- El Programa DNA de Danza Contemporánea 2021 presenta este mes dos de sus residencias artísticas y un laboratorio de experimentación que se desarrollarán en diversos espacios culturales de la Comunidad Foral. Se trata de los trabajos Los perros, de la compañía Led Silhouette, en Alsasua-Altsasu; Sonidos del cuerpo. 0 ? LUZ, de Guislaine, en Rifaborada; y En mitad de ninguna parte, de Eva Guerrero, en Estella-Lizarra, un laboratorio de una semana de duración en colaboración con la Red Transfronteriza Atalak.

La primera de las residencias, Los perros, es un proyecto que la compañía Led Silhouette está realizando en el centro cultural Iortia de Alsasua. La estancia comenzó el pasado mes de mayo y continúa de forma intermitente, a lo largo de esta semana hasta el viernes, día 18 de junio. Además, se prolongará durante dos semanas que abarcan del 28 de junio hasta el 2 de julio; y del 2 al 9 de julio.

Led Silhouette es un grupo de danza creado y dirigido por el navarro Martxel Rodríguez (Premio Promoción del Talento Artístico de Navarra 2021) y el madrileño Jon López, con sede en Lesaka. Con su obra, el dúo quiere alcanzar “un estado de resistencia en un contexto de crisis que desestabiliza los cimientos de las relaciones”, según han explicado. “Se trata de una danza pasional que encuentra su sentido en la repetición y la catarsis, bailando hasta la extenuación; dos hombres abrazados recogen las semillas del pasado construyendo el presente para afrontar los miedos del futuro”.

Por su parte, Estella-Lizarra acoge esta semana, hasta el próximo viernes 18, En mitad de ninguna parte, unan propuesta de investigación de la coreógrafa bilbaína Eva Guerrero, en el espacio cultural Los Llanos de la ciudad: “Se trata de un laboratorio de experimentación sobre la búsqueda del espacio que hay entre dos cuerpos”. Está dirigida por Guerrero en colaboración con Garazi López, Idoia Zabaleta y nueve bailarines de la compañía Dantzaz.

El proyecto de Eva Guerrero (Bilbao, 1982), directora de DOOS Colectivo, “explora cuestiones cómo dónde comienza un cuerpo y dónde termina el otro”. En su obra, añaden, “son importantes la percepción y los estímulos, los pequeños gestos que provocan grandes movimientos, así como los contornos y las fronteras; un proceso de búsqueda y experimentación donde lo importante no es el punto de llegada sino el camino. Guerrero ofrecerá por primera vez una muestra al público el próximo jueves, 17 de junio, a las 19.00 horas en el espacio cultural Los Llanos, donde tienen lugar los ensayos. Contará con la explicación y acompañamiento de las propias artistas. La iniciativa se lleva a cabo en colaboración con la red Atalak.

Por último, Ribaforada será escenario del 21 al 30 de junio de la residencia de Guislaine, que desarrollará en el auditorio Juan Ducun su propuesta artística Sonidos del cuerpo. 0 ? LUZ. El proyecto continuará en los meses de julio y septiembre, en el mismo lugar.

“Se trata de una investigación sobre la transformación que la atención centrada durante largo tiempo produce en la percepción sensorial”, han indicado los responsables del proyecto. “Son matices ocultos a la consciencia, captados a través una experiencia pausada e intensa que conecta con la belleza del entorno y del propio cuerpo, provocando un profundo placer y bienestar”. La intención física, a través de la creación de movimiento, “genera una nueva amplificación”, añaden.

Guislaine trabaja paralelamente el movimiento y la sonoridad, con el apoyo de dos artistas experimentales que crean el espacio sonoro.

Atalak es un proyecto de danza contemporánea transfronterizo generado por Dantzaz y que articula en su red de socios a Fundación Baluarte (en representación del Gobierno de Navarra), el CCN Malandain-Ballet Biarritz, Gipuzkoako Dantzagunea - Tabakalera y la red de teatros de Vitoria-Gasteiz. Fruto de este proyecto conjunto y dentro de DNA 2021 se han presentado en Navarra la exhibición del resultado de laboratorio de experimentación de Itxaso A. Cano Groove; Nikola / YOUth, producción coreográfica compuesta por dos obras salidas de su Centro de Creación Coreográfica; y la residencia de Eva Guerrero.