- El Museo de Navarra ha recibido siete donaciones, entre las que destaca un fragmento de pintura gótica procedente de la catedral de Pamplona, realizada por Juan Oliver, así como el boceto de la escultura monumental ElEncierro, del artista Rafael Huerta.

De este conjunto de obras entregadas al Museo, de gran interés artístico y cultural, cabe destacar que cinco proceden de particulares y otras dos más han sido facilitadas por sendos artistas.

El encierro es una pieza hecha en bronce patinado firmada y fechada por Rafael Huerta en 1990. El artista ha querido que este bien, “que plasma su idea completa del encierro y que sirvió de modelo para la obra a gran escala que se alza en Avenida de Roncesvalles de Pamplona/Iruña, sea custodiada en el Museo de Navarra”, explicaron los responsables del centro.

En cuanto a la escultura ofrecida por el artista navarro Jesús Alberto Eslava, se trata de un trabajo en madera reciclada, concretamente con un palé de pino. Fue creada en el marco del proyecto El arte ennoblece a los pobres materiales, desarrollado a lo largo del año 2020.

“El objetivo del proyecto era llamar la atención desde la creación artística de la necesidad de desarrollar, como sociedad, una voluntad ecológica. De este modo, a través de la imaginación creativa se rescata y recupera materiales desechables destinados a la basura, convirtiéndolos en una obra de arte”, concluyenron los responsables de custodiar todo este material artístico.

Entre las donaciones realizadas por particulares cabe destacar un fragmento de pintura gótica (fechada en 1330) de Juan Oliver, procedente del refectorio de la catedral de Pamplona. Esta obra, que representa al Profeta Ezequiel, es de gran interés cultural y museográfico. Se trata de un segundo arranque de la figura del profeta y se va a incorporar a la sala 1.9 que se encuentra actualmente en proceso de renovación. En esta ubicación ya se exhibía el frontal de La Pasión de Cristo de Juan Oliver, arrancado y trasladado a lienzo. Esta operación fue realizado los hermanos Gudiol Ricart, en el año 1944.

El resto de las donaciones consiste en un relieve hecho en bronce en 1927, una colección de monedas españolas, una moneda ibérica y un contramolde original, de las gárgolas de bronce de la Colegiata de Santa María de Berlanga de Duero.

También hay una donación de una colección de monedas españolas, que está integrada por 518 piezas. De éstas, 155 fueron fabricadas en plata, 30 en oro y 33 más son de diferentes aleaciones. Las piezas abarcan, cronológicamente, desde el Gobierno Provisional de 1870 hasta 2001, que han estado en circulación. Junto a ellas, se puede contemplar una Medalla Carlos III, 45 monedas conmemorativas y ocho Ecus.

En el apartado numismático hay que destacar también una Moneda Ibérica, del siglo II a.C. de la ceca de Arsaos, que en su día fue un taller de acuñado de moneda prerromano de los siglos II y I a. C. y emitió tres series, primero con módulos ibéricos y después romanos, cuyos tipos se corresponden con el denario, el as, el semis, y el cuadrante.

Otra de las obras entregadas es el contramolde original donado por el escultor navarro Alfredo Sada en 1987.