La vuelta de Elkano. El molesto triunfo de la gente corriente es un ensayo académico en el que abunda información sobre Juan Sebastián Elkano. No en vano, su autor, Enrique Santamaría, ha aprovechado toda la documentación que recopiló para preparar una novela sobre el hombre y la época en la que se dio la primera vuelta al mundo, de la que el martes se cumplirán 500 años. Eusko Ikaskuntza ha sido la encargada de publicar este estudio histórico en el que Santamaría recurre a las fuentes para ofrecer un retrato lo más fidedigno posible sobre el marino de Getaria y que echa por tierra el relato del Elkano Imperial.

¿Quién fue Juan Sebastián Elkano?

–Un marino extraordinario y un comerciante menos extraordinario, que lo intentaba. Era un hombre con un gran carisma y también ambicioso, buscaba hacerse rico, pero tenía fuertes escrúpulos y conciencia moral. Además, a todo el mundo, no importaba su origen, lo trataba como a un igual, ya fuera el emperador, su capitán general o un nativo al que le requiere explicaciones sobre cómo llegar a las Molucas.

Fue elegido por sus semejantes.

–Elkano es un capitán electo por la tripulación, no por orden real. Todas las decisiones que toma, las toma sometiéndolas a votación con la tripulación, lo que supone un caso único entre los exploradores europeos de la época. Y gana todas las votaciones, lo que demuestra que es un hombre de gran carisma. Incluso cuando durante el viaje tienen que robar alimentos por necesidad, al final acaba pagando lo que pueden en compensación.

¿Cuál era la voluntad de Elkano?

–Elkano lo que quiere es comerciar. La diferencia entre Magallanes y Elkano se ve en los casos de Cebú y las Molucas. En Cebú, cuando las cosas van mal, los nativos que han sido convertidos al catolicismo por Magallanes se rebelan e intentan matar a los evangelizadores. Lógico. Sin embargo, cuando están en las Molucas y no pueden volver porque la Trinidad tiene una vía de agua, los que con más empeño intentan arreglarla, los que llaman a los buceadores, los que intentan ayudarles son los nativos. ¿Por qué? Porque nadie intenta convertirlos.

En las Molucas, además, los nativos eran musulmanes.

–Es así. Carlos V dio orden de no matar a nadie, ni convertir a nadie a la fuerza, salvo que se encontrasen con musulmanes. En ese caso podían matar a todo el que no se convirtiese. Sin embargo, Elkano, pero también el otro capitán que quedaba, González Espinosa, lo que se dedicó fue al comercio. Les trataron como habían sido tratados ellos, como iguales.

Elkano también contrató a nativos, algunos llegaron con él a Sevilla.

–Eran marineros contratados y la Casa de la Contratación les pagó. Los que llegaron a Sevilla lo hicieron con nombres castellanos, pero a los que murieron por el camino nadie menciona que se les bautizase. Es evidente que no había intención de conversión.

Después de la vuelta al mundo, la historiografía pareció olvidarse de Elkano, aunque en el siglo XIX hubo un intento de recuperar su figura.

–Sí, Eustaquio Fernández de Navarrete, que era sobrino de Martín Fernández de Navarrete, en el siglo XIX trató de recuperarla desde el punto de vista de la época. Cuando escribe la biografía de Elkano, escribe la biografía de un conquistador, pero no hay nada que lo sostenga. Así que lo que hace es insinuar cosas. Dice que se sabe que estuvo en el Mediterráneo y que en aquella época también estuvo el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, y que también se produjo la conquista de Orán por el cardenal Cisneros. Fernández de Navarrete lo deja caer, pero no lo dice porque no hay fuentes. Da la idea.

¿Cuándo aparece el ‘Elkano Imperial’?

–En el franquismo se formó un grupo de historiadores que aún hoy se jactan de las medallas que les dio el franquismo. Entonces se produjo el invento del Elkano Imperial como un hecho. Como nadie tuvo el valor de decir que aquello fue un disparate, todos lo aceptaron y lo repitieron por miedo a perder privilegios y también porque la Iglesia católica siempre ha dominado la educación en España.

En su ensayo busca, entre otras cuestiones, desmontar el mito del ‘Elkano Imperial’.

–No existe ninguna prueba de que Elkano estuviese en Orán en 1509. Eso debería ser suficiente para hacer olvidar el asunto. En segundo lugar, la lógica lo desmiente: Elkano se arruinó y la conquista de Orán fue gloriosa y produjo un inmenso botín que se repartieron. En el Instituto de la Historia Naval de Madrid está el listado de barcos que intervinieron, precisamente, para el reparto de lo que les pagaron. Y ni él ni su barco aparecen porque no estuvo allí.

Tampoco estuvo con el Gran Capitán.

–Se dice que después de Orán estuvo a las órdenes del Gran Capitán en Italia. Este fue destituido en 1507 y la conquista de Orán se produjo dos años después. El hecho de que todo sea tan descaradamente disparatado hace que nadie quiera entrar a un debate. La Real Academia de la Historia sigue manteniendo estos disparates sobre Elkano. ¿Cómo se arregla? No se puede.

También hay quien desde posturas progresistas critica la figura de Elkano.

–Me hace especialmente más daño que gente de aquí que va de izquierdas y de antifranquista y que picó con el discurso del Elkano Imperial, algo que como digo a mí también me pasó, luego, cuando se ha dado a conocer lo que había, en vez de sumarse y reivindicar la historia de Euskadi y del mundo, que es lo que es esto, y por no asumir que se han equivocado han promovido planteamientos de que Elkano era un imperialista. La historia de Elkano y de Euskadi, y por extensión la del Estado y la del mundo, ha sido borrada por personas como Martín Fernández de Navarrete, por la Iglesia y Franco, y se ha escrito otra historia encima que es insostenible pero que se mantiene.

La documentación que escribió Elkano en primera persona desapareció.

–Al llegar a Sevilla, Elkano entregó los libros de regimiento y una redacción propia. Todo eso ha desaparecido. El padre de la historiografía española es Martín Fernández de Navarrete, nombrado director de la Real Academia de la Historia por Fernando VII. Allí coincidió con José Vargas Ponce, un marino e historiador que quiso escribir la historia de Elkano y le pidió a José Ceán Bermúdez, que estaba en Sevilla, que le buscase documentación. La Real Academia de la Historia cuenta con una carta de Ceán Bermúdez a Vargas Ponce diciendo que los documentos más importantes sobre la vuelta al mundo se los llevó Fernández de Navarrete. Después de reclamárselos, solo devolvió copias de algunos de ellos. Vargas Ponce nunca llegó a publicar su trabajo, pero Fernández de Navarrete se aprovechó de su trabajo para editar la Colección de viajes y descubrimientos que hicieron por el mar los españoles...