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Eva García Sáenz de UrturiEscritora

"Desde la era digital vivimos de manera menos profunda y menos presente"

La superventas alavesa, que ha iniciado el viaje hacia el final de su exitosa ‘saga de los longevos’ con la reedición de la primera novela, ‘La vieja familia’, protagoniza este viernes 8 de noviembre los ‘Diálogos de medianoche’ de Civican

"Desde la era digital vivimos de manera menos profunda y menos presente"Sole Hafner

La vida de Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria, 1972), de formación óptico-optometrista, cambió con la publicación de su primera novela La saga de los longevos:La vieja familia (2012). Una obra a la que ahora ha vuelto, que ha reescrito, actualizado y reeditado con Planeta. Regresa así la novelista alavesa a las estanterías de las novedades e inicia el viaje hacia el cierre de la exitosa trilogía, de la que en 2025 se publicarán la segunda y tercera parte, Los hijos de Adán y El camino del padre. La autora de Los ritos del agua, Los señores del tiempo y la Trilogía de la Ciudad Blanca, reconocida con prestigiosos premios como el Libro de Ficción del Año en 2018, The Golden Bullet a la mejor novela extranjera de 2019 y el Premio Planeta de 2020, visita este viernes por la tarde Pamplona (19.00 horas), en un esperado encuentro en Civican para el que hace ya tiempo se agotó el aforo.

¿Cómo se siente ante la reedición de La saga de los longevos, la trilogía que le cambió la vida?

Pues había muchas ganas ya, no solo por mi parte sino también por parte de los lectores y las lectoras. Cada vez más pedían que se reeditase la primera parte, publicada en 2012, que se reeditase la segunda parte y se publicase la tercera. Y esa demanda iba en aumento. Es decir, todos los lectores que se iban incorporando a mis novelas a través de la saga Kraken y del Premio Planeta, de Aquitania, querían leer todo de la autora. La editorial Planeta ha sabido escuchar eso y ha visto claro que no podíamos dejar pasar más años con esta trilogía sin concluir.

Y como autora, ¿cómo afronta ver que se aproxima el final de la saga?

Pues era un ciclo que tenía que terminar, para mí son personajes muy queridos y la trama me sigue enamorando, la de unos personajes longevos que han pasado por tantas épocas de la historia y con sus conflictos familiares... Lo primero, para mí es un auténtico reto como autora retomar la primera trilogía con la que empecé, pero por otro lado me lo he pasado muy bien escribiéndola y volviendo a esos personajes y a esas tramas.

¿Cuál fue la chispa que encendió la llama, que despertó su interés y enamoramiento por los Longevos?

Me pareció muy interesante abordar la cuestión de qué pasaría si no envejeciésemos más allá de los 25 años, y llevarla al extremo; en lugar de presentar personajes con cien años, presentar personajes con muchos milenios y que hayan pasado por distintas culturas y distintas épocas de la historia. Y sobre todo también, el que no estén solos, reflejar esa convivencia, y cómo esos conflictos o apoyos familiares irían cambiando o se irían solidificando a través de los siglos y de los milenios. Esa trama me parecía muy interesante, porque desde un punto de vista tan psicológico, tan personal y tan introspectivo nunca se había reflejado en la literatura.

“Se nos educa como sociedad en tener terror a estar solos, desde niños se nos obliga a estar en todo momento acompañados”

¿Y qué ha aprendido de estos personajes, qué le han aportado los Longevos en este tiempo?

Lo que aporta ver a través de los ojos de un longevo es sobre todo mucho contexto, mucho contemporizar los hechos y verlos no desde la inmediatez, sino desde la perspectiva del tiempo, de qué importancia van a tener dentro de un año, dentro de diez o dentro de cien años. 

Esa perspectiva del tiempo que tan poco cultivamos en esta era de la inmediatez.

Sí, cada vez vivimos más deprisa y eso está haciendo que vivamos todos de manera menos profunda y menos presente. Nuestra cabeza siempre está o en otro sitio o en el futuro. La era analógica llevaba consigo que todos viviésemos de manera más presente. Y la era digital, el vivir en pantallas, lo que hace es que todos vivamos proyectados en una realidad que está a veinte centímetros de nuestro rostro pero que no está en el presente, no estamos ni en cuerpo ni en cerebro.

Y eso hace que crezca el individualismo. En las culturas ancestrales que recupera en esta trilogía se vivía más en tribu, en comunidad, y más vinculados de manera cotidiana a la naturaleza.

Claro, es que cualquier época pasada se basaba más en la supervivencia. Es decir, los valores, la cosmovisión que podían tener dependía muchísimo de la naturaleza y de la comunidad, éstas eran esenciales para sobrevivir, eran épocas más duras. Eso, obviamente con los tiempos se pierde. Ninguno de nosotros en nuestro día a día nos estamos jugando literalmente la vida como sí podía pasar hace varios milenios, y eso, como dices, sí que lleva a un mayor individualismo. El no necesitar a la comunidad para sobrevivir nos lleva a un individualismo, que en algunos sentidos es bueno, porque también hay que tener en cuenta que la comunidad puede alienar mucho, puede obligar a que todos sean iguales, puede castigar lo diferente... En ese sentido creo que el individualismo es bueno, pero el individualismo egoísta y sin empatía nos lleva a muchos de los males de este siglo.

Los personajes de La saga de los longevos van adaptándose a los cambios que trae el tiempo, que trae cada década, algo que todos y todas también tenemos que hacer para poder seguir viviendo. Pero para garantizar esa adaptación, ¿no cree que es clave el autoconocimiento, y es algo que no cultivamos mucho, porque vivimos con estrés, con prisa, con superficialidad muchas veces? ¿No nos aleja eso de la posibilidad de autoconocimiento?

Yo creo que el autoconocimiento pasa por la introspección, y pasa también por algo a lo que ahora mucha gente tiene terror, porque como sociedad se nos educa en tenerle terror, y es a estar solos. Soy de las que piensa que toda persona, si puede en la edad adulta, debería pasar unos años, y no menos de cinco, viviendo solo, viviendo sola. Porque ahí es cuando uno aprende que no necesita de la compañía de los demás, que se lo puede hacer por sí mismo. Entonces, a partir de ahí todas las relaciones, del tipo que sean, van a ser elegidas desde la reciprocidad y no desde la necesidad o la dependencia. Vivimos en una cultura en la que se obliga a estar en todo momento acompañados. A los niños se les institucionaliza desde la guardería, ellos no eligen estar todo el día acompañados: guardería, colegio, universidad, trabajo..., y cuando llegas a casa, familia. La mayor parte de nuestra vida estamos acompañados. Y eso es lo que hace personas aterrorizadas con la soledad, porque no saben soportarse a sí mismas o no saben qué van a encontrarse si están solas. Ese terror es un signo de nuestro tiempo.

“No se escribe una novela a base de frases inspiradoras que se te ocurren por la calle, es un trabajo ingente que se asemeja a una tesis doctoral”

Como se documenta para escribir sus novelas, imagino que está al tanto de los últimos avances en esa investigación que se está llevando a cabo en algunas partes del mundo y por parte de algunas élites para frenar el envejecimiento.

Sí, tuve que documentarme en 2009 cuando empecé a escribir esta saga, y he seguido al tanto, primero porque cuando escribes una novela no la dejas apartada, has elegido un tema que te gusta y te interesa; entonces, en estos años he seguido las investigaciones, y ahora, al retomar la trilogía, he vuelto a ponerme al día sobre lo que hay ahora en 2024.

¿Y qué hay?

Según lo que he encontrado, por lo que pienso que va a ir el tema de frenar el envejecimiento, incluso revertirlo, es por la terapia génica con telómeros. Eso es lo que ahora mismo tiene más visos de llegar antes y con éxito, y que se pueda además generalizar o democratizar. Ahí hay personas millonarias haciendo de cobayas, en Estados Unidos hay mucho movimiento de biohacking en el sentido de suplementación, deporte, estilo de vida, descanso y alimentación. Pero mi opinión es que eso no va a revertir ni frenar el envejecimiento, eso lo que va a dar es una mayor calidad de vida y muchas más décadas de calidad de vida. Frenar o revertir el envejecimiento llegará por la terapia génica.

¿Y se tiene en cuenta en esa investigación la salud emocional? Porque miramos mucho a lo físico, y el bienestar físico va unido al bienestar emocional.

En este tema los científicos y médicos miran el tema de la salud en sí. Puede que la gente cuando piensa en revertir el envejecimiento piense en un rostro sin arrugas. Lo que los médicos piensan es en tener 70 años sin tener demencia, están pensando en los órganos internos, en no tener diabetes, hipertensión, en no tener enfermedades cardíacas... lo que entendemos por enfermedades asociadas al envejecimiento. Que eso lleve asociado también un frenar el envejecimiento a nivel de belleza, epidérmico y demás, pienso que es la parte más superficial de un tema tan importante. En cuanto a la salud mental, habría que ver cómo impacta en la sociedad, es decir, si esto se generaliza o no, o solo es algo a lo que pueda acceder un grupo muy concreto de personas de la élite.

¿Usted ha llegado a responderse a la pregunta de qué sentido tendría la vida si fuese longeva?¿Le gustaría serlo si pudiese?

Pues mi punto de vista ha cambiado desde hace quince años, y por eso tengo claro que lo que yo piense ahora sobre si aceptaría una terapia génica ahora mismo, no será lo mismo que lo que piense cuando esa terapia esté disponible, que entiendo que será dentro de unos veinte años. Porque sé que mis condiciones y mi contexto vital van a cambiar en esas décadas. Y sé que responderé en base al contexto vital que viva en esos momentos. Lo mismo que va a pasar con todos. No será una pregunta que me haga yo, sino que en unas décadas se la hará todo el mundo.

Tiene más de 4 millones de lectores en 40 países. ¿Eso presiona a la hora de ponerse a escribir? ¿Hay que olvidarse un poco de que se es una superventas para no volverse loca y para no traicionarse a una misma como escritora, como creadora?

Pues la presión, o el número de lectores ha ido viniendo no poco a poco porque son muchísimos, pero sí que se han ido sumando con cada novela, entonces he tenido quince años para adaptarme a esa situación. Cuando escribo lo hago siempre a puerta cerrada y en lo único que me concentro es en lo que yo puedo controlar, y lo que puedo controlar es sacar adelante cada día el capítulo que me he planteado. Me concentro únicamente en eso, y en ese sentido escribo exactamente igual que cuando empecé los Longevos. Para mí lo importante era que el capítulo tuviese sentido, que me emocionase a mí, que tuviese algo que para mí como lectora valiese la pena leer y seguir adelante con la novela. Y esa ha sido la premisa bajo la que siempre he escrito.

“Dentro de 20 años, todas las personas nos haremos la pregunta de si aceptaríamos someternos a una terapia génica para no envejecer”

Escribir, hacer literatura, es un oficio que requiere una rutina de muchas horas, mucha dedicación. ¿Cree que se percibe y se valora así socialmente?

No es que no se valore, el trabajo de ser novelista o escritora pienso que es de los más admirados en la sociedad. Pero sí hay una idealización que no se corresponde con la realidad del trabajo del día a día. Es decir, la gente piensa que es un trabajo que tiene más que ver con las musas, con el talento, con la inspiración, con momentos de lucidez, con la chispa creativa... Pero en realidad, 400, 500 páginas, son un trabajo que hay que mantener en el tiempo durante meses o durante años, y para eso se necesita una disciplina, una fuerza de voluntad y un compromiso con una misma, además de con la editorial. Hacer literatura no tiene que ver con esa imagen idealizada del escritor que va por la calle mirando las nubes y apuntando frases que la musa le susurra al oído. Puedes hacerlo, obviamente, pero así no escribes una novela, a base de frases inspiradas que se te ocurran por la calle. Es un trabajo que se asemeja más a una tesis doctoral, un trabajo ingente que te lleva cuatro o cinco años. O como pasa ahora que se publica cada menos tiempo por los requerimientos de la era de la inmediatez, puede llevarte dos años o año y medio, pero el trabajo sigue siendo el mismo. Tienes que montar una estructura narrativa de 400 páginas y después escribirla. No tiene nada que ver con frases sueltas que se te ocurran.

¿Cómo ve en este sentido las adaptaciones audiovisuales de novelas extensas, como la de su obra El silencio de la ciudad blanca? Quinientas páginas resumidas en hora y media de película.

En esos casos hay que tener en cuenta que el canon es la novela, ahí es donde está el material canónico. Cualquier adaptación, ya sea al cómic, audiovisual o al videojuego, siempre va a ser una adaptación de ese material madre que siempre es el más profundo, el más explicado y el que tiene más contexto de todos.

“Me lo he pasado muy bien volviendo a los ‘Longevos’, son personajes y tramas que a día de hoy me siguen enamorando”

¿Qué le mueve como escritora? ¿Y qué le mueve como lectora, qué le interesa y qué recomendaría de lo que ha leído últimamente?

Pues como escritora me mueve siempre la curiosidad, es decir, que un tema me guste tanto, que me obsesione tanto que quiera documentarme sobre él y que los personajes y las escenas aparezcan en mi mente rápido y muy vivas, y que necesite volcar todo ese material en la hoja en blanco. Con todas las novelas que he escrito me ha pasado eso. Como lectora, soy muy muy ecléctica, no solo me gusta leer narrativa sino también mucho ensayo, mucha historia, en su momento mucho libro de empresa. Libros que pueda recomendar, pues mira, de Vanessa Springora El consentimiento, un libro que ahora mismo podría estar muy de actualidad; de Delia Owens La chica salvaje, o de José Luis Sampedro La vieja sirena, o de Frank McCourt Las cenizas de Ángela... son libros que he querido mucho, a los que suelo volver, que releo y que recomiendo a cualquier persona.

En 2025 saldrán Los hijos de Adán y El camino del padre, ¿se sabe ya en qué meses se publicarán?

Sí, lo que pasa es que ya sabes cómo funciona, cuando son grandes lanzamientos, los escritores no podemos desvelar la fecha hasta que lo haga la editorial. Primero se desvela la cubierta, luego se desvela el título, le sigue la sinopsis y después la fecha, y todo eso lo marca la pauta editorial. Entonces, lo iré diciendo según me vaya marcando la editorial en mis redes sociales.

¿Y qué ve en su horizonte literario después del cierre de esta saga?

Pues después vendrá Kraken 6, volveré a ello en cuanto termine esta gira de promoción que tengo hasta el 19 de diciembre.

Portada de 'La vieja familia', primera novela de la 'saga de los longevos' que reedita ahora Planeta.

LA NOVELA

  • Título:La vieja familia, primera entrega de La saga de los longevos
  • Editorial: Planeta
  • Páginas: 480
  • Precio: 22,90 euros