Si la semana pasada ya nos confirmaron que Disney había comprado la Fox para arrancarse un viaje a la reconquista del universo audiovisual, a través de su plataforma en la que cuenta con su histórico fondo de armario de miles de filmes que son parte de la cultura contemporánea, ahora el turno es del Apple. De hecho, ayer hicieron la presentación del proyecto en el edificio insignia que levantaron con el nombre de su fundador Steve Jobs en Cupertino, en la mismísima California. Las espadas están en alto y hay ya gigantes como Netflix y Amazon Prime que les llevan la delantera en esto de convertir el ocio televisivo en una continua oferta para que el espectador encuentre el chiringuito abierto de noche y día. La ley de la oferta y la demanda del mundo audiovisual va a arrancar con una competencia feroz que en principio beneficiará a los espectadores convertidos ya en auténticos consumidores de ocio. Pero esta oferta ya no solo abarca la televisión. En el caso de Apple ya ha presentado su servicio de videojuegos en línea además de ofrecer suscripciones de noticias tanto de televisión y también de prensa que abarca con cerca de 200 periódicos. La globalización informativa y de entretenimiento puede estar en tan pocas manos que da vértigo imaginarlo. No es cuestión de imaginación sino una realidad evidente. Están ahí haciéndonos gestos para que conectemos nuestro terminal a su paraíso. De momento hay grupos de información que permanecemos al margen como guardianes durante un tiempo de la alternativa al oligopolio mundial. Buena parte de los periódicos más prestigiosos estén fuera de esta red de grandes multinacionales del divertimento y la información. El tiempo dirá sí toda esta reunificación de medios en tan pocas manos fue una equivocación, una trampa o la consecuencia lógica de lo que tenía que pasar. De momento seguimos informando de ello que no es poco.