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Niño de Elche: "Los puristas del flamenco deberían relajarse un poco"

El cantaor Francisco Contreras tiene una doble cita este sábado, día 28, en el Flamenco On Fire: en los balcones (12.00 horas) y en la Ciudadela (19.30 horas)

Niño de Elche: "Los puristas del flamenco deberían relajarse un poco"Iban Aguinaga

Reivindicativo y rompedor como siempre, Francisco Contreras Molina, más conocido como Niño de Elche, no se corta en rotundidad al afirmar que “el flamenco es algo que no tiene dogma, por mucho que pese” o que este es un arte “tanto comunista como payo, tradicional o experimental”. Su música, con un estilo absolutamente único, le ha costado unas pocas críticas, pero también muchísimas alabanzas. “Hace unos años, hacer lo que hago habría sido impensable”, dice. Se refiere a trabajos experimentales como el último, Antología del cante flamenco heterodoxo, con el que pretende demostrar que los prejuicios no sirven de nada. Ahora, regresa a Pamplona con un espectáculo que toma algunas partes de este disco, y lo hace en una doble cita: el sábado, día 28, estará por la mañana en el balcón del Ayuntamiento de Pamplona, a las 12.00 horas, junto al guitarrista Raúl Cantizano; por la tarde, en el escenario de la Ciudadela, a partir de las 19.30 horas.

Volvemos a tenerle en Pamplona, donde ya había presentado anteriormente Antología del cante flamenco heterodoxo

-Es algo diferente. Evidentemente, hay algo de ese repertorio, pero es un concierto libre así que utilizaré también partes de otros espectáculos, como los que hice en el Sónar, que tienen mucho más de electrónico.

Con Antología...

-Cuando lo creé hace cuatro años tenía muchas dudas sobre cómo iba a funcionar, pero esto es algo que me pasa con todos los discos que hago. Siempre hay dudas. Pero creo que este es el disco que más me ha sorprendido en cuanto a la recepción del público. Es un disco duro en el sentido de que es un disco extenso, que trata una cuestión tan particular como lo es la concepción de la heterodoxia dentro del mundo del flamenco o, mejor dicho, el flamenco como heterodoxia.

Para quienes no conozcan todavía este trabajo, ¿se trata de una ruptura con todo lo ortodoxo del flamenco?

-Bueno... No tendríamos que entender la heterodoxia como lo contrario a la ortodoxia, porque son términos muy paradójicos y complejos que no son absolutos. La ortodoxia siempre es una utopía para los conservadores. Y la heterodoxia es la forma habitual de abordar la práctica artística.

De acuerdo, pero si no es lo contrario, entonces, ¿qué es la heterodoxia flamenca?

-El flamenco en sí es una heterodoxia. Y heterodoxo es todo aquello que se sale del dogma. Y el flamenco no tiene dogma. Procura construirlo constantemente, pero es una tragedia para aquel que lo intenta. Por eso los conservadores o los tradicionalistas siempre viven enojados y de mal humor, porque lo que ellos quieren es un imposible.

No a todo el mundo le va a gustar oír eso de que el flamenco no tiene dogma...

-Intentan que lo tenga, pero se les escapa que el flamenco rompe las costuras a cualquiera. Por eso cada persona confecciona este traje a su libre albedrío. ¿Que tú quieres hacer del flamenco un arte conservador? Lo puedes hacer. ¿Que quieres que sea un arte anarquista? Lo puedes hacer. ¿Comunista? Lo puedes hacer. ¿Religioso, gitano, payo, heteronormativo? Lo puedes hacer. ¿Tradicional, experimental? También. El flamenco tiene elementos para poder moldearlo como cada uno quiera.

Aunque este espectáculo sea algo diferente, volvamos a esta Antología.... En ella hay muchas referencias dispares, tales como Lola Flores, Shostakóvich, George Crumb o Manuel de Falla, entre otros. ¿Nos quiere demostrar que todo está mucho más unido de lo que Antología...a priori

-Sí, todo es mucho más cercano de lo que pensamos. Y para darse cuenta de eso simplemente tenemos que superar miedos y prejuicios; es decir, tenemos que mancharnos. Por eso la concepción de los experimental para mí tiene que ver con la experiencia.

Hasta Mikel Laboa tiene espacio en este trabajo. ¿Es que todo es flamenco?

-Mikel Laboa es todo un referente para muchísimas personas, y tiene una canción, Lekeitio V, que parte de una conversación con una niña gitana. Y todo lo referente al flamenco o a los flamencos nos sirve como escusa. Date cuenta que este disco no plantea el flamenco desde la Santa Trinidad del cante, el toque y el baile. El flamenco reside en muchas otras cuestiones, como en la pintura, la poesía, el declamar, la estética, la vestimenta... Y este es otro de los envites que nos atrevemos a hacer. Porque el flamenco no es cante, toque y baile únicamente. La práctica artística va mucho más allá. ¿Qué es lo flamenco? Pues depende de quién lo mire.

¿Qué diría a aquellas personas que, considerándose guardianes de la verdadera esencia del flamenco, tanta aversión han mostrado siempre hacia su trabajo?

-Que se relajen un poco (ríe). Vivir en la tragedia constante no es bueno. Es una pena y es muy triste. Pero he de decir que cada vez hay menos personas así y, sobre todo, cada vez tienen menos poder. Y eso es algo para celebrar. No obstante, sí tienen aún calado en las instituciones flamencas, por lo que seguiremos trabajando para que cada vez tengan menos. Son un residuo. Hablamos de ellos pero ya no tienen mucho poder. Son algo muy pequeño.

¿El público también pide menos tradición y más apertura del flamenco?

-Hay de todo en la viña del Señor. Hay público clásico, otro conservador, otro que admira lo nuevo... Hay público para todo, y nuestro trabajo es seguir compartiendo otras formas de hacer. Es verdad que las etiquetas del flamenco siguen estando muy cercanas a postulados políticos conservadores. Pero yo no pretendo renovar eso, ni mucho menos. Yo me aparté de aquello, y ya está. Ellos, que sigan su camino.

No será renovador, pero siempre ha tenido un discurso bastante reivindicativo...

-Sí, pero no con la intención de cambiar nada. Hay batallas que ya están perdidas. Yo estoy feliz de poder hacer lo que me apetece y que mi trabajo tenga muchos apoyos buenos. Hace cinco o seis años habría sido impensable.

Considerado el “anticristo del flamenco”, ¿qué hace en un festival como el Flamenco On Fire?

-“On Fire” es algo de fuego, ¿no? Pues igual es que este festival necesita ser prendido por alguien (ríe). Quién sabe, igual se regenera y volvemos a nacer todos. Bueno, me han considerado un anticristo, pero yo no creo que sea un antiflamenco ni nada por el estilo. Exflamenco, en cambio, sí.

¿Y qué es ser un exflamenco?

-Exflamenco es haber pasado por esa zona difusa que supone ser flamenco y ya no estar ahí en el sentido industrial, ni mercantil, ni nada. Pero sí supone reconocer los residuos que eso ha dejado en uno. Y normalmente son residuos elementales, es decir, los que uno considera que son importantes.

Es curioso que se defina así, cuando la crítica dice que el Niño de Elche está más flamenco que nunca.

-Eso dice la gente. Yo me abstengo de opinar sobre si soy más o menos flamenco.