El viernes 17 de octubre, a eso de las 20:30, por los bares de la Plaza del Ayuntamiento se podían ver a bastantes parroquianos con camisetas de Linaje. Las entradas para su concierto se habían agotado con meses de antelación y por las inmediaciones de Zentral se sentía el ambiente previo a las grandes citas.

A las 21:00, con la sala a medio llenar y el público que continuaba entrando en goteo continuo, se apagaron las luces y, en cuanto se abrió el telón, allí estaban los Rienda Suelta desatando toda su ruidera. Tenían el tiempo justo y fueron al grano. Se habían presentado este mismo verano en el Caballo Blanco, por lo que no puede decirse que sorprendieran, pero, aun así, impactó sobremanera la potencia de su propuesta, la fiereza de sus riffs y el martilleo incesante de su base rítmica. La pervivencia de una fórmula simple y conocida que, si se aplica con las dosis de sabiduría y pasión necesarias, sigue funcionando y emocionando al público. El trío sevillano triunfó en una sala que ya estaba totalmente llena con las canciones de su último álbum, ¿Dónde está el hombre malo?: Turulo, Extranjero, Hortelano… La colaboración de Kutxi Romero no hizo sino redondear su actuación.

FECHA: 17/10/2025

LUGAR: Zentral

INCIDENCIAS: Sala llena, entradas agotadas con varios meses de antelación. Rienda Suelta actuó durante cuarenta ay cinco minutos y Linaje, hora y media larga.

A las 21:00, volvió a abrirse el telón para el comienzo de la actuación de Linaje. El quinteto de Berriozar, que está reventando salas a lo largo y ancho de todo el país con la gira de su primer álbum (Desataron a los perros), también conoce esa fórmula que acababan de practicar los Rienda Suelta, y la hacen suya a su manera. En ese sentido, no esconden sus raíces ni la escuela de la que proceden; de hecho, el propio nombre de la banda hace alusión a su ascendencia familiar y estilística que, lejos de pretender esconder, exhiben con orgullo.

Con una raíz fuerte de rock urbano, pero con la velocidad y la urgencia que confiere el punk (y la juventud), Aarón y compañía repasaron las canciones de su álbum de debut en un concierto que tuvo dos bloques. En el primero destacaron cortes como ¡Ay, morena mía! o Querida libertad; hubo un estreno, Por hijoputa, y colaboraciones de Kutxi y Kolibrí en la versión de Barricada Todos mirando, y de Eder en Askatu ezazu ilea. La separación entre los dos tramos llegó con Aún me duele, interpretada por Aarón con su acústica y Óscar Rodríguez en el violín.

En segundo bloque brilló especialmente A la luna le sobran canciones, un rock con dejes flamenco - rumberos que fue, muy posiblemente, el corte que más conectó con el público, así como A remojo, Chatarra y laurel y Nunca quise tu esqueleto, que contaron con las colaboraciones de Oier Villanueva, Martín Romero y Juanito Lorente de Bocanada, y el Piñas de Marea, respectivamente. Todavía se quedaron un rato más sobre el escenario, festejando su triunfo y compartiéndolo con su equipo. La noche había sido importante para ellos y anunciaron una segunda fecha en casa: será el 10 de abril en la Tótem. Que se den prisa los que se quedaron sin entrada, porque, al paso que van estos chavales, igual les vuelve a pasar lo mismo.