Literarte: Las historias que cuentan

La idea se le ocurrió hace un tiempo al actor y productor Ángel García Moneo. Desde entonces, ha ido mutando y enriqueciéndose con distintas aportaciones hasta llegar a lo que es hoy la primera edición de una programación que arrancó en enero en la Biblioteca de Navarra y que ya ha visitado unos cuantos espacios. En concreto, esta misma semana se ha celebrado en la Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona, en Altsasu y en Tudela y próximamente llegará a Estella, Villava, Noáin, Barañáin, Sangüesa y Civican, de nuevo en la capital navarra, para regresar en otoño con un par de funciones más. Sin duda, “la respuesta ha sido fantástica”, afirma el intérprete. Y su socia, la dramaturga y directora de escena Ana Maestrojuán, añade: “Queríamos unir nuestras dos pasiones, la literatura y el teatro, y también diversificar nuestra actividad como compañía”. García Moneo coincide y apunta que esta es otra manera de “expresar el hecho teatral” y de “atraer a otros públicos”, como el que habitualmente participa en los diversos clubes de lectura de las bibliotecas públicas de Navarra. “Pudimos conocerlos cuando entró a colaborar la Red de Bibliotecas de Navarra y vimos que son un espacio de diálogo, de debate y de expresión de opiniones diferentes desde el respeto entre personas que viven en la misma localidad”. 

Al igual que las bibliotecas, las casas de cultura, “cada una con sus peculiaridades”, también han nutrido LiterArte, que, asimismo, se ha abierto a las/os profesionales de las artes escénicas contando, en su primera edición, con tres dramaturgas y un dramaturgo de la Comunidad Foral: Miguel Goikoetxandia, Laura La Iglesia, Virginia Moriones y la propia Ana Maestrojuán.

4 libros, 4 piezas teatrales

Las autoras y el autor escogieron cuatro títulos de entre la extensa lista de libros que se leen este curso en los clubes de lectura de las bibliotecas y crearon a partir de ellos, “y con total libertad”, cuatro piezas teatrales de entre 15 y 20 minutos que Maestrojuán ha anudado en una. Así nació Las historias que cuentan, el montaje teatral que se representa en cada cita de LiterArte y que se compone de escenas generadas a partir de la lectura de La Tía Tula, de Miguel de Unamuno; Rewind, de Juan Tallón; La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero, y El infinito en un junco, de Irene Vallejo. 

Teatro y literatura confluyen, pues, en una propuesta de una hora de duración que interpretan Izaskun Lasarte y Ángel García Moneo, que tras la representación mantienen un encuentro con el público junto con alguno/a de los/as autoras/es y de Ana Maestrojuán, responsable de la dirección del montaje y de la coordinación artística del proyecto. “Las piezas que se han creado son totalmente libres; se trataba sobre todo de encontrar cuál era la pulsión que había en cada libro”, comenta. En cuanto a la unión de todas ellas, reconoce que ha sido “complicado” encontrar la coherencia estética y conceptual, pero una vez resuelta esa cuestión “ahora parece que no podría ser de otra manera”. Así, todo sucede sobre un línoleo blanco, casi como una página “en la que se encarnan las palabras”, y donde desde el vestuario a lo que se dice y cómo se dice tiene importancia. Y continuidad. “Luego ya es trabajo de cada espectador detectar cómo se han unido las cuatro historias”. “Hemos utilizado pocos elementos, pero bien elegidos”, agrega. 

Un momento de la función. Iban Aguinaga

Segunda edición

De este modo, las/os lectoras/es que conocen los libros asisten al nacimiento de un texto teatral a partir de ellos. Y lo hacen desde muy cerca, porque esta es una propuesta de pequeño formato en busca de una “experiencia de proximidad”, indica García Moneo, que confirma que el propósito es celebrar una segunda edición de LiterArte en el curso 2023-2024. “Nos gustaría que participaran más clubes de lectura que este año, así como otros espacios”, continúa. 

Por supuesto, en una próxima entrega, Producciones Maestras contaría con nuevas/os dramaturgas/os y con otros libros. “Nos apetece mucho trabajar con autores ajenos a la compañía y que a la vez ellos vean cómo otra persona dirige sus textos. Puede ser muy interesante y así acabaríamos un poco con el yomimeconmigo”. Eso sí, aunque el formato será similar al de esta primera edición, el festival funciona como “un organismo vivo” que irá escuchando las opiniones de las/os asistentes y de otros participantes y colaboradores y “se irá adaptando a lo que nos sugieran”, manteniendo el planteamiento “férreo” de apostar por la literatura y la puesta en escena en lugares no convencionales involucrando a personas de las entidades implicadas.