pamplona - Observar “como a través de una mirilla” a un grupo de adolescentes que comparten noche, bebida, besos, música, amor, desamor... Y se enfrentan a uno de los momentos decisivos de su vida, el de la toma de decisiones que lo cambiarán todo, y no siempre para mejor, por eso el instante da vértigo. Es lo que propone la compañía La Tristura en Future Lovers, que llega hoy, a las 20.00 horas, al Teatro Gayarre.

Fundada por la tafallesa Itsaso Arana, el valenciano Celso Giménez y la segoviana Violeta Gil, La Tristura acostumbra a trabajar a partir de algo concreto, en este caso la edad de la adolescencia, y “de una intuición” que les dice que tirando de ese hilo encontrarán algo interesante. Y que los temas aparentemente pequeños, íntimos, se convierten en grandes, en universales y en políticos, no en vano abordan cuestiones actuales y urgentes. Así iniciaron el proceso de este montaje que ha recibido excelentes críticas por su capacidad de “plasmar la mirada de la gente joven desde la propia gente joven”, destacó ayer la directora del Gayarre, Grego Navarro, para quien Future lovers es un ejemplo claro de que el teatro “es esa herramienta poderosa en la que podemos hablar de lo que sentimos y de lo que pensamos”. “Este es un proyecto inusual y muy emotivo”, añadió.

Estrenado en 2018 en los Teatros del Canal de Madrid, el proyecto comenzó un par de años antes, cuando la compañía realizó un taller y un laboratorio de los que salieron los componentes del reparto. Entonces tenían entre 16 y 17 años y ahora ya 18 y 19, y ninguno poseía experiencia escénica previa. “De hecho, alguno traía ese discurso de que el teatro de que es algo viejo y aburrido”, contó ayer Celso Giménez, creador de la obra junto con Arana y Gil. Ahora, varios de ellos estudian Arte Dramático o cuando menos las vivencias experimentadas con esta propuesta les ha alterado la vida y no saben muy bien cuál será su siguiente paso. Y es que, como señala Giménez, “hacia dónde sigues viviendo si conectas con lo que más te importa”. No hay que olvidar, agregó Violeta Gil, que estamos “ante una generación -los nacidos en torno a 2001- que por un lado tiene todas las potencialidades y siente puede hacer cualquier cosa, pero, por otro, le ha tocado vivir unas cuantas crisis y ha aprendido que seguramente las cosas no irán bien”.

¿somos tan diferentes? La idea inicial era “trabajar alrededor de esa edad tan frágil”, poniendo a los actores y a las actrices a vivir sobre el escenario. “La sensación que queremos transmitir al público desde el principio de la obra es que está teniendo acceso a un trozo de la vida de estos adolescentes”, indicó Giménez . “Y ellos -los intérpretes-, aunque son conscientes de que están siendo observados, son capaces de mantener la normalidad y la naturalidad”, apuntó Gil, que destacó la relación “bonita” que ha establecido todo el equipo con este trabajo. “Ellos nos han enseñado muchas cosas, hemos generado escenas a partir de conversaciones que hemos tenido, y creo que nosotros también les hemos dado herramientas para expresar cosas que sentían, pero que no acababan de identificar”, coincidió su compañero.

Ambos componentes de La Tristura subrayaron, asimismo, que pese a que en Future Lovers hay una búsqueda de un lenguaje escénico contemporáneo, no es tanto un montaje conceptual como emocional “y para todos los públicos”. “Cualquiera puede ver la obra pensando en cómo fue su juventud y encontrando las diferencias y las similitudes con las personas que ve en el escenario”. Porque, a pesar de la irrupción de la tecnología, en el fondo, esta historia refleja que no somos tan distintos. “Esta es una noche en la vida de un grupo de adolescentes en la que hay amor, desamor, baile, alcohol, declaraciones políticas...”, lo que seguro que traerá recuerdos a los espectadores.

fuera estereotipos La situación puede parecer tópica, una noche, música y amigos, pero más bien funciona “como una forma que ayuda a todo el mundo a entrar en la historia”. A partir de ahí “poco a poco vamos profundizando y cada personaje se mostrará como es”; tanto es así, “que al final sientes que incluso hablan de otra manera, como si hubieras entrado en su intimidad”, contó Celso Giménez. “Al principio teníamos algunas ideas preconcebidas, pero hablando con ellos fuimos cambiándolas, en el fondo, todos sabemos lo que es querer amar y ser amados”, y en eso consiste en este montaje teatral en el que “los jóvenes que han venido a verlo nos han dicho que se reconocen”, y lo mismo les ha sucedido con el público adulto, al que se le permite volver a vivir una noche de aquellos años siquiera por un instante.

La obra. Future Lovers.

La función. Esta tarde, a las 20.00 horas, en el Teatro Gayarre.

Creación. Celso Giménez, con asesoría escénica y dramatúrgica de Itsaso Arana y Violeta Gil.

En escena. Pablo Díaz, Manuel Egozkue, Gonzalo Herrero, Itziar Manero, Siro Ouro y Sara Toledo.

La historia. Es una noche de verano a las afueras de una gran ciudad en la que un grupo de amigos nacidos en torno al año 2001, quizá en el paso del instituto a la universidad, ha quedado para beber, bailar, hablar, besarse...

La intención. Con Future Lovers, La Tristura se asoma a una generación, ya postmillennial, “a la que le ha tocado vivir en este nuevo mundo hiperestimulado y tecnológico que está cambiando la manera de relacionarnos, de comunciarnos, de tocarnos, de amarnos”. Además, la compañía quiere acercarse a esa edad que “marca nuestro carácter y nuestro destino”, e invita a los observadores -espectadores- a preguntarse cuáles eran sus expectativas, si las cumplieron y si estaban equivocados entonces o lo están ahora.