En estas fechas prenavideñas en las que el ritmo se acelera más de la cuenta y hay sobredosis de estímulos consumistas, conviene detenerse y cultivar la pausa y la contemplación. Parar para disfrutar del arte.

En Pamplona hay oportunidades entre diciembre y enero. A las exposiciones en museos y salas municipales de la Ciudadela, se une la oferta de galerías y otros espacios de la ciudad, que acogen muestras centradas en estos momentos en la luz, el agua, el paisaje, los animales o en enigmáticas figuras que condensan el misterio de la existencia humana. Escultura, pintura, ilustración o fotografía son los lenguajes a través de los que se expresan los creadores y las creadoras que habitan estos días con sus obras La Fábrica de Gomas del Soto de Lezkairu y las galerías Ormolú y Fermín Echauri 2 , en Pamplona, y ArteA2 en Zizur Mayor.

La fábrica de gomas

‘Lux hábitat’, esculturas de alabastro y luz

El escultor pamplonés Javier Soto Nantes invita a “sentir y acariciar” su arte en La Fábrica de Gomas del Soto de Lezkairu, que luce más cálida y acogedora que nunca en la propuesta de este creador, Lux hábitat. Esculturas de alabastro y luz de una gran armonía volumétrica y lumínica y un toque zen que ofrecen al visitante la oportunidad de establecer un diálogo sereno, con las obras y consigo mismo. Una ocasión de introspección a través de la abstracción geométrica y de la condición translúcida de un material muy especial, el alabastro, “que tamizaba la luz en la antigüedad en espacios de recogimiento y meditación”, dice Soto, apasionado explorador de esta piedra de la que aquí se utilizan diferentes tonalidades, vetas y grados de pureza para completar las posibilidades expresivas y obtener bellos matices cromáticos.

En la exposición conviven piezas sobre caja de luz, mosaicos encerrados en cajas, piezas de pequeño formato –casi un juguete que entra en la palma de la mano–, y piezas suspendidas en el aire que desafían la gravedad en dialogo con su propia sombra.

Esculturas de alabastro suspendidas en el aire.

Tal y como explica el propio escultor, en la elaboración de las piezas “es muy importante el trabajo manual”. Y es que, al abordar el alabastro de manera manual, con herramientas de carpintería japonesa, “es el propio material el que te enseña cómo desea ser tratado para ofrecerte sus mejores posibilidades lumínicas, desde cubos donde la luz queda atrapada a finísimas láminas, trabajo manual que no te permite las prisas, pero a cambio te ofrece la posibilidad de pensar y meditar con calma la evolución del trabajo. Donde el alabastro te premia con su tacto sedoso y su frialdad y se torna espacio cálido cuando se fusiona con la luz”, dice Javier Soto, apuntando que “al final del proceso creativo se produce el abandono casi zen del yo del artista, la renuncia al ego, ante la propia obra de limpieza y elegancia de respeto exquisito que lo convierten en un elemento de meditación”. Pensamientos que remiten a la cultura japonesa, por la que el autor siente gran admiración y respeto.

Galería Ormolú

Pere Bennassar y Joseja Casado, agua y oxígeno

Agua y Oxígeno. Sin ellos no habría vida. Tan necesarios como bellos, estos elementos se ponen en el centro en la nueva cita expositiva de la Galería Ormolú, un diálogo entre el artista mallorquín Pere Bennassar Riera y el navarro Joseja Casado. Dos autores que coinciden en técnica –la pintura acrílica– aunque con estilos y maneras de hacer muy diferentes. El isleño nos deleita con fondos marinos plagados de algas, flores y fauna del Mediterráneo, y el pintor tudelano nos coloca frente al paisaje con sus eternos caminos, cielos azules y cálidos atardeceres.

Bennassar, artista autodidacta, parte de fotografías que él mismo hace cuando practica snorkel. Pinta desde muy niño, y ha ido depurando su técnica hasta lograr una pintura hiperrealista que sorprende al visitante. En su obra, que se presenta en Ormolú en formatos cuadrados, la luz es esencial; de ahí que las fotografías de las que parte las tome lo más cerca posible de la superficie. Es una obra en movimiento que, a la vez, inspira cierta quietud.

Paisaje del pintor navarro Joseja Casado que se exhibe en Ormolú.

El navarro Joseja Casado (Tudela, 1968) vuelve a la galería de Paulino Caballero con paisajes serenos, ausentes de vida humana, en los que juega sobre todo con la horizontalidad y que lucen en un envoltorio   (marco-soporte) con un toque siempre especial . La nieve o la primavera en todo su esplendor muestran su belleza en estas estampas creadas por un artista-caminante que disfruta trasladándonos a una naturaleza atemporal. Da igual si está en la bahía de Cádiz, en la entrada a Logroño o en la zona norte de Navarra. El paseo es siempre agradable y nos revitaliza con el mejor oxígeno.

Galería Fermín Echauri 2

Las enigmáticas criaturas de Juan Béjar

El universo bejariano, enigmático y minucioso, luce de nuevo en Pamplona. La Galería Fermín Echauri 2 de la calle San Antón descubre al público el trabajo en formato pequeño más reciente del pintor malagueño Juan Béjar, con más de 50 años de trayectoria –y casi todo ese tiempo de vinculación a este espacio expositivo de Pamplona–. Nuevas criaturas de inquietante belleza a las que su autor llama “locos bajitos, o bombones envenenados”; burlonas, escépticas, rodeadas de singulares animales y objetos desconcertantes, dan muestra de la visión plástica tan singular de Béjar, artista con un rico imaginario que se nutre de influencias de la música o la fotografía, y de lecturas de Kafka o Freud. Su pintura es siempre una apuesta por el asombro y la curiosidad, por la necesidad que él mismo tiene de hacerse preguntas. El enigma de la propia existencia late en estos personajes y en sus composiciones de fondo, siempre misteriosas. Para el malagueño, maestro de una técnica elaborada, detallista, precisa y minuciosa que practica con pinceles muy muy finos –a veces son solo tres pelos–, sus personajes “son niños que no quieren crecer”. O ancianos y ancianas que retroceden a la infancia con el reflejo en sus rostros de todo lo vivido.

El universo de Juan Béjar, con nuevas e inquietantes criaturas.

Galería Artea 2

‘Animalario 3’

En la tercera edición que acoge de su propuesta Animalario, que invita a artistas a dar visiones humanas del mundo natural, la Galería ArteA2 da muestra de la complejidad y lectura que existente en la relación entre las personas y los animales.

El espacio expositivo de Zizur Mayor se ha propuesto “abordar la presencia del mundo animal en el arte contemporáneo de una manera abierta y desprejuiciada”, dice su galerista, Ana Álvarez. De nuevo, se muestra que el arte interpreta el mundo animal desde muy diversos registros y disciplinas. En esta ocasión, los de diez artistas que se expresan a través de la ilustración –Marcos, Navarro, Helen Hochschild y Sergio Gontz–, la pintura –Sara Rubio Isasi, Iñaki Pardos y Lola Sandoval–, la escultura –Cova Orgaz y Pablo Juarros– y la fotografía –Gorka Beunza y Daniel Ochoa de Olza–.

‘Animalario 3’ pone en diálogo en la Galería ArteA2 visiones de diez artistas acerca del mundo animal.

La dualidad entre el impulso evolutivo y la amenaza al equilibrio natural, la conexión innata –aunque muchas veces rota– del ser humano con la naturaleza, el animal como mito en la ficción, o la belleza y autenticidad de lo salvaje se expanden en Animalario 3 con el anhelo de traspasar las puertas de la galería y llegar más allá.