El nombre de Pippi fue una ocurrencia de su hijo de siete años y sus historias nacieron dos años después, cuando la escritora sueca Astrid Lindgren guardaba reposo para recuperarse de la fractura de una pierna.La película de Pernille Fischer Christensen se centra en los años de juventud de la autora, cuando se vio obligada a dejar a su hijo en Dinamarca en una casa de acogida.