Con el paso de los años, las salas de cine han ido desapareciendo del corazón de Pamplona. Espacios que en su momento fueron centros de reunión y cultura han sido trasladados a las afueras o han cerrado para siempre, transformándose en supermercados, centros comerciales o locales vacíos. Esta realidad es el eje central de Las Salas, el cortometraje presentado por la joven artista Laura Chivite en el Museo de Navarra.
El cortometraje, financiado gracias al Premio Talento Joven otorgado por el Gobierno de Navarra a Chivite en 2023, aborda la desaparición de emblemáticas salas de cine de Pamplona y lo que han llegado a ser en la actualidad. Lugares como los cines Guelbenzu, los Mikael, los Príncipe de Viana o los Carlos III cobran vida de nuevo a través de la narración de este proyecto.
El acto contó con la presencia de la consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, quien destacó la importancia de apoyar el talento joven para enriquecer el patrimonio cultural de Navarra. “Es un orgullo ver cómo artistas como Laura rescatan y reinterpretan nuestra historia a través de proyectos innovadores y emotivos”, ha comentado Esnaola.
El Premio a la Promoción del Talento Artístico apoya e impulsa la iniciativa de jóvenes emprendedores en el ámbito artístico y cultural, contribuyendo a la visibilización y profesionalización del talento emergente en Navarra.
La voz que acompaña las imágenes es la del padre de la propia Laura, el escritor Fernando L. Chivite, un guiño personal que convierte el relato en un homenaje aún más íntimo. “Mi padre cuenta dónde estaba cada cine y qué ha sucedido con ellos. Ha sido un trabajo muy familiar” ha asegurado la autora. “Yo grabé, tuve la idea y una amiga íntima hizo el montaje. Todo ha sido muy humilde, casi casero, pero lleno de cariño”, explica.
Durante la presentación, Laura Chivite ha reflexionado sobre cómo la desaparición de estos espacios ha afectado a la vida cultural de la ciudad. “En Madrid, donde vivo ahora, tengo varias salas cerca de casa y una oferta amplia en versión original. En Pamplona, quedan solo los cines Golem Baiona y Yamaguchi”, señaló. Además, animó al público a seguir asistiendo al cine: “Sí, es caro, pero si no vamos, desaparecerán todas, y lo que antes era un centro de cultura podría convertirse en un local vacío”.
El cortometraje también resalta cómo algunos de estos espacios han adquirido nuevas funciones, como el Gayarre, que aunque sigue siendo un espacio cultural, ya no proyecta películas, o el Cine Arrieta, donde ahora se encuentra la Escuela Navarra de Teatro. Sin embargo, el mensaje principal de Las Salas es la pérdida de esos lugares que marcaron generaciones y formaron parte del tejido cultural y emocional de Pamplona.
“Siempre me ha interesado el cine y lo audiovisual, aunque antes me había dedicado más a la escritura. Este proyecto me permitió explorar nuevas formas de expresión y homenajear algo que siempre me ha apasionado”, ha afirmado Chivite. También ha añadido su intención de mover el cortometraje y compartirlo con un público más amplio.
Cada parada dentro del cortometraje es una ventana al pasado, cargada de recuerdos, que ilustra la transformación de la ciudad y cómo su identidad cultural ha cambiado con los años.
Estas imágenes, acompañadas por la narración pausada y natural de su padre, logran subrayar la importancia de mantener viva la memoria de estos espacios.
Las Salas invita a recordar y también a reflexionar sobre el futuro de los cines y la importancia de preservar los espacios culturales como parte de nuestra memoria colectiva.