El civivox de Mendillorri se ha llenado de barbudos. 166 retratos rotulados ocuparán su pasillo durante todo el mes de abril con la exposición Mientras volvía...Rostros con palabras de Luis Santafe, que ha sabido entretejer dibujo y letras como parte de una terapia después de haber sobrevivido a la covid-19.

Se inauguró el viernes, exactamente dos años después de que le sedaran en la UCI del hospital de Navarra. Fue un encuentro de sonrisas y largos abrazos entre familiares, amigas, amigos, profesionales que le atendieron y compañeros de aquella larga y dura travesía en la que casi se deja la vida.

Luis Santafe Dencausa (Pamplona, 1962) ingresó en el hospital el 26 de marzo del 2020 y el 1 de abril le sedaron debido a la gravedad de su estado. Invadido por el coronavirus, comenzó el largo sueño de 80 días con sus noches. Despertó a mediados de mayo. Sed y mucho calor, un calor pegajoso , son las primeras sensaciones que recuerda, con 20 kilos menos, sin masa muscular y sin su cuidada barba hipster. Se la habían rasurado. Un mes después pasó a planta. Allí, su hermana Yolanda le regaló un cuaderno y unos rotuladores para que dibujara. Destreza y afición no le faltaban . “Siempre me ha gustado el dibujo. Empecé a dibujar coronavirus como un niño. Me costó días llenar una cuartilla, sin pulso, con el respirador y los pulmones rotos. Estaba muy cansado”, recuerda.

El 8 de julio recibió el alta médica. En la casa de su hermana en Olóriz dibujó un marinero y escribió: en Olóriz el mar está en calma. Fue el primer retrato al que le siguieron cerca de 200 hombres barbudos. La barba y el agua se habían convertido en su obsesión desde el despertar. “Me costó mucho al principio, pero me lo impuse como terapia en la dura y larga tarea de mi recuperación. He dibujado de manera intermitente, unas veces de forma compulsiva y otras, espaciada, hasta prácticamente el mes de febrero cuando realicé los últimos”, relata.

Reparto y respuesta

Aconsejado por su terapeuta, comenzó el reparto entre familiares, amigos y conocidos. “Fue mi sanador de cuerpo y alma. A mí me habían dado mucho. Me salvó la medicina y la gente de las terribles pesadillas de la sedación. Así que quise hacerles partícipes de mi proyecto”, explica.

Enumeró sus personajes, los repartió en función del número elegido y les invitó a escribir algo de lo que les sugería el que les había tocado en suerte. La respuesta fue sorprendente. Poco a poco, le llovieron canciones, frases, poemas libres o de conocidos poetas como Miguel Hernández, textos de García Márquez y relatos originales. Canciones, de Jefferson Airplane, La Polla Records, Vetusta Morla... y relatos cortos, con similitud a su lucha por la vida. Hoy son los textos que acompañan a sus barbudos: marineros malteses , escoceses, personajes americanos, rusos; de barbas pobladas, recortadas, gruesas y abundantes.... Y entre ellos, contadas mujeres.

Hasta el 30 de abril

En total son 166 fotocopias de su cuaderno original las que se pueden contemplar hasta el último día de abril. Están repartidas en bloques, en armonía con una cuidada tipografía, escocesa, céltica, asiáticas, oriental... “Hemos tratado de hacer legibles los poemas desde el encabezamiento, con los nombres propios de autores y autoras alterados”, explica a su lado su hijo Edain. Ocupa un lugar destacado en la larga lista de agradecimientos de su padre, a quien ha ayudado en la transcripción y maquetación.

“Es una montaña rusa de mis emociones de todo este tiempo y yo nunca pensé en exponer”, comenta. Fue su amiga, Yolanda Montero la que consideró que el “enorme trabajo artístico tenía que ver la luz como ejemplo del uso de un recurso creativo para dar salida a su dura vivencia”. Cierto es que la creatividad se ha visto multiplicada al compartir. Dar y recibir desde el corazón.

Familiares, amigos, profesionales sanitarios que le atendieron pusieron de relieve su fuerza de voluntad y de superación, su admirable actitud en un encuentro marcado por la alegría de tenerle. Contentos de haber aportado su grano de arena, recibían el viernes todavía los originales del cuaderno en el que todo empezó. Papel y rotuladores de gel para la cura.

Hoy Luis Santafe camina ligero y anuncia que pronto volverá al trabajo. De aquel edificante tiempo de lucha, surgieron nuevas ilusiones y proyectos. como un book con sus personajes y un cómic. Historias de pesadillas, cada día más lejanas para él, afortunadamente.