En España, cuando terminó la dictadura, se produjo una gran explosión de creatividad de la que surgieron muchos artistas por todo el país (músicos, pintores, cineastas, escritores…), haciendo cosas que hasta ese momento habían estado prohibidas. En Uruguay, que hubo dictadura hasta 1985, ¿se vivió el mismo proceso?
–En Uruguay, durante la dictadura no salieron bandas nuevas. En Argentina sí que se mantuvo la actividad, pero en Uruguay no. Fue después de la dictadura cuando comenzaron a surgir un montón de bandas como Abuela Coca, El Peyote Asesino, No Te Va A Gustar, nosotros… Hubo una linda salida de bandas que, por suerte, hemos podido viajar y salir del Uruguay, que somos un país bastante pequeño.
La Vela Puerca nació en 1995. ¿En ese momento había ya una infraestructura creada en el país? ¿O les tocó abrir camino?
–Nos tocó abrir camino, somos carne de cañón. Exisitía Abuela Coca, pero cuando salimos nosotros, en 1995, éramos la banda novedosa del momento. Tuvimos la suerte de tocar mucho y llegar a la gente. Cruzamos a Argentina y en Argentina conocimos a Gustavo Santaolalla, un productor muy conocido al que le gustó mucho nuestro primer disco. Firmamos con él y con Universal. Nos volvió a masterizar el primer disco, regrabamos algunas cosas… Ahí ya nos pusimos a un buen nivel, teníamos un nivel de sonido muy aceptable y estábamos preparados para sonar en la radio, seguir tocando… Con Gustavo estuvimos trabajando dos o tres discos más.
Más que por su labor como productor, aquí a Gustavo Santaolalla se le conoce por sus bandas sonoras.
–Claro. Hizo la de Brokeback Mountain, por ejemplo, que le dieron un Oscar. Y también ha trabajado con otros grupos como Café Tacuba, Los Divididos, Molotov… Bandas muy pegadoras mexicanas y argentinas. Hace bandas sonoras y produce grupos, y también creó Bajofondo, que era una especie de tango electrónico.
La Vela Puerca comenzó a funcionar bien desde el principio, pero creo que fue el tercer disco, A contraluz, el que hizo que la cosa se disparara, ¿no?
–En ese momento empezamos a crecer mucho. A contraluz fue un disco muy importante, sí. Cumplió 20 años en 2024 y lo volvimos a grabar de nuevo. Ese disco tiene algunos de nuestros grandes hits como Zafar o Llenos de magia. Fue importantísimo para el grupo.
Desde entonces, La Vela Puerca ha alcanzado muchos hitos, ha tocado para audiencias multitudinarias, ha recorrido muchos países… Uno de sus grandes méritos es el de mantener el núcleo de la formación inicial durante estas tres décadas, algo muy poco frecuente.
–Sí, siempre comentamos que es uno de nuestros datos curiosos. Hubo un batería al principio que dejó el grupo por una enfermedad, pero el resto de la banda seguimos siendo los mismos. Somos amigos del barrio. Marcamos nuestro comienzo como grupo en diciembre de 1995, en Navidad, que fue nuestro primer concierto. Después, durante diez años estuvimos haciendo conciertos navideños gratuitos; a medida que el grupo iba creciendo, íbamos cambiando de lugar hacia recintos de mayor capacidad. El décimo año se juntaron treinta mil personas y decidimos dejar de hacerlo, pero fue una tradición que estuvo muy bien.
Están acostumbrados a tocar en lugares enormes, y en estas giras por Europa lo hacen en salas no tan grandes. ¿Es algo así como volver a los orígenes?
–Sí. Siempre estamos regresando. A veces hacemos giras por Argentina, que tocamos para treinta o cuarenta mil personas, pero también vamos a otros países como Colombia y allí son conciertos más chicos. Ahora hemos estado en México y hemos tocado para tres mil personas. Por suerte, hasta ahora el público ha ido siempre creciendo, es lo que uno intenta. Siempre vas para atrás y para adelante. El desafío es conquistar a públicos que no te conocen. Sería muy fácil tocar siempre para cincuenta mil personas, hay grupos que pueden hacerlo, pero nosotros vamos a lugares en los que nunca habíamos estado antes. Igual tocas un martes en un pueblo de Murcia y van seiscientas personas, y ahí tienes a la gente muy cerca, que también está muy bien.
Han colaborado con grupos nacionales como La Raíz o La Pegatina, y han manifestado su afición por bandas como Extremoduro, Barricada o La M.O.D.A., entre otros. ¿De dónde les viene esa afición por los grupos españoles?
–Siempre fuimos muy fans de La Polla; de hecho, hace veinte años hacíamos versiones suyas, nos gustaba ese rollo contestatario, las letras, la actitud… Barricada también nos gusta mucho, Extremoduro, Robe ahora… La M.O.D.A. es más folk rock, pero no deja de ser una banda de rock con letras que dicen cosas, nos gusta bastante. La última vez que tocamos en Pamplona invitamos al Drogas a cantar con nosotros. Él es un ser mítico del rock español y salió a hacer con nosotros El pan de los ángeles, un tema de Barricada que solíamos tocar.
¿Pero estos grupos son muy conocidos en Uruguay?
–Extremoduro ha tocado en Uruguay para audiencias de cinco o diez mil personas. Más allá de la banda, la gente tiene mucho cariño a las letras de Robe, que son increíbles. La Polla es un sentimiento, los que tenemos más de cincuenta nos hemos identificado con esas letras y esa actitud. La M.O.D.A. igual no es tan conocida, pero sí que llega algo de rock español a Uruguay.
"Los conciertos que hacemos La Vela Puerca en España prenden fuego"
Es una pena que, compartiendo un mismo idioma, no haya habido más contacto. Aquí tampoco vienen demasiados grupos de Uruguay o de otros países iberoamericanos. Es como si nos diésemos la espalda, ¿no?
–Sin duda, tenés razón. Vetusta Morla sí que ha ido, y algunas otras cosas más pop. Jorge Drexler es uruguayo y vive en Madrid, le va bien en los dos lados, pero es cierto que hay muchas bandas españolas que funcionan muy bien aquí, pero que no van allá, y viceversa.
Ustedes que tocan en los dos lados, ¿aprecian grandes diferencias entre los públicos de los diferentes países?
–El público más rockero, el más prendido, es el argentino. Es un público muy pasional, muy encendido. Se saben todas las letras, lo cantan todo. Cualquier grupo internacional que va a tocar allá suele aprovechar para grabar un DVD, porque tienen mucha pasión. En Uruguay somos un poco más tranquilos. El público español es muy rockero. Los conciertos que hacemos La Vela Puerca en España prenden fuego, como decimos allá, porque van muchos españoles y también muchos uruguayos con la bandera, que se emocionan de vernos representando al país. Nos gusta hacer conciertos y generar una relación con el público, que la gente se olvide de sus problemas y sus preocupaciones durante las dos horas que dura el concierto.
En esta gira española están agotando entradas en varias ciudades. En Pamplona agotaron la primera tanda y tuvieron que ampliar el aforo… La cosa está yendo bien.
–Sí, hemos agotado en Palma de Mallorca, en Valencia… Antes del concierto de Pamplona tocamos en la sala Riviera de Madrid, que es bastante grande, es la primera vez que vamos allí. En Pamplona tenemos a los amigos de Marea. Ellos nos llevaron de teloneros en varios conciertos, hicimos buena amistad con Kutxi Romero y con los chicos. Estamos preparando la lista de las canciones, queremos resumir los 30 años del grupo, que haya canciones de todos los discos. Cuesta mucho, no es fácil con tanto repertorio. Nosotros no somos una banda de punk rock o de reggae; somos una banda de canciones. Hay que hacer una lista que empiece más cañera, luego metes algo más tranquilo, tiene que haber un buen final… Somos esclavos de las canciones. Surgen las canciones y les vamos dando lo que necesita cada una de ellas.