- Aunque sus planes no incluían volver al estudio en un tiempo largo, la banda Izal decidió movilizar sus recursos para grabar y publicar una nueva canción en un encierro que, en su opinión, está teniendo cosas buenas "como aprender a valorar lo que tenemos", incluida la cultura. "Es un bien de primera necesidad. ¿Cómo pasaríamos estos días sin algo que llevarnos al cerebro? Sería de volvernos locos. Por eso le diría al Gobierno que no dé por hecho que siempre habrá creadores por amor al arte. Si se pierde la cultura como profesión a tiempo completo, esta sufrirá muchísimo", advierte a Efe el vocalista del grupo, Mikel Izal (Pamplona, 1982).

Él y el resto de esta formación nacida hace una década en Madrid quisieron proveer su propia ración de alimento espiritual a la sociedad confinada, primero mediante actuaciones y, después, regalándole "algo diferente": la grabación de un tema inédito.

Recordaron entonces la existencia de La buena sombra, una canción escrita hacía tiempo a la que se podía modificar ligeramente la letra "para adaptarla a las emociones de estos días", pero manteniendo su mensaje: que "cualquier experiencia negativa aporta algo positivo".

"Ahora se viven cosas buenas, como la solidaridad. Hay un montón de gente arrimando el hombro y siendo más humana que nunca. También nos está enseñando a valorar lo que tenemos. Hay muchas cosas que damos por hecho al vivir en una sociedad desarrollada, pero lo de nacer en España ha sido pura suerte y ahora comprendemos que basta un bichito para ponerlo todo patas arriba", señala Izal. A partir de la maqueta más eléctrica que este tenía ya grabada, hicieron falta unos 10 días para materializarla en un proceso "costoso" de intercambio de ideas en el que tuvieron que adaptarse a las limitaciones que la situación imponía, por ejemplo, que el batería Alejandro Jordá no tenía su instrumento en casa. "Lo vimos claro, teníamos que trabajar esa canción, pero grabarla de la mejor manera posible, no hacer un acústico o algo que sonara casero, sino algo que pudiera ir en un disco", destaca antes de atribuir gran parte del mérito a su productor habitual, Santos Berrocal.

La buena sombra llega en medio de un torrente de composiciones que toman tierra en esta crisis desatada por el coronavirus, lo que podría hacer pensar que el confinamiento esté ejerciendo de catalizador creativo para numerosos artistas. "En mi caso se han combinado que tengo un montón de tiempo, el aburrimiento y el sentir muchas cosas nuevas e intensas. Pero no estoy componiendo nada nuevo en estos días, solo grabando temas que ya tenía, dibujando más que escribiendo, leyendo y hablando con la familia y amigos más que nunca", precisa este músico criado en Álava.