La compañía navarra Amico Teatro está de regreso en el Gayarre con su espectáculo, Kinki Games, una propuesta que promete llenar de humor Carlos III el sábado 7 de septiembre a las 19.00 horas. Este peculiar show, dirigido por Ángel Sagüés, está protagonizado por Txori García Uriz y Ion Barbarin.

Kinki Games narra la historia de dos personajes, Ion Amico y Txori Amico, quienes llegan en su camioneta a la fachada del Teatro Gayarre, una zona donde está prohibida la venta ambulante, ofreciendo su catálogo de cachivaches y un repertorio de pruebas deportivas tan particulares como divertidas. 

El espectáculo, de 50 minutos de duración, está recomendado para mayores de 4 años y se estructura en una serie de sketches que, aunque contienen algo de texto en italiano, se enfocan principalmente en el movimiento y la expresión corporal. La esencia de Kinki Games reside en la mezcla de danza, teatro y, sobre todo, humor gestual. “El humor, el hecho de que la gente se ría, es medicina para el alma”, manifestó Ion Barbarin.

La idea para este espectáculo surge de la propia trayectoria de Amico Teatro, que lleva más de una década trabajando en teatro de calle, explorando diferentes temáticas y estilos. Tras su último espectáculo exterior, Amico on the beach, de temática playera, en esta ocasión, la inspiración vino del mundo del deporte, en un año marcado por las olimpiadas. “Queríamos hablar de los deportes, pero a nuestra manera. Nosotros trabajamos con mucha coreografía, es todo teatro físico y gestual”, destacó Barbarin. 

“En cualquier caso, Kinki Games surge de las ganas de llegar a muchos pueblos, plazas, y de hacer espectáculos para todos los públicos”, contó Txori García. De esta manera, se ha creado una propuesta que conecta con públicos de todas las edades, desde los más pequeños hasta los mayores. “Montan sus propias olimpiadas, que son unas olimpiadas peculiares. Hay un poco de todo, desde unas tenistas hasta unos nadadores”, subrayó su compañero. “En un momento dado de la historia, aparece la olimpiada de la vida, desde que nacemos, crecemos, nos volvemos adultos, morimos y otra vez empieza el renacimiento”, añadió.

El espectáculo no solo destaca por su contenido, sino también por la cercanía con el público. “El teatro de calle necesita esa mirada, esa conexión del público al que ves a la luz del día; ves sus caras, sus reacciones, y es muy importante mirarles directamente y recibir sus sonrisa”, explicó García. “En el teatro estás en la caja escénica y no tienes esa sensación de ver al público. En la calle, se trata de hacer una interpretación mucho mayor para atrapar la atención”, agregó. Esta cercanía es fundamental para Amico, que busca llevar el teatro a todos los rincones, especialmente a aquellos pueblos que no cuentan con un espacio escénico propio.

El teatro de calle, además, es una manera de hacer este arte accesible a todas las personas. “A veces cuesta que la gente vaya al teatro, pero estar en la calle es una manera interesante de poder crear nuevos públicos. Hay mucha gente que pasa por allí, se queda y se engancha”, indicó Barbarin. “Cuando el público no va al teatro, está la opción de que el teatro vaya al público, nos acercamos a ellos y de alguna manera, lo conocen de primera mano”, añadió García.