l 8 de enero de 1996, fallecía alguien tan importante como Carmen Conde, la primera mujer de la RAE. ¡Sorpresa! Poetisa, dramaturga y docente natural de Cartagena, leyó su discurso de acceso a la Real Academia de la Lengua en 1979 y formó parte de la Generación del 27, recibiendo galardones tan importantes como el Nacional de Poesía (1967); el Ateneo de Sevilla, por la novela Soy la madre (1980); y el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, éste con la ayuda de Canciones de nana y desvelo en 1987. La RAE admitiría a Isidra de Guzmán como académica honoraria pero la figura de la cartagenera luce el detalle de primera mujer destinada a formar parte real de la Academia después de dicha cita.

Por otro lado, Carmen Conde sería considerada como una de las poetisas más influyentes de la citada Generación del 27, pues cuenta con un buen número de obras de diferente estilo y orientación, en forma de cuento, de poema o de pieza teatral, algo, ¡cómo no!, deslucido por las desconsideradas crónicas y costumbres de la época. Carmen Conde, una inspiración para generaciones venideras. Para miembros de la RAE como Carlos García Gual, quien acaba de recibir el Premio Alfonso Reyes, galardón mexicano con el que también cuentan Jorge Luis Borges y Octavio Paz y valora la interesante labor divulgadora del autor de Los orígenes de la novela (1972), que ahora ve publicado en Ariel otro libro: Voces de largos ecos. Invitación a leer a los clásicos.

No obstante, el primer mes de 1921 es también el del nacimiento de dos autores populares en verdad y de ello, se cumple ahora un siglo. Friedrich Dürrenmatt y Leonardo Sciascia son esos dos creadores y el primero de ellos, dramaturgo suizo en lengua alemana, basó la esencia de su obra en la inquietud generada por el militarismo y el capitalismo salvaje, algunas de las pesadillas presentes en piezas teatrales como La visita de la vieja dama (1956), en narraciones como El juez y el verdugo (anterior, de 1950) y La promesa (1958), ejemplos de novela policíaca en la que Dürrenmatt llegaría a destacar.

Los diferentes sellos del Grupo Planeta han presentado buena parte de esa obra y lo siguen haciendo en nuestros días; Sciascia, por su parte, comenzaría su andadura literaria en el mundo de la poesía pero sus libros más importantes (o, al menos, los más populares) fueron novelas como El día de la lechuza (1961) y A cada uno lo suyo (1966). Sciascia, el valiente siciliano, quien también escribiera relatos bien diferentes, como El caso Moro (1978) o El caballero y la muerte, conjunto de reflexiones acerca de la experiencia final del ser humano, de 1988 en italiano (Il cavaliere e la morte) y al año siguiente en castellano. Libros, todos ellos, escritos por quien terminaría siendo considerado como una de las voces italianas más destacadas en la denuncia de la corrupción política y la violencia de todo tipo.

¿Corrupción? ¿Violencia? Leer a estos y otros autores y autoras del pasado, puede ayudarnos a entender el presente. El equívoco presente, ya en 2021.