Fue uno de los duros de 'La movida' bajo el nombre de Kike Turmix, promotor de giras y cantante de rock

ADIE le recordaba ya, cuando se fue, como Enrique Vitoria. Para la eternidad de los recuerdos se ha quedado con el sobrenombre de Kike Turmix. Nacido en Bilbao, ciudad con la que siempre mantuvo fuertes vínculos pese a emigrar, a comienzos de los años ochenta, hacia un Madrid efervescente. En el Botxo formó su primer grupo musical, llamado Dessakato, puerta de entrada al ambiente punk, donde logró irrumpir con fuerza con el grupo Kike Turmix y los Pasapurés. Hombre de culo inquieto, en 1981 pasó a formar parte de otro grupo llamado N-634 de cuya mano se trasladó a Madrid en 1982, tierra en la que N-634 publicó algunos temas en las recopilaciones ¿Punk? ¿Qué Punk? (con las canciones Soy un loco anarquista, soy un loco antifascista y Masacre en Beirut) y Navidades Radioactivas, publicado bajo el sello DRO, con la canción Manzana sobre manzana, que tanto nombre le dio. Su definición resulta compleja por lo poliédrica que fue.

Quizas la revista Dirty Rock, en el aniversario de su muerte, haya sido donde le han descrito con más certeza y con pocos pelos en la lengua. Oigámoslo. "Desordenado total y absolutamente genuino, con marca propia. Vividor, canalla nocturno, gourmet, sablista encantador y pícaro. Fue amado y odiado a partes iguales, dejando siempre su impronta allá por donde iba. Una figura llena de contrastes, sumamente generoso y tremendamente egoísta, según los más cercanos". Es el dardo en la diana, una forma certera de describirle, según quienes vivieron cerca y acabaron, como todos, alejándose de su terrible sombra.

¿Puede decirse que Kike Turmix acabase siendo un don Nadie? No, claro que no, por mucho que acabase solo. O casi. Fue de los grandes agitadores de la vida musical y una de las figuras más emblemáticas del rock de todo el país, además de promotor de conciertos y creador del sello Safety Pin Records. Fundó el grupo Pleasure Fuckers con el que, a lo largo de once años, hizo giras por Gran Bretaña y Estados Unidos con enorme éxito. Eso le valió codearse con músicos como Stiv Bators o Joey Ramone. Hizo cameos en películas de culto como Átame o ISI/DISI, buena prueba de que fue símbolo del underground madrileño.Su pasión por el rock le valió las simpatías de prácticamente todo el ambiente musical de la movida madrileña. Su oronda figura ?le conocían como El gordo...?, su tatuaje de Little Richard y su maleta de discos fueron inolvidables.

Se rodó un documental noruego sobre Kike Turmix ?haciendo buena la máxima de que "nadie es profeta en su tierra"? que puede verse ahora en Internet. Kike Turmix es una cinta fechada en 2005 (año de su muerte), aunque empezó a rodar en la red a través de redes sociales y círculos musicales tarde. No era fácil verla. Algunos conocidos del músico charlaban en el conocido foro IpunkForos sobre el documental y lo dificultoso de conseguirlo.

En Kike Turmix sale el adoquinado de Malasaña ampliamente representado, entre decenas de anécdotas de Rock and Roll, músicos escandinavos, los Pleaser Fuckers ?acaso su grupo más importante? garitos como el Garage Sónico o el Nueva Vision, o la mítica tienda de discos Record Runner, que estuviera durante más de 20 años en la calle de San Bernardo.

Formó parte de una estirpe de personajes excesivos fuera de cualquier límite. Músico, DJ, promotor y embajador del malasañismo más rockero durante distintas décadas; en locales míticos como el Ágapo, La Vía Láctea o La Vaca Austera. Turmix fue uno de los principales culpables de que Malasaña sonara a punk y garage. Sus cenizas fueron esparcidas a caballo entre su tierra natal y la Plaza del Dos de Mayo de Madrid.