Marginalidad, excesos de la sociedad consumista, apropiación y expolio cultural, la familia separada a causa de la migración forzosa, la poesía frente al fin del mundo... Son algunos de los conceptos que abordan las películas del primer programa de la Sección Oficial del Festival Punto de Vista, en la que compiten 17 películas (10 largos y 7 cortos) de 13 países.
Así, hasta el próximo sábado, 1 de marzo, Baluarte se convertirá en sede principal de la 19ª edición del Festival Internacional de Cine de Navarra, que también alojará contenidos en la Ciudadela, el Museo Oteiza, Golem Yamaguchi, la Filmoteca y, de noche, en el bar Txintxarri. En total, más de 70 actividades entre proyecciones, mesas redondas, presentaciones y otros eventos.
Escenario del crimen
Uno de los directores que ha viajado a Pamplona para acompañar a su película ha sido el colombiano David Gómez Alzate, que ha proyectado Materialsammlung (Colección de materiales, Alemania / Colombia, 2024), propuesta en la que revisita la colección de piezas autóctonas recogida hace más de un siglo, “antes de la Primera Guerra Mundial”, por el etnólogo Theodor Preuss en dos regiones específicas de Colombia, y trasladada a Alemania. De ellas, algunas están perdidas y otras permanecen en museos, a pesar de las “peticiones de repatriación” realizadas por las autoridades colombianas en distintos momentos. En ese sentido, “esta película tiene un factor político, pero también tiene mucho de otros aspectos: la relación con el archivo, mi relación con Alemania y con Colombia, y la búsqueda de las huellas del pasado en el presente”, ha explicado Gómez.
Y es que, este es un proyecto nacido de unos materiales de archivo, “que contenían una suerte de plástica” y que a la vez, le ofrecían “una geografía” de los espacios donde se habían encontrado las piezas. Un "escenario del crimen", ya que "cualquier acopio de materiales altera el significado de las cosas, de reliquias a chatarra y viceversa".
“Me puse como tarea ir primero a visitar esos lugares para ver qué quedaba hoy de lo que refleja el archivo”, generando una experiencia de encuentros, pero “también desencuentros”, porque, al ver las imágenes, uno tiene la esperanza de que eso que ha visto esté tal cual en los sitios, pero hay cosas que han cambiado, y mucho”. Así, la propuesta del director colombiano era “ir a buscar en el presente lo que queda de esas piezas que en su día parecían hechas de piedra y acero”. “Hay algunas que están intactas, otras han desaparecido y de algunas solo quedan unos pocos restos”.
Al mismo tiempo, Materialsammlung es “un documental etnográfico”, ya que su autor convivió con las comunidades indígenas arhuaco y kogi, naturales del norte de Colombia, que conoció en su búsqueda de los restos arqueológicos. Un trabajo de este tipo es complicado “porque, por un lado, la cámara es un dispositivo que invade esos espacios”, y, por otro, está el “aspecto político”. “No son comunidades políticamente ingenuas, sino que quieren ser retratadas de una u otra manera y que se transmitan ciertos mensajes”, y ahí es donde empieza el “juego de la representación” entre ellas y el “ente extraño”, que es el realizador. Un factor externo que “se enfrenta a la realidad etnográfica no solo observando, sino también trabajando, cooperando, escuchando...” Y es que, según Gómez, “haces etnografía a través del tacto, acercándote mucho a la gente, te pones en su situación y vas buscando aceptación en un entorno que no es el tuyo”. Solo así forjó un “vínculo” que le permitió armar esta historia.
Vida fragmentada
Writing Poems at the End of the World, de Kim Wonwoo (Corea del Sur, 2024), es un poemario visual fragmentado en días numerados, donde imágenes, música, sonidos rítmicos, voz y textos se entrelazan evocando lo ausente, la memoria y la cadencia del tiempo. Su director comentó ayer que ya el título expresa mucho de lo que pretende su trabajo. En ese sentido, ha defendido que “escribir poemas es una actitud contra la situación del final del mundo” que parece que vivimos en estos momentos. Un final que el realizador no explica, aunque, como apremia al principio del filme, “no tenemos tiempo”.
La película tiene una estructura particular, ya que está dividida en capítulos que reflejan distintos días que no tienen una correlación temporal. “No hay ayer, hoy o mañana; en tiempos depresivos como son los del fin del mundo, cada día es nuevo y, cuando acaba, es el final”. Writing Poems at the End of the World es parte de un proyecto más amplio que no sabe cuándo finalizará y que hasta la fecha ya suma más de 8 horas de filmación.
Resistencia
Por último, La prunelle rouge, de Pierre Louapre (Francia, 2024), se adentra en lo precario y lo marginal, explorando la resistencia a la sociedad de consumo a través de la fotografía, la escritura y el cine como formas de relectura de lo cotidiano. En concreto, Louapre se mueve por lo pobre de la precariedad que va documentando y por lo pobre de su gesto artístico, en el sentido del arte povera, como estética filosófica que se opone a los valores del sistema burgués y se interesa por materias como la tierra, el cartón, las rocas.
El director ha indicado que “para algunos, esta era una película improbable, con una imagen y sonido sucios”. Sin embargo, “amo el gesto del cine”, por eso “casi no hay montaje” en sus trabajos. “Monto en mi cabeza antes de empezar a grabar”, a través de una meditación previa, y también lo hace cuando camina y escribe, “que también es una forma de montar”, ha subrayado. De esa forma, establece una “intimidad” con la cámara, con la que observa, pero que no controla, de manera que, muchas veces, la mejor imagen es la que a priori se rechaza.
Louapre ha confesado que detesta esas películas llenas de artificios, porque, “para que una película tenga una cierta densidad humana tiene que estar poco formateada” o tocada por los programas informáticos. Y que necesita establecer una conexión con lo que cuenta. “Tiene que haber relación entre la vida personal y lo exterior; es decir, lo íntimo y lo político siempre tienen que estar mezclados. Es una cuestión de ética”. Este tipo de cine que contiene “la fuerza de las contradicciones” y que quiere provocar sensaciones en el público a través de su visionado en pantalla grande “nos puede reintegrar a una sociedad más humana”.
"Lo íntimo y lo político siempre tienen que estar mezclados; es una cuestión de ética”
El creador francés ha calificado el uso cada vez mayor de la IA generativa en el ámbito cinematográfico de "catástrofe". "Se nos está yendo de las manos lo mejor que hemos tenido”. “Es horrible, una pérdida y una delegación de la libertad. Si seguimos así, en pocos años lo único que vamos a tener que gestionar serán temas logísticos de las máquinas”.
Túnez
Por último, también hoy se ha exhibido Bamssi, de Mourad Ben Amor (26', Bélgica / Túnez, 2024), que no ha estado en la rueda de prensa posterior. Se trata de un relato construido a partir de imágenes con la urgencia de una historia de Instagram que teje un diálogo familiar entre Mourad y Fairuz, Túnez y el extranjero. El tiempo y su subjetividad, para algunos pasa rápido, para otros muy despacio, es uno de los ejes de este trabajo que parte de una pregunta: ¿Puede alguien esbozar un mundo entero en el sencillo acto de filmar a los animales que comparten hogar con él?