Paisajes, flores, retratos, escenas cotidianas o composiciones abstractas llenaron este domingo de vida y color los lienzos que decoraron durante toda la mañana las inmediaciones del Molino de San Andrés. Y es que, Villava-Atarrabia se llenó de creatividad en una nueva edición del Concurso de Pintura al aire libre de la Mancomunidad Comarca de Pamplona, que este año cumplió 25 años.

El concurso tiene como objetivo apoyar el arte en la Comarca de Pamplona, permitir a las personas acceder al entorno del Molino de San Andrés, dar a conocer los centros de la Mancomunidad y fomentar una conexión con la naturaleza. 239 amantes del arte, de edades comprendidas entre los 16 y los 90 años, se reunieron ayer junto al río para pintar, acompañadas de un tiempo cambiante en el que el sol salía y se ocultaba una y otra vez. 

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XXV Concurso de Pintura al Aire Libre en Villava Iñaki Porto

El jurado otorgó el primer premio, dotado con 2.000 euros, a Álvaro Gil Soldevilla por su cuadro realizado con técnica mixta. Además, se concedieron dos accésits, cada uno con un premio de 1.000 euros, a Manuel Fernández del Valle, de 54 años y vecino de Pamplona, y a Zuriñe Coronado Montoya, de 49 años y también residente en Pamplona.

Álvaro Gil, artista profesional y profesor de pintura y dibujo en la Escuela de Arte de Pamplona, ya había ganado este certamen en la edición de 2019. Su obra premiada en esta ocasión está realizada con técnica mixta, utilizando materiales como rotuladores y ceras. El cuadro multicolor representa la fachada norte del Molino de San Andrés y el canal de toma de agua del viejo molino. Según el autor, eligió la ubicación por el atractivo del agua en movimiento y la luz reflejada en el edificio, así como por el ruido visual del entorno.

Los lienzos, proporcionados por la organización del concurso, fueron entregados a los participantes entre las 10.00 y las 12.00 horas. La naturaleza sirvió de inspiración para algunos, que retrataron sus inmediaciones en sus cuadros. Otros, sin embargo, habían llevado fotos o bocetos desde casa, ya que la temática era totalmente libre. 

Carlos Alonso, de 63 años, contó que había participado en muchos certámenes al aire libre. “Me gusta mucho venir porque la naturaleza, los árboles y otros elementos están muy bien”, manifestó. Alonso trabajó en un cuadro que describió como “abstracto, imaginativo, colorista” en colores rojos y azules en el que se podía intuir las copas de los árboles y un cuerpo de agua, inspirado en lo que tenía en frente. Aunque comenzó en la Escuela de Artes y Oficios con el arte figurativo, afirmó preferir el arte abstracto. “Me siento más libre a la hora de realizar mi obra”, explicó. “Estoy a gusto porque estoy haciendo lo que me gusta, aunque es mejor pintar en un día nublado que con sol”, lamentó, ante el tiempo cambiante de la mañana.

Durante la jornada, que terminaba a las 16.00 horas, momento en el que cada artista tenía que entregar su cuadro al jurado, numerosos paseantes se acercaron al río para observar las obras de los pintores y sacar alguna fotografía. También fue amplia la variedad de materiales que se emplearon, desde brillantes pinturas acrílicas de colores fluorescentes a tubos de óleo cuyo olor se extendía por las inmediaciones, pasando por obras más matéricas en las que se utilizaron objetos tridimensionales.

El evento contó también con participantes internacionales. Sarah Gielink, estadounidense de 26 años afincada en Pamplona, que ya había participado el año pasado, contó que se sintió atraída por el concurso debido a su vertiente más sostenible. “Para mí significa participar en una comunidad que valora el arte. Como es un evento cero resíduos, es un evento que es más que arte”, destacó. “Siempre me ha gustado dibujar, me relaja, me ayuda a desconectar, a conectar con la naturaleza cuando estoy pensando en lo que estoy observando”, añadió.

También se inspiró en el entorno Ana Otano, de 77 años, que pintó un primer plano de un árbol. Esta antigua trabajadora social descubrió el mundo del arte en torno a los 50 años y ha decidido dedicarle más tiempo tras su jubilación. Desde entonces, ha expuesto su obra y ha vendido varios cuadros. “Como el tema de la naturaleza es lo más importante en este momento, creo que necesitamos pensar que el árbol es uno de los elementos principales, lo mismo aquí, que en la Selva Amazónica, que en cualquier sitio”, expresó. “El árbol es vida, ese va a ser mi título”, sentenció. Otano acudió al concurso acompañada de su profesor de pintura, Juan José, que lleva más de 20 años enseñando y pintando. Éste había pensado en un tema, pero lo cambió al ver una botella vacía en el suelo y decidió pintarla para reivindicar el reciclaje y el cuidado de la naturaleza, un tema muy relacionado con el significado del concurso.

Las obras ganadoras y otras 31 seleccionadas se exhibirán en el Molino de San Andrés de Villava del 4 de junio al 22 de julio.