Natural y un torrente de vida, como muestra en sus películas, la actriz Anna Castillo (Barcelona 1993) no engaña en el cara a cara. Pese a que muchos la descubrieron con Blog (2010), la barcelonesa llevaba en el mundo del espectáculo desde los 7 años en que debutó con un grupo de música. No tiene una carrera de arte dramático, pero la interpretación es algo que le sale de dentro como se puede observar en su última película La vida era eso (David Martín de los Santos), donde comparte cartel con Petra Martínez (María), en un largometraje que gira en torno al personaje que interpreta, Verónica, y cómo la relación de ambas mujeres cambía la vida de María para siempre. En solo 11 años de carrera Anna Castillo ha rodado 12 películas, diez series y ha participado en varias obras de teatro.

¿Qué relación tiene con su anterior película ‘Viaje al cuarto de una madre’?

-Ninguno en absoluto. Me lo han preguntado bastante pero no hay ninguna relación. Lo único que el director de fotografía es el mismo y puede recordar, pero mi personaje no tiene nada que ver y nunca pensé en Viaje al cuarto de una madre haciendo esta película.

¿Cómo trabajó en el pasado de su personaje, Verónica?

-David y yo trabajamos mucho. A él le gusta mucho pensar en la psicología del personaje, su vida anterior. A mí también porque es lo que más me divierte, toda esa parte de imaginar. Pensamos en Verónica como una chica muy desarraigada, con una madre desaparecida. Una chica alegre, optimista, muy vital, con muchas ganas de vivir pero también con su dolor dentro. Verónica es una mujer que se deja llevar por la vida.

¿Cómo profundiza en los personajes?

-Depende mucho de la dirección y cómo lo quiere abordar el director. Yo sé lo que hago en mi casa, que es un método que nadie me ha enseñado y que quizás no debe estar bien porque yo no tengo una carrera de interpretación con unas herramientas claras. No tengo una gran técnica de guión. Mi método es leerme el guión muchas veces e imaginar. Imaginar, apuntar, escribir, inventarme... tiene más que ver con la parte lúdica de imaginar. Pensar en el personaje, en el guión y cuando piensas, piensas y piensas te vas acercando y entonces hay como un entendimiento.

Se ve buena conexión con Petra Martínez, ¿cómo ha sido la relación con ella?

-Me ha pasado pocas veces estar a disgusto con un compañero. Petra es una mujer espectacular. Es una tía a la que admiro muchísimo. Tiene una energía y una manera de ver el trabajo y de involucrarse, para lo bueno y para lo malo. Me parece increíble y precioso. La admiro mucho y me encanta estar con ella y pasar tiempo con ella. Me gustó mucho trabajar con ella. Una cosa que dice Petra es que no nos conocíamos de nada y de repente nos pusimos a ensayar y parecía que veníamos del mismo sitio. A veces pasa con algunos actores, que conectas enseguida.

En ‘La vida era eso’ se aborda también la deuda que tenemos con las madres

-Más que con las madres, yo creo que es con una generación, o con varias generaciones de mujeres.

¿Ha reconocido la sociedad la labor de estas mujeres y la vida que han dado por la familia?

-No. No se ha reconocido nada de eso. Estas cosas además incomodan, porque te ponen ante un espejo y te das cuenta que has permitido y has favorecido que generaciones de mujeres hayan estado muy oprimidas en todos los sentidos y eso siempre molesta y se justifica. No creo que la sociedad haya reconocido nada. Lo único que podemos hacer es dar voz y contar historias sobre estas generaciones y estas mujeres.

Cuando se narran historias de dos mujeres se pone siempre el sello de ‘feminista’, pero ésta hay que verla y dejarse llevar.

-No es una reivindicación feminista al uso. Esta película habla de temas que, si tú lo ves como una reivindicación es porque lo es, pero no va de eso. La película va de muchos temas, de un viaje, de una mujer mayor que despierta al mundo... Si tu ves la reivindicación es porque algo ha estado mal. No sabría tampoco cómo catalogarla, que genero ponerle. Para mí es una película preciosa. Lo increíble para mi de la historia es cómo dos mujeres, una con muchas ganas de vivir y otra con ganas de no dar más, se cruzan y se contagian de alguna manera. Las ganas de vivir de la una pasa a la otra. Era necesario que pasara eso para que María viajara.

¿Qué significa la palabra ‘eso’, para Anna Castillo, en La vida era eso?

-Para mí, la palabra eso es no dormirte, estar vivo y que te pasen cosas. Estar conectado con lo que sientes. No conformarte, buscar la vida.

Algunas de sus películas son de lo mejor de estos años, ‘Blog’, ‘Adú’, ‘El Olivo’, ‘Viaje al cuarto de una madre’, ¿cómo elige los papeles?

-Tengo la suerte de que me llegan guiones muy buenos, como Girasoles Silvestres de Jaime Rosales. Me llegan guiones muy interesantes y ésa es mi suerte, poder cogerlos. También tengo la suerte de poder rechazar cosas que en este momento preferiría no hacer. No sé si moldeo mi carrera, tengo la suerte de que lo que hago se acerca mucho a mi ideal de lo que quería hacer. Variar mucho, poder hacer Arde Madrid, La Llamada, La vida era eso, cosas muy distintas pero todo tiene que ver con la intuición. Leo un guión y sé si me gusta o no y la primera lectura sé si quiero hacerlo o no, y me dejo llevar mucho por eso.

¿Cómo recuerda su paso por ‘Blog’?

-Con mucho cariño. Me estoy haciendo mayor en muchos aspectos y reconozco a la chica que hizo Blog con 15 años pero la veo muy lejos, entonces cuando veo Blog pienso ‘qué petarda’, pero a la vez lo veo con mucho amor, me divertía mucho y era una adolescente muy feliz. Lo recuerdo como muy divertido.

El público general te descubrió ahí pero ya llevaba tiempo en el espectáculo

-Llevaba tiempo haciendo cosas, pero fue mi primera peli. No tenía ni idea de nada.

¿Qué significó ‘El Olivo’?

-Fue muy importante. Fue la primera vez que alguien confiaba en mi para acarrear una película entera. Eso me ha pasado después dos veces más, no mucho más, pero fue como una apuesta de Iciar Bollaín conmigo. Para mí fue un halago muy grande, más que una responsabilidad, porque Iciar siempre me dio mucha seguridad y cariño y disfruté mucho haciendo El Olivo, me lo pasé muy bien. Le dije ‘algo estoy haciendo mal porque me lo estoy pasando muy bien’ y me dijo ella, ‘no, funciona’. Lo recuerdo con mucho agradecimiento.

No ha repetido con ningún director

-Porque no deben querer, eso debe pasar (se ríe). Si, no he repetido, pero ya lo haré.

¿Sirvió el Goya para decir ‘este es mi camino’?

-Creo que más para el resto que para mí. Yo sabía que me iba a quedar. De alguna manera tenía ya intención de quedarme. Llevaba tiempo currando y la gente me quería, sentía un cariño por mi trabajo. Había hecho La Llamada, Amar es para siempre, que me sentía muy valorada... Sabía que me iba a quedar. Pero es verdad que fue sumarse a la apuesta de Iciar.

¿Ha pensado o recibido ofertas para saltar al extranjero?

-No he tenido ofertas, pero me encantaría. No sé cuál sería mi sitio, todas las ofertas son bienvenidas. Me gustaría vivir experiencias y cosas distintas.

¿Cómo ha sido el rodaje con Jaime Rosales?

-Ha sido muy intenso. Han sido nueve semanas en las que yo estaba todos los días, haciendo de madre de dos niños pequeños que están todo el tiempo conmigo... es una experiencia dura. Estoy contenta con mi trabajo y con la experiencia. Jaime es especial, no es un director al uso, tiene su manera y a nivel de dirección conectamos muy bien y nos entendimos a la hora de que me guiara. Tuvimos que adaptarnos el uno al otro porque somos muy distintos, pero creo que funcionó.

¿Cuál es el futuro?

-No sé qué va a pasar ahora. Tras la cuarentena he rodado cuatro películas en los últimos meses. Tenemos que estrenar cosas, también tengo que vivir para poder seguir currando y no sé qué va a pasar. Me gustaría seguir haciendo proyectos que me interesen y me diviertan.

¿Han sido complicados los rodajes con pandemia?

-Un poco más rollo pero nos adaptamos a todo. Para mi no está siendo nada complicado.

“La apuesta de Icíar en ‘El Olivo’ por mí, fue más un halago muy grande, que una responsabilidad”

“Petra Martínez es una actriz y una mujer espectacular a la que admiro muchísimo”