Bajo el lema Jaiak bai, borroka ere bai o lo que es lo mismo, Fiesta sí, lucha también, Lágrimas de Sangre es ya referente en la escena del rap estatal. Su anterior trabajo, Viridarquía, fue un golpe en la mesa con el que reunieron a casi 10.000 personas en salas y llenazos en festis como el Viña Rock. Unas cifras y un crecimiento que al grupo del Maresme (Catalunya) les ha hecho sentir Vértigo según cuenta Jordi AKA Still ill, uno de sus componentes. Y así se titula su último disco.

-Después de editar Si uno no se rinde (2015) y Viridarquía (2016), y entendido este Vértigo como un espejo del sentir de la banda, ¿es vuestro disco más introspectivo?

-Totalmente. En el rap se hace mucho lo de hablar de ti mismo y tal, pero nosotros tampoco lo teníamos muy por la mano eso. Hemos tocado de todo, pero siempre nos centrábamos mucho en política o en temas muy sociales, y en este caso, aparte de que también están los temas que tocamos siempre, también hemos dado un espacio para hablar de nosotros y de lo que significa el proyecto.

-A diferencia del disco anterior, cuyo sonido era muy orgánico, en este tercer trabajo encontramos una vuelta de tuerca al sonido, muy palpable ya desde Si alguna vez nos fuimos , el tema que abre Vértigo . ¿Era una evolución premeditada?

-Sí, en este disco quisimos recuperar el sonido más original, más raper. Viridarquía nos quedó muy musical y muy orgánico y nos gusta, pero nos encontrábamos con que mucha gente no nos ubicaba dentro del mundo del rap. Siempre nos ha costado e incluso cuando vamos a festivales como el Viña Rock nos han situado en el escenario de reggae, en el de mestizaje... Pero queríamos reivindicarnos como grupo de rap, que es lo que somos.

-¿De ahí la rima de "si alguna vez nos fuimos: hemos vuelto"?

-Va por ahí, pero también es un poco... A ver, a finales de 2017 nos encontramos con unas difamaciones sobre nosotros en internet y eso nos hizo reflexionar mucho sobre qué era el proyecto, ver cómo había crecido y la sensación de que la gente hable de ti sin conocerte, que se pueda inventar cualquier mierda sobre ti, volcarla en internet y que con las redes todo se magnifique y se vuelva muy loco. Eso obviamente contribuye a la sensación de vértigo y tuvimos que tomarnos un tiempo de reflexión sobre si queríamos seguir para delante con esto o que.

-Esas difamaciones -acusación de agresión sexual ya desmentida- eran lo opuesto a la filosofía del grupo, ¿os planteasteis dejar el proyecto?

-Fue duro porque siempre hemos apoyado la lucha feminista y nos encontramos con que, de repente, se nos señalaba como enemigos de un colectivo del que estamos a favor completamente. Hemos puesto una querella y hemos iniciado un proceso judicial, pero llegamos a pensar en que si el grupo se acaba y tenemos que disolverlo, que sea por cosa nuestra. Nos hizo daño, hubo un tiempo de reflexión... Y si hubiera sido verdad, ya lo hubiéramos dejado.

-Yendo a Vértigo , en sus letras nos encontramos de frente con la censura y la ley Mordaza , la deforestación de los bosques, la burbuja capitalista, el turismo masivo... Y ahora, en plena resaca electoral, ¿no es que tengamos un pie en el precipicio, como decís, sino ya casi los dos?

-Sí, es que a nivel social qué te voy a contar, además hoy día justo postelectoral la entrevista se hizo el lunes pasado, ver cómo está creciendo el fascismo Aunque en verdad, hice la lectura de que los fascistas ya estaban, pero en partidos diferentes y ahora se han sacado las caretas y no les importa ya que la gente lo sepa. La prensa también les hace la promo En ese sentido, estamos bastante mal, pero tampoco creo que estemos mucho peor de cómo estábamos. Y aquí, en Barcelona, estamos en medio de un proceso de lucha de un pueblo que se quiere emancipar y que sólo recibe humillaciones y sólo recibe represión y con la gente saliendo a las calles, cortando carreteras y protestando de la manera más legítima que hay. Ya veremos cómo acaba todo esto, pero lo que está claro es que la gente está harta y está cansada, incluso viendo el índice de participación. La gente ha dejado de confiar en partidos y en las cosas que ve por la tele y sale a la calle a buscarse su futuro.

-Si bien una canción no va a cambiar el mundo, ¿LDS es consciente de que al menos sí puede hacer reflexionar y cuida el qué y el cómo?

-Total. Nosotros no nos proponemos adoctrinar ni educar a nadie, pero sí es verdad por ejemplo que yo, desde mi experiencia personal, me politicé bastante cuando era chaval y escuchaba la música de grupos que en ese momento me hablaban un poco de política sin que yo lo supiera exactamente. Y a partir de ahí a lo mejor sí que empecé a formarme, luego ya más tarde a militar... Todas esas cosas van sumando y son pequeños granitos de arena, y si cada uno pone el suyo, nunca sabes quién prende la chispa. En nuestro caso también lo que buscamos es decirlo de una manera que no sentencie mucho, que dé qué pensar y no sea repite lo que digo. Nuestro mensaje más global es piensa por ti mismo y haz lo que tú creas, pero no porque te lo diga un político, porque lo hayas leído en Twitter o incluso porque lo diga el líder de tu asamblea. Hazlo porque tú lo crees así y reflexiónalo unas cuantas veces.

-Valtonyc, Adala, Miguel Noguera, Vito... Son varias las colaboraciones en Vértigo , pero barriendo para casa, ¿por qué Kutxi Romero?

-Aparte de que siempre hemos mezclado el rap con el reggae y rock, también nos gusta que otros artistas que le den su toque y en el caso de Kutxi Romero es mágico. Él es un ídolo para nosotros desde bien pequeños y es una de las personas que nos ha hecho escribir y adorar la poesía que nos hicieron odiar en el colegio. Es un honor trabajar con una persona como él. En las colaboraciones siempre intentamos trabajar con gente cercana, que puedan venirse al local, y en el caso de Kutxi no pudo ser porque está lejos y no le conocemos y tal, pero es un placer tener una voz como la suya en nuestra canción y en nuestro disco.