pamplona - La localidad guipuzcoana de Mutriku acoge desde el lunes 17 de febrero el rodaje de la película Ilargi Guztiak. Todas las lunas, del cineasta vasco Igor Legarreta. Se trata de un relato fantástico que narra el viaje hacia la luz emprendido por una niña huérfana para recuperar su muerte.

El segundo largo de Legarreta (Cuando dejes de quererme, 2017) se filmará durante siete semanas en distintas localizaciones de Gipuzkoa (Mutriku, Gaintza, Zizurkil), Bizkaia (Orozko) y Navarra (Erratzu, Urbasa, Aldatz y embalses de Leurtza). La versión original de rodaje será en euskera. Escrita junto al guionista Jon Sagalá, Ilargi Guztiak. Todas las lunas cuenta con un elenco protagonizado por Haizea Carneros, de 12 años, en su primer trabajo interpretativo. Le acompañan Josean Bengoetxea Itziar Ituño, Lier Quesada, Zorion Eguileor y la navarra Elena Uriz. El equipo técnico cuenta con cuatro ganadores de un Goya por Handia (2017): Laurent Dufreche en el montaje; el pamplonés Mikel Serrano en la dirección de arte; Pascal Gaigne en la música, y en Drama FX esta vez estará Mariano García. Además, Imanol Nabea es el director de fotografía; Alazne Ameztoy (Goya por La trinchera infinita, es la responsable del sonido; Leire Orella, la figurinista; Lola López e Itziar Arrieta, jefas de maquillaje y peluquería (Goya por El orfanato, 2007), y Juanma Nogales y Ana Rubio son los encargados de los efectos visuales.

Ilargi Guztiak. Todas las lunas es una producción de Arcadia Motion Pictures, Kowalski Films, Pris&Batty Films e Ilargia Films, en coproducción con Noodles Production (Francia). Cuenta con la participación de EiTB y RTVE y la financiación del ICAA, el Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa. Filmax la distribuirá en España y en el mundo.

en palabras del director Durante los estertores de la última guerra carlista, una niña es rescatada de un orfanato por una mujer que vive en el bosque. Malherida, la pequeña creerá ver en ella a un ángel que ha venido a buscarla para llevársela al cielo? Pero descubrirá que le ha donado la vida eterna a cambio de su compañía. Bajo su nueva condición, tendrá que vivir el doloroso paso del tiempo encerrada en su niñez, hasta conocer a Cándido, un hombre humilde que le acogerá en su casa como si fuera propia hija. Igor Legarreta define la película como “un épico viaje hacia la luz. Un viaje desde el umbral de la muerte, allí donde el dolor ante la pérdida alimenta la esperanza de una vida mejor, hasta la renovadora claridad del día y la asunción de que la eternidad, de existir, está en el presente”.