- El cine no muere, solo se transforma y en esa evolución es crucial preservar la libertad de creación. Es una de las conclusiones a las que ha llegado en Cannes el foro de reflexión sobre el futuro del cine liderado por el mexicano del Guillermo del Toro. En su segunda y última jornada, la conferencia, organizada para examinar los retos del cine ante la irrupción de las plataformas y los cambios de hábitos de consumo, contó con la participación de Pawe’ Pawlikowski, Lynne Ramsay, Abderrahmane Sissako, Joachim Lafosse, Laurent Cantet, Abel Ferrara, Rebeca Zlotowski, Agnes Jaoui, Catherine Corsini y Nicolás Winding Refn.
“No es la muerte del cine, es una transformación, un cambio, una resurrección, pero no el final”, dijo Del Toro, que a finales de este año estrena su Pinocho en Netflix. “Cada generación cree que después de ella llega el diluvio, pero el mundo continúa a pesar de tu duelo”.
Tras las críticas recibidas el primer día por la ausencia de mujeres directoras, ayer rompió el hielo Rebeca Zlotowski -que prepara con Audrey Diwan una nueva adaptación de Emmanuelle- con un alegato a favor de la diversidad.
“La industria sufre si no hay mujeres, la gente quiere identificarse con los personajes en la pantalla”, dijo tras recordar que han sido mujeres directoras las últimas triunfadoras en los grandes festivales.
La escocesa Lynne Ramsey, directora de Tenemos que hablar de Kevin (2011), reivindicó la imaginación y la valentía para superar obstáculos. “La necesidad es la madre de la invención, no hay que deprimirse por las dificultades”, ha dicho la directora, que planea rodar una película en un barco en el Ártico. Abel Ferrara recordó que con 16 años hizo su primera película en Super 8 y que el resultado fue “horrible”, pero siempre ha conservado ese sentimiento de “rodar en libertad”. “Lo que haces tiene que venir del corazón, no es una cuestión de equipamiento”, precisó. “Y si la gente quiere ver una película en un móvil, está bien, porque una película en una sala vacía no es una película”.
El polaco Pawel Pawlikowski, ganador de un Oscar por Ida (2013), relativizó la importancia de las pantallas. “La primera película que me causó un verdadero impacto fue Macbeth de Kurosawa y la vi de pequeño en la televisión, en blanco y negro, cuando mis padres no estaban en casa”, señaló. Pero también reconoció tener miedo a la cultura digital marcada por el algoritmo. “Me da miedo el vacío, el ruido, cuando veo una película con personalidad es un respiro”, señaló, algo que le ocurre “tres o cuatro” veces al año. La francesa Agnes Jaoui destacó la importancia del aburrimiento como punto de partida de la creatividad pero rechazó caer en la nostalgia. “No creo que las cosas fueran mejor en el pasado, pero sí que todo progreso acompañado de muchas regresiones”, apuntó. l