El director surcoreano Hong Sang-soo ha vuelto a Donostia a competir en la Sección Oficial del Zinemaldia, después de que en 2016 se hiciese con la Concha de Plata a Mejor director por Lo tuyo y tú. En Walk up, que se pudo ver ayer, presenta a un alter ego de sí mismo interpretado por Kwon Haehyo, que se propone metafórica y, al mismo tiempo, físicamente okupar un edificio.

Kwon Haehyo interpreta a un cineasta de mediada edad que visita con su hija (Kim Minhee) un edificio que arrenda una vieja amante (Lee Hyeyoung), que se dedica al diseño de interiores. Ha sido rodada en blanco y negro, como homenaje al cine clásico que le gusta al realizador y también debido a que se filmó en invierno, y con planos fijos conversacionales en torno a una mesa en la que se bebe mucho vino: “Siempre intento captar un momento determinado cuando las imágenes hablan pero las conversaciones también son muy importantes para mí porque pueden ofrecer mucho en un momento muy condensado y pueden crear un ritmo o crear un ambiente divertido”.

Hong Sang-soo desentraña las vivencias de un cineasta arisco, caprichoso y, sobre todo, poco arraigado –cambia constantemente de pareja, pasa del vegetarianismo a ser carnívoro y hace un lustro que no ve a su hija, con la que, al final, vuelve a retomar el contacto– a través de las distintas okupaciones que el personaje principal va conquistando en el edificio. Desde el primer piso y hasta la buhardilla, mediante elipsis temporales, Kwon Haehyo marca un arco evolutivo de un director de cine que en plena crisis de los 50 decide dejar el cine para volver a ello tiempo después, bañado todo con un halo de cotidianidad y costumbrismo.

El realizador surcoreano afirmó ayer que la historia y la escritura del guion le vinieron dadas, como una revelación, algo que encuentra un paralelismo con el protagonista principal que asegura que Dios se le ha aparecido para instarle a que siga haciendo películas cual profeta. La propia producción, al igual que la mismísima cinta, fue enigmática. Así lo describió el elenco, que aseguró que cada actor recibía diariamente solo un fragmento del guion que les tocaba interpretar en las escenas de la jornada.

Intimidad

“No sé cuánta honestidad se necesita para ser un director de cine pasable. Mi inclinación natural es ser honesto a la hora de hacer una película”, expuso el director, que explicó que cuando comenzó a rodar películas se consideraba “una especie de rebelde”. En aquella época fue cuando comenzó a trasladar su propia “intimidad” a la gran pantalla. Aun y todo negó que esta cinta, como otras de su filmografía, tuviese un sentido autobiográfico: “No ruedo ninguna escena que replique algo que sucedió en mi vida”.

No obstante, no negó que mucha de su escritura sí que se basa en cuestiones que le ocurrieron a él o que escuchó en algún lado. En este sentido sí que reconoció que ha aplicado muchas “capas” propias al personaje protagonista, pero siempre de forma “fragmentada y dispersa” sobre pasajes de su vida.

Pases

Hoy. Príncipe 7, a las 20.00 horas.

Mañana. Antiguo Berri 2, a las 18.15 horas.