El que seguramente sea el plato principal del programa de la 84ª edición de la Quincena Musical donostiarra, la Sinfonía nº8 de Gustav Mahler, hizo vibrar ayer a los asistentes al Kursaal de San Sebastián, donde se citaron más de 400 músicos sobre el escenario. Euskadiko Orkestra y la Orquesta Sinfónica de Navarra unieron sus fuerzas bajo la batuta de Robert Treviño para, junto a los coros del Orfeón Donostiarra, el Orfeón Pamplonés, Easo Eskolania y Easo Gazte Abesbatza, llevar a cabo una de las partituras más ambiciosas del repertorio orquestal clásico. En la imagen, un momento de la colosal actuación desarrollada ayer.