Dispuesta a desmontar los mitos que rodean a la que quizá sea la más antigua de las bellas artes, la música clásica, la violista, cantante y pedagoga musical Maitane Beaumont Arizaleta (Pamplona, 1982) nos invita en su libro a ejercitar una escucha consciente para disfrutar de la música de una manera completamente nueva.

Aludiendo al título de su libro, ¿cuáles son esos cinco puntos que nos pueden hacer estallar el corazón mediante la experiencia auditiva?

El ritmo, la melodía y la armonía, la textura, la forma y el color. Y, con ellos, también el silencio. Son elementos de la música que, si te acercas a ellos a través de una escucha más técnica o más consciente, te permitirán escuchar la música de otra manera, más interesante y más rica.

Su libro nace de la necesidad de acercar a la gente un mundo, el de la música clásica, que lamentablemente está hoy fuera del circuito de la educación general. ¿Qué nos estamos perdiendo?

Muy buena pregunta. Y tendríamos que preguntarnos por qué nos lo estamos perdiendo. Por qué la música clásica tiene una especie de mística elitista y aislada que hace que mucha gente no se sienta interpelada en absoluto, y que piense que esas prácticas tan lejanas no tienen nada que ver con su realidad social y cultural. Y es una música, como otras muchas, maravillosa, y debería ser mucho más accesible. Queda mucho por hacer.

¿Por dónde empezar?

Por que la gente que nos dedicamos a este mundo nos hagamos preguntas: por qué hacemos las cosas de la manera en que las hacemos, si hay otras maneras de hacer salir a la música clásica de las prácticas casi burguesas del siglo XIX, de hacer que sea más democrática y popular, y no forme únicamente parte de circuitos que son súper inmovilistas y cerrados.

Porque sigue habiendo esa barrera, ese prejuicio de que la música clásica es compleja, para entendidos.

Sí. Y puedes acercarte a ella no entendiendo, es decir, mediante una escucha intuitiva o despreocupada puedes encontrar mucho gozo y llegar a sitios que desconocías. Pero yo estoy convencida de que si tienes unas nociones básicas sobre estos cinco puntos que he comentado antes, desarrollas un tipo de escucha más atenta, más consciente y sobre todo sin prejuicios, y es mucho más placentera; supone disfrutar de este tipo de música desde un punto de vista nuevo.

¿Esa escucha activa y atenta es más posible en un niño? ¿En la infancia estamos más predispuestos a la apertura y nos vamos cerrando conforme vamos creciendo?

Sí, totalmente. Los pequeños y las pequeñas escuchan de manera mucho más desprejuiciada. Es muy probable que en una clase de Primaria lo compruebes si pones una obra que a mucha gente la parecería difícil y quitaría enseguida, de estética más contemporánea, de nueva creación. En la infancia se hace una escucha mucho más abierta y desprejuiciada que habría que recuperar.

Las etiquetas también nos condicionan: el término contemporáneo asusta.

El tema de las etiquetas es porque las casas discográficas o los grandes teatros necesitan poner un nombre, pero para que todo sea más fácil para ellas, en realidad. Pero si descontextualizamos cada estilo, da igual que sea la clásica, el hardcore o las jotas navarras, si apelamos a los sonidos y los silencios, que son la materia prima de cada uno de los estilos, podríamos disfrutar de la música de una manera completamente nueva.

En este sentido, ¿qué aporta su libro a los lectores?

Pequeñas pautas o pistas para intentar escuchar de esta manera más técnica. La gran mayoría de ejemplos son de lo que se llama música clásica, pero también incorporo otros estilos; entonces, voy explicando historias, anécdotas que tienen relación con cada una de las obras que voy mencionando, y voy dando pistas para que el lector o la lectora se fijen en cómo está estructurada esa música concreta, qué hay detrás de ese lenguaje.

En esta audiovisual, ¿la difusión de la música clásica pasa por su fusión con otras artes?

-Es muy interesante combinar distintas artes, preo tampoco creo que sea necesario. Es importante que nos replanteemos mucho la forma, y se está haciendo, sobre todo a nivel de redes sociales de los grandes teatros o auditorios, creo que se está intentando proyectar otro tipo de imagen. Pero lo interesante es buscar cambios más de fondo: qué significa la música clásica, qué funciones tiene, cómo te quieres proyectar tú como persona a través de esa música que escuchas.

Ahora que menciona las redes sociales, son un gran canal de difusión, pero tienen su parte B: nos abocan a la rapidez y la superficialidad.

-Totalmente. A mí me parece muy curioso que nos cansemos enseguida, que estés viendo un vídeo de un minuto de YouTube y ya estés pensando: venga, otra cosa, y otra, otra, otra. Y la clásica requiere de otros tiempos, hay que ejercitarse y tener la tranquilidad, el sosiego y el tiempo de escuchar parando, porque estamos tan sumergidos en una rueda que hace que todo sea tan rápido que es necesario pararse y dedicarse a escuchar. Y eso es lo que más hay que entrenar cuando te entregas a este tipo de música: la pausa. Tener momentos de pausa para atender, para escuchar, para ser conscientes de lo que pasa.

Si en la educación no se cultiva ese acercamiento a la música clásica y hay quien quiere hacerlo en casa, ¿cómo aconseja empezar?

-En el libro hay una playlist de Spotify en la que puedes encontrar todas las obras que voy mencionando estructuradas por capítulos. Una buena manera es empezar a explorar y que una cosa te lleve a la otra. Hace poco una amiga me decía que estaba leyendo el libro y estaba escuchando una de las arias que comento en él y que interpreta la Callas y que eso de repente la llevó a buscar la historia relacionada con Onassis, y eso le llevó a un vídeo, a otro vídeo, y acabó viendo a Gustavo Dudamel, el director, dirigiendo a una orquesta. Es empezar por donde sea, por algo que te llame la atención, y dejarte llevar.

El poder liberador de la música clásica puede aportarnos mucho en esta pandemia.

-El poder de la música en general. Escuchar música te saca de la realidad, y si eres capaz de hacerlo con atención y concentración, puede ser hasta sanador, nos puede acompañar en momentos muy chungos y puede hacernos parar para tomar distancia con aquello que nos pasa, o para reconectarnos.

El libro

Título: 'Música. Cinco puntos para hacer explotar un corazón'.

Editorial: Temporal.

Páginas: 120.

Precio: 16,60 euros.

Autora: Maitane Beaumont Arizaleta (Pamplona, 1982) es profesora del Departamento de Lenguaje Musical y Materias Teóricas del Centro Profesional del Conservatorio del Liceu y profesora de Didáctica de la Expresión Musical en la Universidad de Barcelona. Violista y cantante, colabora en iniciativas que combinan la música con otros medios de expresión artística, como las artes visuales, el teatro o la danza.