Ana Arsuaga (Tolosa, 1994) creó Verde Prato como un experimento musical en solitario tras pasar por los grupos Serpiente y Mazmorra. Lo que comenzó como una prueba pronto se convirtió en un proyecto con trasfondo tradicional que combina referencias y sonidos del pasado, folclore vasco de raíz, con sonidos y tecnología del presente. Interpretando cantos vascos populares con la tecnología contemporánea y mezclando todo tipo de sonidos “sin prejuicios”, esta joven artista ha logrado llevar el euskera y la tradición vasca a los escenarios, convirtiéndose en una de las voces del momento. 

Tras publicar su primer trabajo de estudio, Kondaira eder hura (2021), la artista busca ahora “dar brillo” a Verde Prato también en los grandes escenarios. Este sábado llega a Iruña en el marco de los Encuentros de Pamplona 72-22 con un concierto que ofrecerá a las 20.00 horas en Katakrak.

¿Qué puede esperar el público del concierto de este sábado?

–Cantaré canciones de mi primer disco en solitario, Kondaira eder hura, también del último que he sacado de dos canciones, Jaikiera, pero también temas inéditos y versiones. Un poco de todo. 

Y además será dentro de los Encuentros de Pamplona 72-22.

–Sí, me hizo mucha ilusión, porque me parece algo súper interesante que se hizo en su momento y algo muy bonito rendirle homenaje ahora, reuniendo a tantas personas tan interesantes y tan de su propio ámbito dentro del arte. Me parece muy chulo participar en esto de alguna manera. 

¿Qué cree que podría aportar Verde Prato con su música a estos Encuentros?

–A mí me hace ilusión porque canto en euskera y es como dejar reflejo de la parte de Euskal Herria. Por otro lado, yo también también he estudiado arte, no vengo del mundo de la música como tal, y creo que mi propuesta y la puesta en escena tienen que ver mucho con eso, con lo artístico y con esa manera de dar forma a las cosas. Así que me parece que encaja desde ese lado también. 

¿Qué llevó a Verde Prato a resucitar el folclore vasco para mezclarlo con otros elementos?

–Para mí ha sido de una manera natural. La tradición y todo esto me parece algo muy normal de escuchar en Euskadi; siempre hemos tenido grupos que han mezclado la tradición con cosas musicales del momento. Para mí era algo natural, y siempre me han impactado mucho las canciones populares. Yo soy de Tolosa y allí siempre se han cantado mucho, y me ha impactado mucho lo que duran generación tras generación y la fuerza que tienen. Ha sido como una inspiración para luego hacer una música distinta.

¿Qué referentes tiene a la hora de crear su música, en qué se inspira?

–Son muchos, porque realmente escucho música muy distinta y quería no tener prejuicios. Si quería meter una base de reggaetón, poder meterla. Mis referentes son muy diversos. Es verdad que mirando hacia la tradición está Mikel Laboa, que ha sido un gran referente para mí, claro, pero también hay gente haciendo cosas ahora que tienen que ver; Mursego siempre ha sido un referente, Ibon RG o gente así. 

“Me hace mucha ilusión porque canto en euskera y es como dejar un reflejo de la parte de Euskal Herria”

Aunque sus canciones sean mayormente en euskera llegan a un público muy amplio, que conecta con la música aunque no entienda el idioma. 

–Sí, yo creo que con el euskera nos llama más la atención porque ha estado muy politizado y apartado, pero en realidad es como cualquier otro idioma. Yo puedo escuchar fados y emocionarme mucho sin saber lo que están diciendo. Nos pasa en todos los idiomas, incluso en inglés. Creo que en realidad no debería ser una barrera como ha solido ser. 

Cuando empezó con este proyecto musical, llegaron antes los escenarios que los trabajos de estudio. ¿Cómo fue ese proceso? 

–Sí, yo empecé con canciones que hacía pero tampoco tenía muchas ambiciones con este proyecto. Era un experimento, pero no pensaba que iba a durar mucho. Y de repente, gracias a amigos y al que me ha solido grabar y producir, que me dijeron que tenía que grabar las canciones y buscar conciertos para mover esto porque era bonito, poco a poco me ilusioné más porque vi que sí podía ir más lejos. Estoy muy contenta con ese alcance que he tenido. 

¿Cuál diría que es la esencia de Verde Prato y de su música?

–Creo que eso puede ir cambiando, pero a día de hoy para mí es especial que estoy sola. Eso se ve en todas las partes del proyecto. En el directo, en la composición, en las limitaciones... Cómo se va haciendo la canción en directo y los instrumentos que yo puedo tocar o no se refleja en la música. Por eso la electrónica tiene más presencia, porque es una manera de poder hacerlo yo sola. Y también la presencia que tiene la voz y cómo canto, mi manera concreta. 

¿Qué pretende transmitir con su música?

–No hay nada pensado, no quiero nada en concreto. Lo que quiero es reflexionar y disfrutar, expresar diferentes vivencias por medio de la música, que es un medio distinto y una manera muy diferente a lo cotidiano de gestionar todo eso. El arte es eso: otra cosa. Luego, lo que cada uno pueda percibir es otro mundo. Yo no pretendo limitar eso. 

¿Le gustaría probar cosas nuevas en el futuro, incluir a más personas en el proyecto o integrar nuevos elementos?

–Yo estoy abierta, pero los cambios que tenga que haber saldrán de manera natural. Ahora mismo, lo de meter a gente nueva no me lo imagino, pero vete a saber. No estoy cerrada a nada. 

“Lo que quiero es reflexionar, disfrutar y expresar diferentes vivencias por medio de la música”

¿Verde Prato es más de grandes o pequeños escenarios?

–Yo creo que hasta ahora lo he planteado como algo más íntimo, pero este año he estado probando en festivales y es verdad que es más difícil que salga bien, porque estoy sola y no es una música súper cañera, pero también es muy distinto lo que se genera. Eso me parece interesante. No me parece algo de lo que prescindir, tengo que seguir trabajando y ver cómo puedo darle el mejor brillo al proyecto en escenarios grandes también. He visto que ha podido funcionar y que es de otra manera, así que seguiré probando para que en cada sitio pueda lucirse de maneras distintas. 

¿A la hora de cantar, con qué idioma se siente más cómoda?

–Yo solo canto en euskera y alguna en castellano. Se me hace más fácil componer en euskera, porque en castellano se me hace más difícil buscarle una plasticidad en combinación con las melodías. El euskera me parece más mágico para componer, tengo esa sensación. Pero cada cosa te da algo diferente, y las canciones en castellano también noto que llegan de otra manera. 

¿Qué ambiciones tiene Verde Prato de cara al futuro?

–Ahora tengo diferentes colaboraciones puestas en marcha y también discos que están hechos ya. Un disco largo y uno de versiones que tengo muchísimas ganas de que salgan. Con eso estoy ahora. 

¿Hay fecha para estos discos?

–Se supone que saldrán entre final de año y principios del siguiente.