Lo real y lo subjetivo se unen en el arte. Bajo esta premisa nace Interestratos, un proyecto expositivo que visibiliza nuevas maneras de formalizar lo escultórico a partir de intervenciones realizadas por tres artistas: Nora Aurrekoetxea, Miren Doiz y Marina González Guerreiro.

Aunque cada artista utiliza sus propios métodos y materiales, Interestratos se presenta como una propuesta que se confronta con el legado de Jorge Oteiza en el 20 aniversario de su fallecimiento. Este proyecto se mostrará en el Museo Oteiza, ubicado en Alzuza, hasta el 4 de junio y cuenta con la colaboración del programa Innova Cultural de Fundación Caja Navarra y Fundación La Caixa, Centro de Arte Contemporáneo de Huarte y Encuentros de Pamplona 72-22. La exposición se completa con la edición de una publicación que recoge visualmente las intervenciones de las artistas, acompañadas de los textos de Juan Pablo Huércanos, subdirector del centro.

El título de esta iniciativa alude al concepto de “interestrato”, identificado por Gilles Deleuze y Félix Guattari en su célebre libro Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, en relación a las transcodificaciones, intersecciones y encuentros que se producen en los procesos de creación de nuevas formas. Así, la apropiación de este término permite reflexionar sobre cómo la creación escultórica actual aborda los encuentros entre objetos y materiales, enfatizando en qué ocurre en sus uniones, en su modo de acoplarse y desdoblarse. 

En este proyecto existe una vinculación con Oteiza porque Oteiza se preocupaba por el espacio y esa preocupación también estructuraba su obra”, destaca Huércanos. Además, añade que esta iniciativa responde al “compromiso con la creación contemporánea”.

ESCULTURAS DE PEINADOS

La propuesta se reparte en tres salas. La primera de ellas corresponde a la artista Nora Aurrekoetxea, natural de Bilbao. Lo que le interesa a esta joven escultora es el “reverso vaciado”. Esto se debe a que en una de las visitas que realizó al museo se fijó en la parte trasera de un busto de un retrato de Unamuno esculpido por Oteiza, y a partir de ese momento supo que quería esculpir con el peinado como temática. “Reflexioné sobre la relación entre ornamento y estructura. En concreto, el pelo se suele leer como algo ornamental que va unido a la cabeza, que se considera estructural. En cambio, yo no quería cabeza, yo solo quería peinado. Quería centrarme en trabajar la presencia a través de lo que no está”, explica Aurrekoetxea, recalcando que lo que realmente le interesa es el “pliegue”, los “doblajes”.

En un principio, en la exposición se iba a proyectar un vídeo en el que aparecían bailarinas haciendo hair dance, pero finalmente la artista decidió no incluirlo, aunque sí estará disponible en la página web del museo. “Es interesante ver cómo se puede articular el movimiento del cuerpo a través del movimiento del pelo”, destaca.

REUTILIZAR MATERIALES

Por su parte, Miren Doiz, procedente de Pamplona, no busca “generar producción”, sino trabajar con los materiales que forman parte de su entorno. “Con esta exposición quería resignificar ciertos objetos y materiales”, expresa. La pintura y el color actúan como coagulantes de un proceso continuo de solapamientos y encuentros, que en esta intervención ayudan a romper la geometría de la sala y funden los cuerpos con el lugar.

“He utilizado materiales que me han acompañado toda la vida, hay hasta un trozo de cisterna de mi casa, lo usé porque me parecía que tenía una plasticidad curiosa”, ríe la artista.

UN DIARIO VISUAL

Los objetos internacionales que componen la propuesta de Marina González Guerreiro, procedente de Pontevedra, renuncian a cualquier ruptura con su pasado. Su intervención se articula como un diario visual, un fluir de vivencias construido con objetos frágiles, de una cierta caducidad. Todos ellos y sus relaciones componen este dietario objetual que manifiesta el tiempo pasado, fijado en el clamor de los pequeños detalles.

“He querido traer piezas en pequeño formato, algunas de ellas incluso están inacabadas. También dispuse una banda perimetral que recorre la sala y ayuda a articular la exposición, le da una línea narrativa, es como estar leyendo un cuaderno”, señala González.

Con cariño, la escultora recuerda que su casa siempre fue algo “excesiva”. “Siempre movíamos objetos de aquí para allá, era un poco caótico. Con el tiempo me doy cuenta de que precisamente por eso me interesan los objetos que han vivido, que tienen una historia. Es como atesorar recuerdos”, concluye González.

LABORATORIO INFANTIL

Tomando como base la muestra Interestratos se realizará un laboratorio de escultura a modo de diario personal de cada participante. En él se incorporarán objetos biográficos que serán transformados a través de distintas prácticas plásticas con el objetivo de significados. Esta actividad tendrá lugar el 11, 12, 13 y 14 de abril y está dirigida a niños de entre 6 y 12 años. El precio es de 70 euros la semana completa.

El Departamento de Educación Estética del Museo Oteiza en colaboración con la Asociación Itxaropen Gune, que trabaja en la lucha contra la trata de mujeres con fines de explotación sexual en Navarra, lanza un proyecto socioeducativo del 17 de abril al 17 de mayo. En él se desarrollarán talleres pare representar y reflexionar sobre los trabajos mostrados en la exposición desde conceptos como la memoria, la identidad o el cuerpo como objeto.