ueva cita en el Km Zero Musik Fest, esta vez a cargo de Kai Etxániz. Tocado con un sombrero y en un formato reducido (dos guitarras acústicas y percusión), pero que a las primeras de cambio ya se reveló como el más apropiado para espolvorear detalles, sutilezas y arreglos de auténtica orfebrería sobre sus canciones. Con las primeras levantó una muralla de autoestima y esperanza, de días por estrenar, de segundas oportunidades, de bolas extra en partidas por ganar y de imposibles que se consiguen por pura inconsciencia.

Después de saludar al público que disfrutaba la actuación desde sus casas, siguió con la misma línea épica con Inmortal, una canción necesaria porque, según dijo, “nadie tiene que estar escondiéndose de nadie ni por orientación ni por identidad sexual, ni por raza, ni por clase social...”. La canción es, sin duda, todo un alegato en favor del respeto y la libertad individual, algo que, precisamente en estos días en que las calles de Estados Unidos arden por los cuatro costados, parece más necesario que nunca. Ojalá todas las protestas fuesen tan hermosas y pacíficas como una canción, y ojalá llegue un día en que este tipo de protestas no sean necesarias. El arte, como siempre, va por delante de la sociedad y marca el camino.

Estrenaron un tema nuevo (tan nuevo que todavía no lo han grabado, según dijeron al presentarlo). Se trataba de una pieza íntima en la que la voz de Kai estuvo lujosamente acompañada por los coros de sus dos instrumentistas, algo que sucedió a lo largo de toda la velada. Continuaron las reivindicaciones, en esta ocasión en favor de los refugiados, en Cuéntale al hambre (“bajo la lluvia todos somos igual de pequeños”). Le siguió Camaleón, el tema que acaba de publicar y cuyo vídeo puede verse en su canal de YouTube, y Te me prometo, sobre una pedida de mano a la antigua usanza. Para la siguiente, Alicia y María, sus dos acompañantes, se sentaron en un sofá en la parte trasera del escenario para que Kai la interpretase a solas, pero regresaron para hacer juntos El escalofrío. Y tras despedirse, como si de un bis se tratara, la optimista Una vida, un nuevo chute de energía positiva, asertividad y confianza en uno mismo. Como novedad, en esta ocasión, nada más terminar la actuación, Fernando Fernández Garayoa, tan querido en esta casa (y, en general, en todo el mundo de la cultura navarra), realizó una entrevista sobre el mismo escenario. En ella, repasaron el brillante pasado de Etxániz (aparte de sus propios temas, ha compuesto para artistas de la talla de Malú, Ana Torroja o Sergio Dalma), su presente y su futuro, en el que, según adelantó, no esperará a tener una colección de canciones en forma de disco, sino que irá publicando singles conforme los vaya creando. Son los nuevos tiempos, aunque lo esencial, que sigue siendo la música, afortunadamente no ha cambiado. La de Kai Etxániz sigue funcionando en el formato más básico, y esa es la prueba de que le sobra calidad.

Fecha: 05/06/2020. Lugar: Baluarte. Incidencias: Kai Etxániz actuó junto a María Antúnez (guitarra) y Alicia Arguiñano (percusión).