espierta la imaginación, mejora la expresión y la concentración, desarrolla la creatividad, ayuda a evadirse€ Todas estas virtudes tiene la lectura en la infancia. Y muchas más. Seguramente quienes adquieran este hábito siendo niñas y niños tendrán siempre un verbo aliado al que acudir cuando todo, como estos días, sea raro y a veces difícil. Mayores y pequeños encontramos en el acto de leer un refugio y una forma de viajar a otros mundos cuando este no nos gusta en exceso o nos genera demasiadas incertidumbres.

Hablando de certezas, o de falta de ellas, está claro que si desde lo que se conoce como la edad adulta machacamos a hijos, sobrinos y nietos con que hay que leer, es bastante posible que consigamos el efecto contrario. Así que, aprovechando, además, que mañana es el Día del Libro, qué mejor que contar con la opinión de uno de los grupos que más está sufriendo este confinamiento para animar a sus semejantes a sumergirse entre las páginas.

Como Marco García Chocarro, de 9 años y estudiante de 3º de Primaria. "Me gusta leer porque es como entrar en el mundo del libro que estás leyendo y me gusta entrar en otros mundos", cuenta. Y apunta algunos de sus libros favoritos, como la colección de Agus y los monstruos, "porque me encanta la fantasía". Esta serie de novelas gráficas está escrita, precisamente, por padre e hija, Jaume Copons y Liliana Fortuny, con títulos como La canción del parque, Salvemos el Nautilus e incluso otro que se titula ¡Virus! Marco también menciona un clásico, lo tebeos de Mortadelo y Filemón, del genial Francisco Ibáñez. Le gustan sus aventuras "porque son muy graciosas y me divierto mucho con ellos".

Su hermana, Chloe García Chocarro, de 6 años (3º Infantil), comenta que su madre le lee sus cuentos favoritos, "que son los de princesas", y ella leer "libros escritos con letra mayúscula como El fantasma Faustino", de Ana Fernández Buñuel y Mari Carmen Rodríguez Jordana, "que al final tiene juegos y ejercicios". Ambos, Marco y Chloe, están llevando bien la cuarentena, dicen sus padres. Seguro que la lectura esté ayudando.

Iraitz Fonteriz Murugarren, de 11 años, es aficionado a la colección Los Futbolísimos, de Roberto Santiago. Ahora está leyendo El misterio de las 101 calaveras. Estas historias mezclan fútbol y misterio, siempre en clave de humor, y están protagonizadas por un grupo de chicas y chicos de 11 años, compañeros de colegio, que practican este deporte en el Soto Alto Fútbol Club. Y han hecho el pacto de ser amigos siempre y jugar juntos al fútbol, ocurra lo que ocurra. "Son libros muy interesantes, de misterio y encima sobre fútbol, que es el deporte que más me gusta y al que juego", dice Iraitz.

Su hermana, Irune Fonteriz Murugarren, de 9 años, acaba de leer The Crazy Haacks y el espejo mágico. Últimamente el mercado se ha llenado de libros de niños youtubers, como es este caso. Concretamente, esta serie cuenta las andanzas de los hermanos Mateo, Hugo y Daniela Haack, que tienen un exitoso canal en la citada red. A Irune este volumen le ha gustado mucho "porque son mis youtubers favoritos" y porque "tenía un título que me intrigaba". Ella también es fan de todo el universo relacionado con Harry Potter.

Unai Iriguibel Zaragüeta, que acaba de cumplir 14 años, recomienda Desconocidos, de David Lozano. "Te mantiene entretenido y no descubres toda la historia hasta el desenlace. Vas atando cabos y toda la lectura se hace muy interesante". A Unai le gusta leer "porque te enseña muchas cosas nuevas, te lo pasas bien y también es una manera de aprovechar el tiempo en estos momentos". Se refiere a la cuarentena, durante la cual está aprovechando, precisamente, para leer, ver la tele "y estudiar, porque nos están mandando bastante tarea", aunque las horas también dan para jugar a la Play. La verdad es que no se le está haciendo muy duro, ya que "en casa hay cosas interesantes que hacer y creo que se puede aguantar bastante bien".

También tienen dosis de misterio y de aventuras los libros de Amulet, de Kazu Kibuishi, a los que se ha aficionado Asier Larumbe Equísoain, de 11 años. La calidad y espectacularidad de los dibujos y el interés de las tramas de estas novelas gráficas, que también juegan con la fantasía, los convierten, sin duda, en un gran atractivo para aquellos niños a los que les ha costado dar con la tecla de la lectura, pero se han enganchado a ella a través de este género que tan buenos productos está sacando en los últimos años. A Asier le ha servido tanto que ahora se ha puesto el reto de leer al menos veinte libros al año y ya lleva más de 12. En el caso de Amulet, "me gustan sus historias de misterio, aunque reconozco que a veces dan también un poco de miedo". Y, aunque los dibujos son "geniales", no los escoge solo por eso, sino sobre todo porque la trama es rápida y "te atrapa". Además, en los últimos tiempos también se ha animado a sacar de la biblioteca cómics de Tintín y de Astérix, grandes clásicos. Confiesa su madre que estos últimos le encantan y que nunca hasta ahora le había oído reírse tanto en el sofá. Los múltiples beneficios de la lectura.

Por su parte, su hermano, Iker Larumbe Equísoain, de 8 años, está haciendo la colección de Lechuza Detective, de Álvaro Núñez, Alberto Díaz y Miguel Can. La protagonista es Carla Ventura, una niña detective a la que le vuelven loca las galletas de chocolate. Iker dice que son "muy entretenidos". "Tienen dibujos divertidos y Carla siempre vive muchas aventuras. Su familia y sus amigos están un poco locos, me río mucho con ellos".

A Adriana y Mario Vaquero Medina, olitejos 100%, como dice su padre, también les gusta pasar un buen rato leyendo. Mario, de 12 años, es muy aficionado a la colección de El Diario de Greg y ya ha leído varios. Si tuviera que quedarse con uno, "el que más me ha gustado es Volando voy. Adriana, de 9, opta por Bat Pat, sobre todo por el volumen dedicado a El monstruo de las cloacas, porque "resuelven casos de misterio, de monstruos", y al final, el héroe y el villano "se hacen amigos con los chicos de la cuadrilla". Y destaca un detalla más, y es que le gusta mucho "el tipo de letra de los capítulos".

Después de atender a estos testimonios, queda claro que los libros son un bien de primera necesidad y que tener uno a mano ayuda a pasar esta época extraña de la que se escribirán miles de páginas.

Está demostrado que la lectura mejora la expresión, despierta la imaginación, desarrolla la creatividad y ayuda a evadirse