Tras la publicación el 9 de diciembre del 2020 del Real Decreto 1086/2020, que regula las condiciones de la comercialización de la carne de caza (entre otros productos alimentarios), se hacía necesario clarificar la figura de las personas con formación en las actividades cinegéticas cuyos animales se destinan a la comercialización de la carne de caza.

En una medida tomada por el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, todo aquel cazador que se haya formado en la Comunidad foral, en lo referente a sanidad animal, podrá comenzar con las labores de evisceración de un animal abatido en la naturaleza, con el objetivo de que su carne pueda ser comercializada. Como ocurre actualmente, un cazador puede retirar los intestinos y el estómago de los animales abatidos, ya que el resto de las vísceras debe llegar a las salas de tratamiento de caza, para su inspección veterinaria. A partir de ahora, se garantiza la seguridad jurídica, cumpliendo con lo establecido en el citado real decreto, gracias a una resolución del mencionado instituto.

Para que esos productos animales sean finalmente vendidos y consumidos, obviamente, deberán ser examinados por un veterinario en una sala de tratamiento de carne de caza. El veterinario recibirá la información (complementaria para emitir su dictamen de aptitud para el consumo) de parte del cazador formado, que indicará comportamientos anómalos del animal, sospechas de lesiones en las vísceras blancas u otras cuestiones que pueda considerar de interés para el aprovechamiento de la carne de caza.

Esta circunstancia es positiva para Navarra, dada la tipología de su caza, ya que en la región no son habituales las monterías, sino que son más comunes las modalidades como las batidas emprendidas por pequeños grupos de cazadores, en las que se abaten pocos jabalíes. Por tanto, se hacía necesario contar con la figura del cazador formado, para que, si a una sociedad de cazadores le interesaba extraer los animales cazados en la naturaleza e iniciar los trámites para su comercialización, se tuviera esa alternativa sostenible del aprovechamiento de la carne de caza.

La Federación Navarra de Caza (FNC) agradece al Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra la emisión de esta resolución, así como la colaboración, en la instauración y divulgación de la figura del cazador formado, de la Sección de Sanidad Animal del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra. Como indica el Real Decreto 1086/2020, la correcta gestión de los animales abatidos facilitará la obtención posterior de una carne en mejores condiciones sanitarias y, además, la correcta gestión de los subproductos tendrá una incidencia directa en el control de las enfermedades que afectan a los animales y a las personas.

Nicolás Urbani, asesor técnico veterinario de la FNC y de la Asociación Interprofesional de la Carne de Caza, explica que, si el objetivo es el consumo de la carne de caza, el faenado debe hacerse cuanto antes, para optimizar así la higiene y la calidad de este producto singular. “El eviscerado en el campo, cuando tiene fines comerciales, debe ejecutarse con celeridad y debe ser realizado, además, por una persona que cuente con formación en sanidad animal y que lo realice en unas condiciones mínimas de higiene”, afirma. “Después -continúa-, si la carne se destina a su comercialización, esta irá a una sala de tratamiento, donde ahí sí que habrá un veterinario oficial de la Administración, que la certificará o no para su consumo. Pero para que llegue a ese lugar en óptimas condiciones, debe ser manipulada por una persona con formación conforme a la normativa comunitaria. Y desde ahora, en Navarra se dota de seguridad jurídica para realizar esta tarde a los cazadores formados, ya que su formación está habilitada en base a lo fijado por el Real Decreto 1086/2020”.

Desde el año 2019, cuando la FNC comenzó a impartir los cursos de cazador formado en sanidad animal, de la mano del Gobierno de Navarra, más de 150 personas se han convertido en auténticos centinelas de la naturaleza. Todos ellos podrán iniciar la producción de la carne de caza con seguridad jurídica, ya que la resolución del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra tiene carácter retroactivo. Por ello, los cazadores formados en sanidad animal en anteriores ediciones de los cursos podrán solicitar su habilitación oficial al citado instituto. Por su parte, aquellos que hayan cursado esta formación de la FNC desde del pasado 31 de marzo recibirán directamente la convalidación, conforme a las normativas nacionales.

A juicio de Urbani, se trata de cursos tremendamente interesantes, por tres motivos principales: “Primero, para poder llevar a cabo el autoconsumo de la carne de caza con las mayores garantías. Segundo, por la gestión sanitaria de las especies cinegéticas, ya que vamos conociendo las posibles patologías que les pueden afectar y, además, se conciencia al cazador de su labor de vigilancia en el monte. Cuanto antes se descubre y se comunica una enfermedad detectada en un animal, antes se puede controlar, impidiendo de esa manera que se expanda de un animal a otro. Y tercero, por la posibilidad que brinda ahora de tener la capacitación de iniciar el proceso de comercialización de esa carne de caza y la gestión de los subproductos de origen animal no destinados a consumo humano, ya que el cazador formado está amparado legalmente para hacerlo”, argumenta.

Gracias a esta resolución del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, se dota de una mayor seguridad jurídica a los cazadores formados, cuya relevante función en la naturaleza cobra más importancia cada día que pasa. Su labor como centinelas en el monte es fundamental para prevenir la expansión de enfermedades y, gracias a la formación adquirida, se convierten en una gran herramienta para mejorar la seguridad y la calidad de la carne de caza.