Dirección: Lee Daniels. Guión: Suzan-Lori Parks y Lee Daniels (Novela: Johann Hari). Intérpretes: Andra Day, Trevante Rhodes, Natasha Lyonne, Garrett Hedlund, Rob Morgan. País: EEUU. 2021. Duración: 130 minutos.

Cuentan que el desasosiego y la desesperación de Billie Holiday se reencarnó en mujeres como Janis Joplin, Nina Simone y Amy Winehouse. También se afirma que Andra Day ganará el Oscar de este año por encarnarla en un biopic que tiene más de fantasía que de testimonio real, por mucho que lo dirija Lee Daniels. O tal vez sea por eso mismo. Porque lo dirige el oscarizado realizador de Precious (2009) y El mayordomo (2013) es por lo que estamos ante un filme que prefiere moverse en la tibieza. Se dicen muchas cosas pero todas palidecen cuando se deletrea, es decir, cuando se escucha con detenimiento, lo que Billie Holiday cantaba cuando sonaban los acordes de Stranger Fruit, una de las más bellas y desgarradoras canciones del siglo XX. Las primeras estrofas de Stranger Fruit dicen así: "De los árboles del sur cuelga una extraña fruta. Sangre en las hojas, y sangre en las raíces. Cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña". La letra no era de Holiday pero en su garganta más que sonar, quema(ba). Pertenecía a Abel Meeropol, un profesor judío, de raices rusas y afiliado al Partido Comunista de los Estados Unidos. Y fue escrita a bocajarro, bajo la conmoción tras presenciar un linchamiento en el Sur de América. Billie Holiday hizo de ella en los años 40 la piedra angular del origen del movimiento por los derechos civiles. Esos que en EEUU se pisote(ab)an. Entonces los ahorcaban entre risas y fuego, ahora les basta con apretar el cuello con la rodilla. Por eso, Los Estados Unidos contra Billie Holiday se recibe como una película pertinente. Lástima que Lee Daniels se limite a ilustrar la novela de Jahann Hari quien aplica muy diferentes filtros a la hora de poner en valor el por qué y el cómo de algunas cosas que le sucedieron a Holiday. Billie fue doblemente víctima. Por su piel negra y por ser mujer. Si como negra supo entonar Stranger Fruit, como mujer cantaba algo ahora intolerable como My Man. Tuvo penosas experiencias con sus maridos y amantes. Le pegaban, le explotaban, le robaban... y ella cantaba: "No es honesto / Me pega, también / ¿Qué puedo hacer? / Oh, mi hombre, lo quiero tanto". Salía del fuego para meterse en las brasas. De eso va esta película, del naufragio sentimental de Billie Holiday y del acoso paranoico al que fue sometida por el FBI. En esa reconstrucción de una vida radical, heterodoxa e incomprensible, los yonkies no conocen lógica alguna, Lee Daniels se mueve de manera convencional para forjar un filme canónico. Cuanto más oscuros e inexplicados resultan los pliegues que rodearon la vida de Holiday; su infancia abocada a la prostitución, su iniciación en el mundo de las drogas, su adición extrema a la heroína, su errático proceder en su carrera y la extraña e iconoclasta corte de fieles que le rodearon en vida; más epidérmica resulta la incursión de Daniels. Molesta percibir la sospecha de que Daniels busca más el lucimiento de su protagonista, Andra Day, ganadora del Globo de Oro a la mejor actriz, que tratar de comprender a Billie Holiday. Holiday es el recuerdo, Day un doppelgänger sin memoria. Ni siquiera nos dejan su voz. Andre Day sin duda es una excelente cantante, mejor que actriz, pero cuando vean la película, rescaten de youtube (watch?v=-DGY9HvChXk) y saboreen a la auténtica Holiday. Tenía entonces 44 años, iba a morir poco después, su rostro era ceniza; su voz, verdad; esa bofetada de realidad que aquí, en este epopéyico y desquiciado relato, no se persona. Pese a ello, a veces las películas mediocres prestan buenos servicios. El de esta historia tiene un nombre propio, Billie Holiday; un puñado de hermosísimas canciones, un himno emocionante, Stranger Fruit; y una historia por descubrir. La del odio y el racismo, la del machismo y la cobardía que convirtieron la existencia de Billie, en realidad su nombre era Eleanora, Holiday, en un viacrucis. Ella era la víctima absoluta.