Apple TV+ estrena Physical, una serie que se suma a la nostalgia por los años 80 para recordar cómo Jane Fonda despertaba en televisión una fiebre por el culto al cuerpo en millones de mujeres, mientras Ronald Reagan llevaba el conservadurismo de vuelta a la Casa Blanca. Protagonizada por Rose Byrne, esta comedia negra sigue los pasos de Sheila, una mujer que lleva una vida tan aparentemente perfecta como oscura en el sur de California y que descubre en el aerobic una forma de liberación. De la noche a la mañana, se convierte en entrenadora y gurú.

“Ahora todo el mundo es influencer de algo, tiene seguidores, ya sea por una empresa de velas o un blog de estilo de vida. Pero eso fue el comienzo”, recuerda Byrne en una conversación con Efe. La actriz se refiere a la fiebre por el fitness que se desató en los años 80. Jane Fonda, Raquel Welch, Olivia Newton-John, Kathy Smith, John Travolta... decenas de estrellas enfundadas en mallas promocionaban entrenamientos y las televisiones del mundo dedicaban horas de programación a prácticas de aerobic, bailes o estiramientos. Muchas mujeres escuchaban por primera vez conceptos como tiempo para uno mismo o cuidado personal. “Ahora es un derecho, pero hasta entonces no habían tenido esa oportunidad”, destaca Byrne. Su personaje, cansada de ser la mujer florero de un ambicioso político de San Diego, comienza a grabar sus entrenamientos en cintas de VHS que se convierten, utilizando términos actuales, en fenómeno viral.

Pronto aparecerán las tensiones entre una pareja que debe equilibrar sus ambiciones personales con la imagen impoluta que se exige en la política y los medios de comunicación. “Los años 80 fueron una época complicada, para el feminismo supuso el fin de una revolución más idealista por otra basada en la independencia económica”, resalta Byrne. En las primeras escenas de Physical, Sheila aparece en el espejo hablando con ella misma. “Mírate”, se dice. “¿De verdad? ¿Piensas que vas a conseguir todo esto? ¿A tu edad?”

Cuenta su creadora, Annie Weisman, que la idea de la ficción llegó después de pasar años sufriendo desórdenes alimentarios y estragos con su imagen personal. “Algunas cualidades que hasta entonces se consideraban poco atractivas en mujeres, como la ambición o la furia, empezaron a florecer”, explica Weisman, que durante años fue una de las productoras de Mujeres desesperadas.

“De Mujeres desesperadas aprendí cómo las audiencias conectan con personajes femeninos”, añade. Pero Physical intenta ir más allá. Sus diez capítulos diseccionan las contradicciones del sueño americano en una época marcada por las apariencias y la acumulación de riqueza. Por ejemplo, Danny (Rory Scovel), el marido de Sheila, es un político progresista que no comulga con la mitad de su discurso en su vida privada. Todo ello en un escenario dominado por la mercadotecnia como California, tan idílico y liberal como oscuro e hipócrita. “Fue una época de transición, estaba muriendo el idealismo de los 70 y llegó la ambición profesional, conservadora y capitalista. Lo llamo la época que pasó del nosotros al yo”, zanja su creadora.