El artista navarro Juan Carlos Pikabea ha vuelto a abrir su casa Irisarri de Lesaka para mostrar su exposición de verano, una cita ineludible de la época estival. Lleva con esta tradición desde el año 2000 y cada año busca una nueva mirada al paisaje navarro, centro neurálgico habitual en el trabajo de Pikabea. En esta ocasión, el pintor muestra un total de 40 obras de diferentes formatos, entre las cuales 18 son de nueva creación. Roncesvalles, Pamplona, Baztan, Malerreka o Bidasoa componen sus paisajes, entre los que se hallan dos retratos, algo con lo que se encuentra “muy cómodo”. Como siempre, su amplia paleta de colores es una de sus señas de identidad, y es que, tal y como afirma el propio artista, “con el arte hay que encender los colores que tienes dentro”.

Para esta exposición, que permanecerá abierta hasta el día 31 de este mes en horario de tardes, Pikabea señala que se ha permitido “experimentar y probar cosas nuevas”, ya que en el arte “hay que reciclarse y seguir buscando nuevas fórmulas que, a poder ser, no sean una repetición de trabajos anteriores”, aunque confiesa que esto no siempre es posible. Así, cada vez se pueden ver más cuadros de gran formato en su casa de Lesaka. “En los cuadros pequeños los problemas son pequeños y en este sentido son más sencillos, pero los cuadros de gran formato te permiten mostrar un resultado muy espectacular y jugar con una amplísima paleta de colores, así como jugar con las pinceladas”, destaca.

En cuanto a los retratos, el artista señala que uno de ellos lo ha llevado hacia la abstracción. “Empecé hace tres años con los retratos, aunque ya había pintado antes figuras, y lo hice porque siempre hay que tener el valor de reinventarse y lo cierto es que me siento muy cómodo pintándolos”, afirma, para añadir que prefiere “los retratos a personas conocidas, porque te permiten más libertad que un encargo”. El camino hacia la abstracción, apunta, responde a una necesidad de tratar “más la paleta de colores. Al final, como digo siempre, son los colores los que transmiten una sensación y el retrato también se puede llevar al terreno del color y conseguir algo incluso más bello que un cuadro que se asemeje muchísimo a la realidad”, agrega.

Selectivo con los temas

Más calidad y menos cantidad

El artista afirma que cada vez es “más selectivo a la hora de abordar un tema” y que prima “la calidad a la cantidad. Cuando llevas muchos años pintando has pintado muchos rincones y muchos paisajes. De toda una exposición, siempre hay cuadros que atraen más al público y un mismo pintor sabe cuál es el cuadro que puede gustar más”, dice, para añadir: “Ya no afronto una exposición con el compromiso de hacer un número determinado de obras, sino que aunque sean menos, sean grandiosas”. Y esto, puntualiza, “lo podrá entender cualquier persona que se dedique a un arte determinado”.

Para Pikabea, hay quizás dos cuadros que podría decir que son las grandes obras de su exposición, “ya que son los que más han gustado a todo el público que se ha acercado a la exposición”. Uno de ellos es una panorámica de Biarritz y el otro es un tema de la catedral de Pamplona. “También hay una serie de cuadros de toda la costa vasca que son del año pasado y que gustan mucho”, sostiene.

Pikabea, que afirma estar “muy satisfecho” con esta muestra en la que cree que se aprecia esa reinvención de la que habla, echará el cierre de la exposición en su casa de Lesaka el próximo día 31, tras lo cual continuará con los talleres de pintura para personas de todas las edades.