"Paciencia, nos dijeron, es el tiempo de la democracia, no del feminismo. Han pasado 44 años". Sobre esta frase se erige el montaje teatral Españolas, Franco ha muerto, una producción de LaZona y el Teatro Español que llega este viernes, día 19, a las 19.00 horas al Gayarre.

Se trata de una propuesta escrita por Ruth Sánchez y Jessica Belda, interpretada por Manuela Rodríguez, Natalie Pinot y la propia Belda y dirigida por Verónica Forqué. La obra recoge "la voz silenciada de las protagonistas, anónimas o no, que participaron en las luchas contra la dictadura y por nuestra libertad. Es un grito documentado de esa parte del relato que se empeñan en no incluir en lo que nos cuentan sobre la historia. Es una reconstrucción de esa historia que a nosotras también nos pertenece. Es, sobre todo, una obra feminista, es decir, una obra para todos", afirman las autoras.

Aquellas cuyo nombre ya no es recordado "contarán a modo de documento la historia silenciada de las mujeres en la Transición". Su memoria enlaza con episodios que ilustran otras vidas de aquella época. Desde la muerte de Franco hasta 1985, "pondremos el foco en aquellos aspectos que afectaron directamente a las mujeres y que aún hoy permanecen en el olvido", indican Ruth Sánchez y Jessica Belda.

Españolas, Franco ha muerto surge como la continuación lógica de la obra, La Sección (mujeres en el fascismo español), en la que se ponía en escena el marco político de y para las mujeres de los años del franquismo. Ahora, las autoras exploran cuál fue la historia de las mujeres durante la Transición "para llegar a un relato en el que también se nos incluya a nosotras, para entender los derechos que se consiguieron y aquellos lugares de la legislación vigente que aún parecen obviarnos". Y, según comentan, "para entender que la invisibilización siguió más allá de la dictadura haciéndonos creer que ya estábamos completamente incluidas. La realidad es que en casi en ningún libro sobre la Transición se dedica más de unas líneas a hablar de nuestra luchas, derechos, conquistas y fracasos".

Documentación

El proceso de creación de la obra ha sido "largo y complicado". "Hay poca información específica sobre el tema, por lo que hemos tenido que acudir a que nos lo contaran directamente las que lucharon por nuestros derechos", cuentan las dramaturgas. Para dar vida al texto "se ha hablado con muchas de las protagonistas y activistas de la época y se ha trabajado mucho para reconstruir sus palabras y los acontecimientos sociales y políticos que han marcado a las mujeres como sujetos políticos".

En Españolas, Franco ha muerto se han ficcionado y sintetizado las entrevistas que las propias autoras hicieron a las mujeres que lucharon por sus derechos y por la democracia en aquella época. "Una voz heterogénea con múltiples matices, pero con el elemento común, siempre, de ser la parte de la historia silenciada, la que no se cuenta, la que no es considerada política y digna de inclusión en los libros que cuentan nuestro pasado y nos enseñan cuáles han sido nuestras luchas".

Historia tragicómica

El resultado es "como una historia tragicómica, como la vida misma", según Sánchez y Belda. Apuntan que "trágica fue la vida de muchas mujeres intentando día a día su emancipación más allá de lo que la nueva legislación les ofrecía, cargando con el peso de un machismo milenario". Cómicos son algunos aspectos de esa misma Transición, cuyas palabras, hechos y argumentos a veces suenan solemnes y a veces parecen un chiste. "Oír cómo hablaban algunos hombres en el propio parlamento de nosotras, nuestros cuerpos y nuestro futuro, es tragicómico".

Esta obra pretende llegar al público uniendo el presente con lo que ahora ya se percibe como pasado, la Transición. Haciendo recuento de lo que falta, "a pesar de que el consenso ha sido y sigue siendo para algunos que las mujeres han conseguido, con la legalidad vigente, todo". "Un consenso que nos dice que lo que falta es una cuestión de tiempo, de normalización, que la igualdad efectiva acabará por llegar. Se nos pidió paciencia, se dijo que era el tiempo de la democracia, no del feminismo. Hoy ya son 44 años después. ¿Es con paciencia como se consiguieron nuestros derechos? ¿Es síntoma de paciencia el actual movimiento 8M? ¿Se grita con paciencia o con falta de ella el 'yo sí la creo'?", interpelan las autoras de Españolas, Franco ha muerto.