Integrar la exposición tradicional de pintura con las nuevas tecnologías es la idea que ha tenido la artista pamplonesa Naroa Armendariz, que, hasta el día 28 de noviembre, está exponiendo sus obras más recientes en el Espacio Artístico Ormolú en la calle Paulino Caballero.

Armendariz trabaja la técnica de sumi-e, o tinta china en japonés, sobre lienzo y papel. A las fotografías de estos cuadros producidos de manera tradicional, les superpone una animación creada digitalmente, de manera que, a través de la tecnología de realidad aumentada (AR), el espectador podrá ver pequeños “monigotes” que se mueven por la pintura, interactuando con sus formas. Además, mediante la tecnología de realidad virtual (VR), genera un espacio diferente en el que exponer sus cuadros, un metaverso al que se puede acceder con las gafas que sirven para este fin. La pintora ya había empleado anteriormente la tecnología VR, pero la realidad aumentada es una novedad de esta muestra.

La artista pamplonesa busca generar “una experiencia innovadora en el público”, lo que ella describe como “un viaje entre nuestra parte más esencial, profunda, transcendental y la más ligera, divertida y espontánea. Una conexión con la globalidad de lo que somos y quizá, el darnos cuenta de que rechazamos una de esas dos partes”. Y es que, no todas las personas que observan su arte reaccionan de la misma manera. “A mucha gente a la que le conmueven mis cuadros, el hecho de ver encima de ellos unos monigotes jugando les genera rechazo, tienden a ver la parte digital como una frivolización de algo importante. Sin embargo, a las personas que conectan más con la parte digital les suele costar dedicar el tiempo que necesitan los cuadros para poder adentrarse en ellos y sentir su profundidad, les suele resultar aburrido”, destacó.

Para poder explicar su trabajo y mostrar el metaverso que ha creado para este espacio, Armendariz ha organizado unos encuentros con el público los miércoles y jueves de noviembre, a las 11.30 y 18.30 horas respectivamente.

ARTE Y NUEVAS TECNOLOGÍAS

La idea de mezclar el arte tradicional con las nuevas tecnologías surge de una necesidad de la autora de “complementar o equilibrar la seriedad, la búsqueda de lo esencial y de lo transcendental de su trabajo pictórico”. La artista afirmó que su trabajo busca mirar más allá de lo aparente y accesible. En este caso, las animaciones de la parte virtual son lo mundano, lo ligero, lo divertido, que ella sentía que había perdido en esta búsqueda y que a día de hoy valora, “por la sensación de bienestar que le aporta”.

En contraposición al alarmismo que algunos artistas sienten con la irrupción de las nuevas tecnologías en el ámbito de las artes, Naroa Armendariz se muestra optimista. “En la medida en que la tecnología evolucione y surjan nuevos medios expresivos, se replanteará el uso de las técnicas ya existentes y se incorporarán a las nuevas tecnologías”, indicó. Considera, además, que las técnicas tradicionales y nuevas se pueden aportar valor mutuamente. Comparó la relación actual del arte y la tecnología con la aparición de la fotografía: “En el siglo XIX la sociedad se planteó la necesidad de continuar pintando y la posible desaparición de esta técnica porque ésta se utilizaba para representar la realidad. Lo que ocurrió es que la pintura se vio liberada de esa función y pudo evolucionar”, destacó.

LA ESTÉTICA JAPONESA

El gusto de Naroa por lo oriental proviene de la cultura japonesa de la estética, que va más allá de lo puramente visual o sensorial. La estética, según Armendariz “siempre se muestra en relación a lo transcendental de la vida, haciendo paralelismos entre estética y estados vitales”, un concepto de la belleza que afirma sentir muy cercano. “Reflejan aquello que yo busco con mi trabajo por lo que son conceptos en los que me gustaría seguir indagando”, indicó.

Por otro lado, otro aspecto de la cultura japonesa que se aprecia en su trabajo, es que los contrastes están integrados de manera más natural, ya que, en el país nipón las tradiciones ancestrales conviven con la tecnología más puntera, algo que podemos observar en los cuadros que se exponen en el Espacio Ormolú.