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"Me da bastante vértigo asomarme al día después del último concierto"

El grupo navarro El Columpio Asesino actuará este viernes, 26 de julio, en el Jazzaldia de Donostia dentro de su gira de despedida

"Me da bastante vértigo asomarme al día después del último concierto"Iban Aguinaga

La banda de Pamplona se despide de los escenarios con su última gira, Amarga Baja, después de más de dos décadas de trayectoria. Antes de decir adiós por todo lo alto, El Columpio Asesino se subirá una última vez a los escenarios de Donostia en la noche del viernes 26 de julio, a las 23.30 horas, en el escenario de la Zurriola del Jazzaldia. Albaro Arizaleta (batería, letrista y cantante) explica sus sensaciones. 

¿Cuál ha sido la influencia musical que más le ha marcado? 

–De preadolescente, con 14 años o así, me acuerdo que estaba arreglando la furgoneta de mi padre y en la radio empezaron a sonar los Sex Pistols. Me voló la cabeza. Fue un punto de inflexión. Conocía el punk local, pero no a los Pistols.

Han ganado una gran cantidad de concursos. ¿Han contribuido a que fueran más visibles?

–En nuestro caso, sí. Gracias a uno de los concursos de maquetas que ganamos, uno de los más importantes que se hizo a nivel estatal junto con el de Operación Triunfo, nos dieron nuestro primer contrato discográfico y fue ahí donde empezó nuestra carrera. Fue un punto de partida, a pesar de que teníamos un recorrido.

Esta es la última gira del grupo. ¿Cómo lleva la separación?

–Está siendo una gira muy emocionante y agridulce. La decisión estaba tomada desde hace tiempo. No se tomó por cuestiones de malos rollos en la banda, sino por agotamiento y circunstancias que no tienen que ver con la banda. Entre nosotros nos llevamos tan bien y nos lo pasamos tan bien, que va a ser difícil dejar esto. Por otra parte, está siendo muy bonito ver el respeto y el cariño que están demostrando tanto el público como la prensa y colegas músicos.

¿La gente está eufórica?

–Lo gracioso es que la mitad de la gente nos ha conocido ahora y muchos están flipando. Con el anuncio de la separación se ha arrastrado a mucha gente que no nos conocía y se ha hecho fan ahora. Hay parejas y grupos de amigos que nos han seguido por ciudades y muchos de ellos no nos conocían.

¿A qué canción le tiene más cariño?

–A muchas, pero la que más disfruto tocando en directo es Diamantesdel disco Diamantes.

¿Qué disco diría que fue el que impulsó la carrera de la banda?

–También fue Diamantes, que es donde sale Toro y fue una canción que fue in crescendo, sigue viva y sigue creciendo. Ahora la está remezclando gente joven en Europa.

¿Diría que ‘Toro’ es el mayor logro de El Columpio Asesino?

–Creo que sí. Evidentemente, hay muchas más canciones, pero hay que reconocer que es la canción que más ha tirado de la banda.

Han tocado en una gira por cárceles. 

–Fue una gira en los centros penitenciarios de la Comunidad de Madrid. Era extraño entrar a una cárcel con todas las medidas de seguridad. Era por parte de un programa de un banco. Nadie conocía nuestra música, no nos conocía ni dios. Aun así, nos lo pasamos muy bien y los presos también. Sobre todo cuando fuimos al módulo de mujeres, donde se montó una buena fiesta. Es extraño cuando sales y los presos se quedan dentro. 

El Columpio Asesino ha sumado el 8 de noviembre a su último concierto en la Riviera, que tendrá lugar el 9 con todas las entradas agotadas.

¿Cuál ha sido la anécdota más surrealista que les ha sucedido?

–Destacaría nuestros primeros viajes internacionales. El primer viaje a México fue increíble. Casi ninguno había estado en América y hacerlo junto a tus amigos y que te reciban los fans estuvo muy bien. China también fue increíble, pero a nivel anecdótico. Uno de los conciertos que más nos emocionó a todos en esta gira Amarga baja fue el primero que hicimos en México DF. Fue increíble la tensión, energía… me quedo con eso. 

¿Qué es lo que más le gusta de las giras?

–La furgoneta. Nos lo pasamos muy bien. Hay momentos duros en los viajes de diez horas, pero nos lo pasamos genial.

Prácticamente le ha dedicado su vida a la banda. ¿Qué va a hacer ahora en su tiempo libre?

–Esa es la gran pregunta del millón. Me da bastante vértigo asomarme al día después del último concierto en La Riviera, donde, por cierto, hemos añadido un día más de conciertos (el 8 de noviembre). Le he dedicado mi vida a la banda, casi desde los 20 años. Tenía un objetivo a esa edad que era la banda y se cumplió. Esa forma de vida se acabará en breve y no tengo un plan B. Me voy a dejar llevar, regalarme un año para encontrarse uno mismo y espero que la vida me abra caminos.

Mirando atrás, ¿cuál ha sido el momento más duro que ha tenido que afrontar la banda?

–La muerte de Dani (antiguo bajista). Nos pilló remontándonos de la pandemia. Nos hundió a toda la banda. Le diagnosticaron un tumor cerebral y encarar la gira sin él fue duro. Pero Iñigo (nuevo bajista), que era un gran amigo de la banda y de Dani, se unió a nosotros. Hicimos la sustitución con mucho cariño y encaramos la gira como pudimos hasta que Dani falleció. Fue muy duro.

Han cumplido uno de sus sueños tocando en el BBK Live. ¿Dejan alguno sin cumplir?

–No. Siempre hay algún festival mejor al que se puede ir, pero te das cuenta de que todos son muy parecidos. El gran sueño era vivir de la banda, y que de una banda de amigos hayamos conseguido llegar adonde hemos llegado es insuperable. Por supuesto que se han quedado festivales en el tintero, pero al final hemos logrado mucho y te das cuenta ahora. Muchas veces no hay nada como perder algo para darte cuenta de todo lo que lo valorabas. Algo que nos pasa a todos en nuestro ámbito personal con cualquier cosa. Ahora, haciendo las entrevistas y hablando hay como un ejercicio de psicoanálisis porque empiezas a analizar tu vida y ves tantas cosas y hemos tenido mucha suerte...

El concierto del Jazzaldia va a ser de los últimos en la gira. ¿Qué puede esperar el público?

–Un recorrido por toda nuestra discografía, las canciones más contundentes y que más reclama el público. Es un recorrido muy elástico, que te lleva por diferentes atmósferas y sonidos, que se disfruta.

¿Qué perspectiva tienen respecto a este concierto?

–El escenario está muy bien, en la playa y cerca de casa. Gracias al horario, tenemos la oportunidad de que sea un ambiente más familiar. Va a venir mi hijo y estoy con muchas ganas. Es como tocar en casa.