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Emanuele Randon, ‘Jesús’Guitarrista de Talco

“Mientras tengamos hambre de tocar, seguiremos”

La banda italiana Talco estará este viernes 7 de marzo, en la sala Tótem celebrando sus veinte años de carrera. Una fiesta de punk, ska, diversión y compromiso social.

“Mientras tengamos hambre de tocar, seguiremos”

Talco celebra sus veinte años de carrera, todo un logro en los tiempos que corren.

–Estamos muy orgullosos de haber alcanzado los veinte años, no pensábamos que fuésemos a llegar hasta aquí. Estamos un poco más mayores, pero hemos hecho mucha carretera y tenemos mucha experiencia. El espíritu no ha cambiado, nos seguimos sintiendo como cuando empezamos con el grupo. El primer disco lo grabamos a finales de 2004, y aquí estamos.

Celebran el aniversario con un disco en directo, grabado en diferentes conciertos y sin retoques de estudio. ¿Cómo ha sido eso?

–Hace dos años, cuando hicimos la gira del disco anterior, Videogame, empezamos a llevar un mixer digital a los conciertos y ahora los grabamos. La idea era elegir, más o menos, una canción de cada ciudad. Luego lo hemos mezclado y masterizado, pero no hemos regrabado nada. Lo que se oye es lo que se puede escuchar en un concierto de Talco.

Decía antes que no esperaban llegar a los veinte años. ¿Qué pretensiones tenían cuando empezaron?

–Al principio estábamos Dema, el cantante; Nicola, el batería, y yo, que soy guitarrista. Empezamos en la escuela, haciendo versiones de nuestras bandas favoritas: punk rock americano, cosas más comprometidas de Banda Bassotti… Luego añadimos otras influencias, como el rollo cantautor italiano. Empezamos a actuar en centros sociales, fiestas… Poco a poco, fuimos tocando más.

¿El punto de inflexión del grupo llegó cuando empezaron a salir al extranjero?

–Sí, ahí que cuando vimos que podíamos vivir de esto. Un amigo, Enrico, cantante de Los Fastidios, nos animó a tocar fuera de Italia. Con nuestra vieja furgoneta hicimos más de 500.000 kilómetros. Empezamos en Alemania. En 2008 encontramos un promotor en Cataluña y desde allí fuimos al País Vasco y a Navarra con nuestro amigo Iker Baserri. Y luego por toda la península.

La trayectoria del grupo siempre ha sido ascendente. ¿Qué ha sido lo más duro de todo esta andadura?

–Tocar veinte años significa aguantarse veinte años. Es como un matrimonio (risas). Hay que respetarse y tener mucha paciencia. Desde el principio hasta ahora hemos cambiado un par de miembros. En los últimos años, después del covid, hemos recuperado la fuerza de la juventud. Tenemos algún kilo de más y el pelo más blanco, pero el espíritu sigue intacto.

Tienen un estilo muy característico, ese punk de carácter festivo, con los viento… ¿Eso estaba claro desde el principio o ha ido evolucionando con el tiempo?

–Ahora tenemos un estilo propio, el estilo Talco, que es una mezcla de todo lo que nos gusta. Al principio nos tiraba más el punk, pero luego Mano Negra y Manu Chao nos marcaron muchísimo, vimos que era lo que queríamos hacer. También Ska-P, cuando empezamos hacíamos versiones suyas. Las letras comprometidas las tenemos desde el principio. También nos gusta la música étnica, de ahí vienen los vientos. Está el estilo cantautor italiano… Mezclamos todo esto y lo que sale es el estilo Talco.

¿Ska-P son muy conocidos en Italia?

–Sí. Ahora siguen siendo muy grandes, pero hasta 2012 hacían los conciertos más grandes en Italia. Les vino bien Napster, porque mucha gente se descargó su música. En Francia también son muy fuertes.

Y además de con ellos, ¿han tenido relación con otros grupos españoles?

–Sí. Boikot son como hermanos para nosotros, nos llevaron con ellos en nuestra primera gira por España. Evaristo es un jefe, una leyenda. A Fermín Muguruza no lo conocemos, pero es otra leyenda. Hace 10 años grabamos una versión de Kortatu.

Talco sigue apostando por la autogestión. Cuando un grupo alcanza cierto estatus necesita cierta infraestructura y profesionalización. ¿Cómo se compatibiliza eso con el ‘do it yourself’?

–Trabajando mucho (risas). Cada uno hace su parte de trabajo, y tenemos la ayuda de una agencia, HFMN, de Barcelona, que ha hecho los conciertos de Fermín Muguruza. Él empezó con 16 o 18 años, ayudando a hacer los conciertos de las bandas que le gustan, y se ha acabo dedicando a ello. Buscamos juntos los aviones, la logística… En la banda nos dividimos el trabajo: yo me encargo de la logística, el batería se encarga del tema económico, otro se encarga de las redes sociales… Así podemos controlar que vamos en la dirección correcta.

Aunque también tocan en otros países, Talco tiene una conexión especial con España. Han grabado discos en Cataluña, las entradas de Madrid se han agotado y las del resto de fechas van por el mismo camino. ¿Cuál cree que es la razón de ese buen entendimiento?

–En Alemania nos adoptaron por la música, que les gustó y nos hace mucha ilusión ir allí. Con el público de la península somos más parecidos. Yo hablo español y nunca lo he estudiado, lo he aprendido yendo allí. El alemán es más difícil (risas). En España se escucha mucha música alegre, hay muchos festivales… Y hay muchas bandas que mezclan varios estilos, eso me gusta mucho y en Italia no se da tanto.

Con la que sí tienen una conexión realmente especial es con Pamplona. Aquí grabaron el disco en directo con el que celebraron su 10º aniversario. ¿De dónde viene esa relación tan estrecha?

–Nuestro primer concierto en Navarra fue en un gaztetxe de Alsasua. Desde ahí hemos ido creciendo. Nos gusta mucho el País Vasco, la gente está muy comprometida, pero siempre con la sonrisa, bailando en los conciertos, cantando las canciones… Hemos tenido una relación fuerte y tenemos muchos amigos allí. Siempre es un placer volver.

¿Cómo será el concierto de la Tótem? Imagino que la base será el disco en directo, aunque también acostumbran a cambiar de repertorio.

–Hacemos un repaso a los veinte años con nuestra fórmula de no parar, a todo meter. Haremos una cosita acústica que será especial, una canción que no solemos tocar, pero que es muy importante para nosotros. No te voy a decir cuál, el que quiera averiguarlo tendrá que venir a la sala. Y será un concierto largo, la gente tiene que ir entrenada porque se baila mucho.

Ustedes suelen decir que cada meta es un nuevo comienzo. ¿Qué le piden al futuro?

–Continuar así. Mientras tengamos hambre de tocar, seguiremos. Esa es la fórmula para aguantar. Ojalá sigamos así muchos años: encontrando gente, viajando, conociendo lugares… Nos encanta.