Síguenos en redes sociales:

Karol G conquista el Santiago Bernabéu en la primera de sus 4 citas en Madrid

Entusiasmo entre sus fans ataviados de rosa en un concierto repleto de energía pese a la ola de calor

Karol G conquista el Santiago Bernabéu en la primera de sus 4 citas en MadridRicardo Rubio

Karol G, la Bichota de sonrisa cegadora y canciones pegadas y empoderadoras, puso ayer entre caderazos y buen rollo a un Madrid en plena ola de calor (más) a fuego y “más bonito” para consumar la hazaña inédita de cuatro llenos en el estadio Santiago Bernabéu.

“Esta semana ha sido para mí de mucha gratitud; ustedes mismos pueden ver lo que está pasando aquí y son cuatro noches como esta. Yo soy una niña de su casa, que algún día soñó algo y se le dio; ¡no dejen de soñar porque es posible!”, proclamó entre lágrimas la colombiana al final de dos horas y media de concierto y arropada con la bandera española.

Salvo el intento de traerla en 2023 a un festival latino a las afueras, no hay mejor modo de ilustrar su enorme crecimiento que su actuación previa en Madrid hace cinco años: en una sala para menos de mil personas, donde actuó sin luces y sobre la barra.

Un lustro después, actuará ante unas 240.000 personas en total que agotaron en horas cada una de las citas que proponía en la renovada casa del Real Madrid gracias a un repertorio que ha forjado en este tiempo, especialmente a partir de eclosionar con uno de los grandes temas de la pandemia, Tusa. Tras él llegaron dos discos de éxito, a destacar Mañana Será Bonito (2023), que canta prácticamente entero en esta gira, tanto el original como la reedición Bichota Season, y que la convirtió no solo en una de las artistas más premiadas de los últimos Latin Grammy, sino también en la primera mujer en muchos años con el mejor álbum de música urbana.

Vista del Bernabéu durante el concierto de Karol G.

Como se vio, lidera una masa ampliamente femenina que ve en ella a un referente, un 70% del público que compró entrada según Ticketmaster, así como mucho colectivo LGTBIQ+, con el que se ha comprometido públicamente, como cuando organizó su propia carroza en el Orgullo de 2022.

De la misma forma ha llevado a los hechos su apuesta por el empoderamiento femenino en esta gira, en la que la acompañan no solo cinco músicas a los instrumentos, con una pequeña sección de viento metal, sino también una quincena de bailarinas con las que compone reclamos muy poderosos de gobierno para “las mamasotas”.

Muy puntual inició su fábula para los madrileños sobre una sirena que acaba con el “corazón congelado”, algo difícilmente trasladable a un Madrid de finales de julio, en plena ola de calor fuera y dentro de este estadio con la cúpula cerrada para aminorar las quejas de los vecinos, lo que lo convierte en un horno, no solo por el fervor de los asistentes.

Este se multiplicó con la aparición de la protagonista sobre con un mono muy ajustado de color nude y strass, su característico cabello rosa y toda la actitud de estrella, para interpretar uno de sus grandes éxitos como apertura, TQG.

“¿Son conscientes de la cantidad de personas que hay aquí esta noche y que oigo gritar?”, preguntó ante los 60.000 asistentes a los que recordó que iban a escuchar por primera vez muchas de las canciones de este repertorio, entre ellas la citada Tusa, uno de los momentos más esperados de un “show” recién arrancado.

Para entonces ya habían sonado temas recientes como x si volvemos y otros más tempranos como Mi cama, cumpliendo su promesa de que esta iba a ser “la noche más chimba de nuestra vida”, entre gigantescos tiburones y sirenas congeladas, aunque lo escenográfico no fuera lo más destacable, sino la energía, la comunidad, las canciones y la fuerza coreográfica en torno a ellas.

“¡Qué calor!”, reconoció la propia artista del tórrido Medellín ante un espectáculo que calentó aún más con chorros de fuego y Bichota o El Makinón, todas en la pastilla en el centro de la pista con forma de flor, también allí su “canción favorita” de su último disco, Carolina, la que lleva su nombre real.

Dicen de ella que una de sus grandes bazas es su empatía, manifestada allí en una permanente sonrisa cálida y entre constantes confidencias y palabras de cariño para un público al que dedicó la tierna Ocean, subida en una nube-piano, como una ensoñación a la vez angelical y sin embargo cercana. En ese tramo en pleno ecuador pudo exhibir voz, con otros cortes como Pero tú (sin Quevedo), Mercurio o A ella, la más antigua de esta noche, de su primer disco, Unstoppable (2017). Bajo la moraleja de que “hay una Bichota dentro de cada uno de ustedes” inició el largo tramo final entre un jardín de flores hinchables y con el optimista Mientras me curo del cora que bailó cogida de la mano de su comuna “hippy”, en el momento más naif del espectáculo (y ha habido varios).

También tuvo la ocasión de cantar temas como Contigo, Gucci y los paños o 200 copas. Llegaba entonces sí el final con ese Mamiii con el que volvió a dar en el clavo junto a la otra estrella latina con la que comparte letra, Becky G, así como con S91, que no sonó en conciertos previos, o las ineludibles Provenza y Mañana Será Bonito.