, ¿cómo la recuperas? Por eso hay gente ya que no hace grandes inversiones en los discos. Los grandes grupos siguen dando conciertos en grandes estadios, pero los pequeños bares también hacen una labor importantísima. Igual son hasta más importantes que los grandes festivales, que todo es necesario, pero yo soy muy defensora del pequeño bar que hace un sacrificio y fomenta la música local. Yo creo que, por ejemplo, en Donostia, el Altxerri se merece una estatua. Y también hay que apoyar las salas como el Dabadaba -donde actuará el próximo 2 de agosto- y fomentar que hagan conciertos y no ponerles trabas.

¿Ha supuesto un gran presupuesto producir este disco?

-Yo me he gastado mucho dinero. Lo quería hacer muy bien y quería contratar al mejor productor y a mis músicos también había que pagarles porque son muy buenos. Me he tenido que ir a Los Ángeles y todo, pero creo que es la única forma en la que yo lo podía hacer. Si no, me iba a quedar a medias y a mí no me gusta quedarme a medias. O lo hago o no lo hago, y si lo hago es al 100%.

¿Suele dar muchos conciertos?

-No, estoy empezando ahora. He dado algunos, pero muchos ayuntamientos no se han tirado a la piscina con el country. Luego la gente lo oye en el bar y ponen la aplicación Shazam para saber qué canción es. Creo que a la gente le va a gustar mucho más el disco de lo que algunos se creen. Lo que pasa es que tiene que haber algún medio para que lo puedan escuchar.

¿Son buenas las redes sociales para darse a conocer?

-Sí, las redes sociales están muy bien para contactar, pero creo que se ha perdido un poco la perspectiva. Algún manager me ha dicho que si no tengo más de 15.000 seguidores en redes sociales no soy importante. Yo creo que primero hay que escuchar el disco y ver si está bien. Ahora parece que la forma prevalece sobre el fondo. La imagen siempre ha sido importante y el producto también, pero ahora casi parece que estamos perdiendo la visión del producto. Lo importante es que la música sea buena. La categoría de un artista no se mide por el número de seguidores que tiene en las redes sociales, sino por la música que hace.

¿Qué espera de su carrera musical?

-Yo espero hacer el 100% por promover este disco. Lo presento el 2 de agosto en Dabadaba. El seis de septiembre tengo un concierto en Valencia en la sala Black Note, el 28 de septiembre en el Kafe Antzokia en Bilbao, el 11 de octubre en Iruñea en Subsuelo, y el 20 de diciembre tengo otro concierto en Tabakalera. También espero hacer alguna actuación en Madrid en medio. Y para el año que viene espero ofrecer más conciertos.