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"San Fermín respira por las peñas"

DIARIO DE NOTICIAS venderá este domingo, por 11,95 euros (más el precio del periódico), la novela ‘El asesino de las peñas’, thriller editado por Lamiñarra con el que debuta Pedro Garate Hernaez

"San Fermín respira por las peñas"Unai Beroiz

Entusiasmado, un poco abrumado y con mucha ilusión. Así está viviendo Pedro Garate Hernaez (Pamplona, 1990) la peripecia de su primera novela, El asesino de las peñas, un thriller sanferminero cuyo periplo comenzó hace unos meses, cuando el autor decidió publicarlo por su cuenta. “Solo para mí y para los cercanos”, creía entonces. Pero las ventas a través de Internet se dispararon y “la sorpresa fue tremenda”. No en vano, durante semanas se codeó con auténticos fenómenos editoriales como la saga de La asistenta, de Freida McFadden.

Así que, “como esto ya se me hacía grande”, contactó con David Mariezkurrena, editor de Lamiñarra, con el que está encantado. Juntos, y si la crianza de las dos hijas de Garate se lo permite, preparan ya nuevos proyectos

Primero empezó a vender esta historia a través de Amazon.

–Sí, la publiqué en febrero porque me hacía ilusión verla en formato libro, aunque solo fuera para mi familia y para mí. Pero empezó a venderse un montón, vi que a la gente le gustaba y que iba a más y me di cuenta de que esto se me hacía muy grande y que necesitaba una editorial, y de aquí, a ser posible. Llegué a David, de Lamiñarra, a través de Carmelo Butini, de La casa del libro de la calle Estafeta, y estoy muy contento.

Parece muy sorprendido por el éxito de la novela.

–Mucho. En un primer momento, la publiqué sin ningún tipo de ambición, solo para tener mi libro en la biblioteca de casa, y, de pronto, gente empezó a contactar conmigo para decirme que lo había comprado y que a ver si podíamos quedar para que se lo dedicara... Nunca en la vida me habían pasado cosas así. Pensaba que, al tratar de un tema tan conocido como los Sanfermines, podía llegar a los lectores de aquí, pero es que se está vendiendo también fuera. No sé si sabrán qué son las peñas, pero por lo que sea, está interesando. Y difundir las fiestas, aunque sea de una manera turbia y oscura y con una historia cruda como esta, siempre está bien.

Con esa portada...

–Sí, influye mucho. La diseñé con un amigo, Edu, que es criminólogo, y David (Mariezkurrena) me la respetó, así que yo encantado. Al final, es un thriller y los asesinatos tienen un vínculo con San Fermín, así que poner un pañuelo ensangrentado me pareció lo más adecuado y atractivo para la gente.

¿Por qué se ha centrado en las peñas?

–Principalmente porque no había leído nada parecido. Y me parece una cosa tan tradicional, tan de aquí... No me imagino las fiestas sin ellas. San Fermín respira por ellas. 

"No entiendo a las personas que se van de Pamplona en Sanfermines; yo no me he perdido nunca las fiestas"

A las/os pamplonesas/es, leer cómo los asesinatos se producen en lugares conocidos y mil veces transitados genera una sensación singular.

–De hecho, ha habido lectores que me han dicho que al leer la novela han sentido como si estuvieran recorriendo las calles ellos mismos. Y eso es lo que pretendía. Sabía que en Navarra se habían publicado thrillers en torno a distintas zonas y temas, pero vi que de San Fermín apenas había, y menos aun en torno a las peñas, así que decidí ir a por lo conocido y que la gente reconociera los lugares y se ubicara en ellos sin problema. Y que a los lectores de fuera les susciten curiosidad. Además, casi todo lo que escribo tiene lugar en Pamplona o en su entorno. Se me hace más fácil así. No podría crear una historia que sucede en Wisconsin; más que nada, porque nunca he estado allí.

Apenas queda una semana para el Chupinazo, este año se le van a juntar unas cuantas emociones, también las que le está generando la novela.

–Bueno, como tengo dos niñas pequeñas, los Sanfermines van a ser un poco distintos, pero también bonitos. Y me hace muchísima ilusión que Lamiñarra haya publicado la novela justo antes de las fiestas y que El asesino de las peñas esté en las calles.

En sentido figurado, ¿no? No vaya a ser que a alguien le dé por imitar estos crímenes.

–(Ríe) No, no, esperemos que no. Hay quien me ha preguntado cómo se me ocurren estas ideas tan oscuras, y yo siempre digo que soy una persona de paz (ríe). Simplemente, me dio por escribirlas y el texto fluyó.

De hecho, salvo algunos crímenes repugnantes que nunca olvidaremos, para ser unas fiestas multitudinarias, el índice de delitos graves no es tan alto como cabría esperar.

–Sí, tenemos esa suerte. Yo creo que es porque la policía se lo curra y cumple bien con su función. Toquemos madera para que las cosas sigan así.

¿Hábleme de su relación con San Fermín?

–Es muy estrecha. Desde muy pequeño, mis padres me llevaban por las peñas y me metieron mucho en el mundo de los gigantes, los kilikis... Y mis abuelos eran del Irrintzi, así que he conocido la procesión, el Riau Riau, los puestos... Después, he sido más sanferminero de bares, eso sí (ríe). 

Vamos, que no le ha pasado como en la novela, que si no se sabía alguna fecha sobre las fiestas o algún dato sobre las peñas recibía un castigo.

–(Ríe) No, no, nada de eso. De hecho, ahora estoy preparando una segunda parte y cuando tengo dudas sobre algo, lo consulto. No soy ni mucho menos una enciclopedia sobre los Sanfermines.

Portada de la novela.

Hace poco leí en una columna que cada vez más jóvenes pamploneses/as se marchan de Pamplona durante los Sanfermines, ¿qué le parece?

–No lo entiendo. Recuerdo que, hace un tiempo, cuando venía algún amigo y me decía que se iba a Salou, me enfadaba. Con la edad eso ya te molesta menos, pero sigo sin entenderlo. ¡Pero si tenemos unas fiestas preciosas, impresionantes! Yo no me las he perdido nunca. En mi vida. Hace unos años estaba con una pareja que quería irse los últimos días y yo le decía que a partir del día 15 donde quisiera, antes no. Aquí lo tenemos todo: si quieres calma, tienes calma; si quieres fiesta y tradiciones, las tienes... Eso sí, la música ha cambiado mucho y, bueno... (ríe)

¿Y cuál es su vínculo con la literatura?

–Aunque esta es la primera novela que publico, he escrito mucho antes. Igual que hay gente que su tiempo libre lo dedica a otras cosas, yo lo que hago es escribir. Y no novela negra, precisamente.

¿Y qué escribe?

–A ver, he leído a Dolores Redondo, a Mikel Santiago y a Don Winslow, entre otros. Más que nada porque para escribir tienes que leer, pero no es el género que más consumo. Soy más de ciencia ficción y de novela postapocalíptica. Siempre le digo a todo el mundo que mi autor favorito es Carlos Sisí, un autor madrileño de la saga de Los caminantes, que me tiene totalmente enganchado. Es mi mayor referente y me gustaría llegar a conocerle.

Dentro del género noir, ¿cuál es su preferida: el ‘hard boiled’, la novela procedimental, los enigmas..?

–Me gustan sobre todo las historias que contienen investigaciones policiales o temas criminalísticos. Como las de Agatha Christie. También me gustó Falcó, de Pérez Reverte.

¿Siempre ha sido aficionado a la escritura?

–Sí. Ahora me dedico a otras cosas, pero cuando trabajaba de vigilante de seguridad, tenía muchas horas por delante ante una mesa con un ordenador y dedicaba un montón de horas a escribir. Lo he hecho desde pequeño, desde que tuve un ordenador decente. Tengo el escritorio lleno de novelas que no han visto la luz y de cosas inconclusas que algún día espero terminar.

"No sé cuándo podré ponerme con la segunda parte; solo puedo decir que, en ella, la cosa se intensifica"

¿Qué supone esta forma de expresión?

–Soy una persona con mucha imaginación, me gusta dejar volar la mente y mi madre me inculcó la afición a la lectura desde niño. Además, escribir me relaja y, sobre todo, me divierte. Es que cuando escribes eres dueño de todo el mundo que creas y de su destino. Tienes el control absoluto. A mí me entretiene mucho inventarme personajes inspirados en personas que conozco. De hecho, en el caso de esta novela, hay amigos que han llamado porque querían ser la próxima víctima (ríe). Y también los protagonistas están inspirados en gente muy cercana.

Daniel Vicente tiene un amigo muy cercano que se llama Pedro...

–Sí, soy yo (ríe). Y Daniel es mi mejor amigo y también es Policía Foral, aunque los apellidos de los personajes sí los he cambiado. Miguel es el único personaje que no existe en mi vida, es como el Robin de Batman.

Al terminar de leer ‘El asesino de las peñas’ queda la sensación de que habrá segunda parte, ¿es así? ¿Cuándo la podremos leer?

–Es difícil hablar de esto sin hacer spoiler, pero me estoy poniendo con ella. Resulta complicado con las dos niñas y me gustaría aprovechar el verano para poder terminarla e iniciar el proceso de corrección y demás, pero no sé si podrá ser. Puedo decir, eso sí, que en la segunda parte la cosa se intensifica bastante...