Fecha: 04/06/2021. Lugar: Baluarte. Incidencias: Buena entrada, sin llegar al lleno. La banda andaluza venía a presentar su último trabajo, Hilo negro. Público muy entregado..

os componentes de Derby Motoreta's Burrito Kachimba salieron dando muestras de su impactante e inconfundible estilo; estéticamente, el sexteto exhibe un estilo propio de otras épocas, con largas melenas y pantalones de campana. Al menos eso era lo que se podía intuir en medio de la semi oscuridad que inundaba el escenario; hubo luces de colores en la parte trasera, pero no les iluminó ni un solo foco frontal durante toda la actuación. Los fotógrafos sudaron tinta para retratarlos y no consiguieron nada más que contraluces, mientras que el público en general no fue capaz de verles las caras y tan solo pudo intuir sus siluetas. Puede que la penumbra les ayude a ofrecer la imagen oscura y psicodélica que persiguen como grupo, pero desde el punto de vista del espectador, no es lo más cómodo.

Si el aspecto visual resultó chocante, donde no hubo discusión alguna fue en el plano musical. Una perfecta conjunción que aglutinó mimbres de rock duro, flamenco y psicodelia. Salieron con mucha fuerza, anticipando que su sonido iba a ser rocoso durante toda la actuación, como quedó demostrado en cortes como The new gizz, Porselana teeth o RGTQ; que no les confundan los títulos de sus canciones, pues cantan en perfecto castellano, si bien sus textos son bastante crípticos. Con todos los miembros arrodillados en el suelo y envueltos en una casi absoluta oscuridad, acometieron Gitana, el tema más experimental de lo que llevábamos de noche: efectos electrónicos, percusiones misteriosas y Dandy Piranha recitando con solemnidad su particular misa negra, recordando aquí, salvando todas las distancias, a Morente, por lo flamenco, o a Jim Morrison, por lo catártico. Esta canción, incluida en su último trabajo, fue una de las más celebradas del concierto, tanto en su cáustico arranque como en su contundente tramo final.

Otro gran momento llegó con Somnium igni, que interpretaron a dúo de guitarra y voz, sentados, a la manera de un cantaor proscrito y alucinado. Su parte más andaluza y flamenca, al igual que la psicodelia y sus influencias arábigas e incluso hindúes, forman parte de su personalidad, pero, en el fondo, son una banda arrolladora de rock progresivo o, si se quiere, de hard rock. Esa es su base, y sobre ella espolvorean generosamente todo lo demás (la suma de todo es lo que llaman "kinkidelia"). Por eso, podríamos situar a Derby Motoreta's Burrito Kachimba en una línea evolutiva que comenzó anteriormente con Smash, Triana o Medina Azahara. Dámela, por ejemplo, fue un trallazo con un sonido tan brutal que nada tuvo que envidiar al de cualquier grupo heavy, y lo mismo podríamos decir de Trece monos, con guitarras desbocadas, batería que no dio tregua y bajo martilleante. Todas sus vertientes quedaron reflejadas en los bises (Nana del caballo grande y La piedra de Sharon). Terminaron el concierto con el cantante arrastrándose por el suelo y aullando al micrófono. La misma pasión que habían derrochado durante toda la velada.