La poética política de Herta Müller (Nitchidorf, Rumanía, 1953) ha llegado a Pamplona recordándonos que el mundo siempre ha estado en conflicto, que las dictaduras pasadas tienen importantes resonancias hoy día, y que esta inevitable evidencia nos atañe a todos.
Luchadora incansable contra los regímenes totalitarios, la premio Nobel de Literatura ha entrado de lleno con su arte y su pensamiento en el Polvorín de la Ciudadela, donde lucen los poemas-collages de su último libro, El funcionario dijo.
La exposición, organizada en el marco de los Encuentros de Pamplona - Iruñeko Topaketak 2024, puede visitarse hasta el 24 de noviembre.
El lugar "más bonito e idóneo"
Müller, que protagonizará este sábado por la tarde (19.00 horas) en la Sala de Cámara de Baluarte un esperado diálogo de la bienal de cultura, arte y pensamiento bajo el título El trabajo sensual con las palabras, se ha dejado ver este viernes por la mañana durante unos minutos en la presentación a los medios de comunicación de su exposición, aunque ha declinado hacer declaraciones.
“Sufre una infección de cuerdas vocales y tiene que cuidarse, se está reservando para la charla del sábado”, ha comentado este viernes en nombre de Herta Müller su traductora y editora Cecilia Dreymüller, añadiendo que, según le había trasladado la propia Müller, el Polvorín de la Ciudadela de Pamplona es “el lugar más bonito e idóneo de los que han acogido hasta ahora sus poemas-collages.
Asimismo, la premio Nobel está “especialmente contenta” de que sus poemas-collages se hayan traducido al euskera –además de al castellano–, una labor que ha realizado Maddalen Subijana para el libro que han editado los Encuentros de Pamplona con motivo de la exposición.
Enorme potencia visual
Un total de 140 poemas-collages de los 160 que conforman el libro El funcionario dijo se muestran en este espacio expositivo abovedado. Obras de arte en tamaño postal que nos colocan frente a la potencia del trabajo visual de la célebre literata.
Cada pieza tiene en sí misma entidad como poema, y juntas componen un relato tan hondo y bello en su forma expresiva como sobrecogedor, crudo y necesario.
Palabras recortadas de periódicos y revistas crean frases de una profundidad y potencia visual que atrapan desde el primer instante a quien las contempla y las degusta como merecen, con una lectura pausada y atenta.
“El empeño literario de Herta Müller es hacernos ver que las dictaduras pasadas resuenan hoy ”
Más de 30 años lleva cultivando Herta Müller la poesía-collage, y siempre en tamaño postal. “Ella originalmente recortaba palabras y las pegaba para postales porque en Rumanía no había postales para enviar a sus amigos, entonces hacía esos collages y ha mantenido ese formato hasta hoy”, explica Cecilia Dreymüller al hilo de estas obras de arte, en las que es muy importante el trabajo con el color y con la imagen, y que evidencian que, en la obra de Herta Müller, palabra poética y contenido político son inseparables.
La angustia de la persecución
En este marco, el juego de recortar palabras, esa fragmentación, ha simbolizado siempre para la premioNobel “la percepción del individuo en una dictadura, que es una percepción siempre alterada por la opresión, la miseria y las circunstancias precarias”, apunta su editora y traductora, recordando que el libro El funcionario dijo reúne una mezcla de todos los temas que han ocupado a Müller.
“Es la historia de una refugiada en un país de acogida que es reconocible como Alemania, y muestra cómo el aparato administrativo la humilla y la machaca, y cómo esto la afecta psíquicamente”.
Como la propia autora, que vivió 33 años bajo la dictadura comunista de Ceausescu, la protagonista de su libro ha vivido perseguida y vigilada por los servicios secretos. “El relato refleja los interrogatorios a los que es sometida esa refugiada en el campo de acogida, para determinar si la acogen o no, y al lado de este personaje hay otra docena más: la señora fuertemente maquillada con acento ruso, la señora con el moño, el pájaro del cuello plateado... todo un entorno y un imaginario que crea un ambiente bastante angustiante y que refleja muy bien el estado anímico de las personas recluidas en este campo”, destaca la traductora y crítica literaria, ensalzando “la riqueza de metáforas, súper imaginativa”, que contiene El funcionario dijo, que contiene composiciones de palabras de una potencia visual tremenda: el destino calvo, unos ojos como guijarros mojados, un nido de alambre espino, las verdes pestañas de las coníferas...
El crudo pasado resuena hoy
En palabras de Cecilia Dreymüller, “el núcleo del empeño literario de Herta Müller es hacernos entender que la historia del siglo XX, lo que han supuesto la Segunda Guerra Mundial con el Holocausto, los regímenes que se establecen en el bloque oriental, las dictaduras comunistas..., todo esto tiene resonancias hoy día, y ese intento de pasar a una democracia en los países del este de Europa es un proceso dificultoso y que no está para nada concluido, incluso ella dice está en una fase de retroceso, como podemos ver en Hungría, en Polonia y desde luego en Rumanía. El proceso de asumir responsabilidades por parte del Estado y de reconocer a las víctimas no se ha producido, la cosa está muy mal y ella sostiene que esto es algo que repercute hoy día y que nos atañe a todos. Es algo de lo que tenemos que hablar todavía mucho”.