madrid - La novela La fiesta del chivo, publicada por Mario Vargas Llosa en 2000, es “un discurso de recuerdo y dolor” que en la versión teatral que protagoniza Juan Echanove y dirige Carlos Saura atisba desde “una zona intermedia” en la “cruel y malvada” personalidad del dictador Trujillo.

Vargas Llosa, según Saura y Echanove, vio hace una semana un ensayo de la obra, cuyo estreno absoluto es el 22 en el Teatro Infanta Isabel, y está “encantado” y “entusiasmado” con esta “maravilla” de adaptación, que firma Natalio Grueso.

En la novela se narran, en una mezcla de ficción y datos históricos, los últimos días de quien fue dictador de República Dominicana durante 30 años hasta que le asesinaron en 1961; la confabulación para acabar con él y el recuerdo de una mujer, 35 años después, de cómo “el Chivo” la violó con 14 años con su padre de “mediador” de ese “sacrificio bíblico”.

“Un dictador es un ser humano que ha elegido el camino maligno. Franco hizo muchos pantanos y obras públicas pero era un dictador, no digo que fuera de crueldad infinita como Trujillo, pero se creía como otros como Hitler o Mussolini salvador de la patria, un dios y como dioses quieren que se les recuerde con cruces o con lo que sea”, dijo Saura

“Interpretar a dictadores es un placer”, aseguró Echanove sobre su personaje, que ha comparado con Hamlet o Ricardo III: “El peligro es identificar humanidad con bondad. Es una mala persona pero es un ser humano y no hay que dulcificarle”. - Efe