Había buena entrada en Zentral para el concierto de Mikel Erentxun el jueves pasado. El donostiarra venía a Pamplona para presentar su último y muy recomendable disco, Septiembre, un álbum en el que vuelve a resetearse y busca inspiración en la música de los años sesenta y setenta, que siempre ha estado muy presente en su carrera; sin embargo, en esta ocasión lo hace de una manera distinta, utilizando el piano como nuevo zahorí compositivo y vistiendo cada uno de los cortes con guitarras de distorsión añeja y una vistosa pátina psicodélica. El resultado es uno de los mejores trabajos de su dilatada trayectoria, un álbum doble que iba para triple y que incluye alguna de las canciones más inspiradas que haya escrito jamás. Venía, además, con una banda de lujo, tanto por la calidad como por la cantidad de los músicos que la forman (dos guitarras, bajo, batería y teclados, a los que habría que añadir los instrumentos que tocó el propio Mikel, que fueron la guitarra y el piano).

El cantante arrastraba un fuerte catarro que le obligó a medicarse para poder afrontar en condiciones la actuación; lo mismo le había sucedido (de hecho, en bastante mayor medida) el fin de semana anterior en los dos conciertos que ofreció en Andalucía. Se le notaba algo justo de voz, y esa fue la causa por la que eliminaron del repertorio las canciones que le exigían un mayor esfuerzo vocal. A pesar de ello, tiró de oficio y sacó adelante una muy buena velada. La primera parte de la misma estuvo centrada en los trabajos en solitario que ha publicado en la última década: hubo canciones de Septiembre (Tren a Marte, Flores y café, A la luz de las farolas…), y otras de los tres discos que grabó junto a Paco Loco (El amor te muerde los labios al besar, El hombre que hay en mí). Ahí en medio tenía que haber sonado Rozando la eternidad, pero fue una de las que se cayeron por su exigencia vocal. Así, el primer (y único hasta los bises) rescate de Duncan Dhu llegó con La barra de este hotel, una verdadera sorpresa pues no es uno de los éxitos más obvios de la banda y nunca antes la había interpretado en sus giras en solitario.

Después, la intensidad fue subiendo con Cartas de amor, siempre explosiva en directo, y ese descomunal monumento a la belleza que es Oh, Siena, balada dedicada a su hija que interpretó sentado al piano. Con la banda perfectamente engrasada (destacó especialmente Marina Iñesta, que, además de haber crecido muchísimo como guitarrista, aporta frescura y contrapunto vocal), siguieron avanzando en el repaso a su discografía solista y alcanzaron el cenit con Mañana y A un minuto de ti. Olvidada la enfermedad gracias a los medicamentos y a un público que lo llevaba en volandas, el cantante se desmelenó en los bises: ¿Quién se acuerda de ti?, otra de las que en principio había tachado del repertorio pero que, llevado por la euforia, quiso interpretar de nuevo sentado al piano; Esos ojos negros, en versión “americana” que grabó con Amaia Romero en su anterior disco conmemorativo (Amigos de guardia); Una calle de París, que no la están tocando en esta gira, pero con la que quisieron satisfacer a una seguidora mexicana que llevaba todo el concierto pidiéndola desde la primera fila; y, para rematar, la madre de todos los himnos, ese En algún lugar que terminó de redondear la noche y puso la sala en estado de ebullición.

Es envidiable el nivel creativo que mantiene Erentxun, justo cuando se cumplen cuatro décadas de sus inicios con Duncan Dhu. Sería bonito que celebrasen el aniversario, pero, por de pronto, disfrutemos de lo mucho que nos siguen ofreciendo. Por cierto: este viernes, su compañero Diego Vasallo actuará en la sala 2 de Zentral. No deberían perdérselo.

CONCIERTO DE MIKEL ERENTXUN EN ZENTRAL

Intérpretes: Mikel Erentxun (voz, guitarra y piano), Rubén Caballero (guitarras), Marina Iñesta (guitarras y voz), Mikel Azpíroz (teclados), Fernando Neira (bajo), Karlos Arancegui (batería). Programa: Concierto de presentación del último disco de Mikel Erentxun (Septiembre). Fecha: 16/05/2024. Lugar: Sala Zentral. Incidencias: Buena entrada.