Una historia a lo Agatha Christie en un entorno estilo Titanic. Así es Alta mar, la nueva serie española de Netflix que se estrena hoy y que cuenta con un elenco encabezado por Ivana Baquero, Jon Kortajarena y José Sacristán. La serie comienza cuando una mujer cae al mar durante la travesía del buque Bárbara de Braganza por el Atlántico y pronto se descubre que fue arrojada intencionalmente, por lo que todos los pasajeros son sospechosos. La víctima es una pasajera de identidad desconocida, ya que nadie recuerda haberla visto y su nombre no aparece en la lista de a bordo. “Hay muchos secretos”, comenta Baquero, que interpreta a Eva. “Incluso de índole política, va a ser muy complejo, ya que estarán relacionadas con un pasado un tanto oscuro que, de momento, no puede desvelarse”, confiesa Sacristán, que encarna a Pedro Villanueva, hermano del padre fallecido de Eva. Alta mar es una ficción en la que cada protagonista guarda un secreto, incluso los que aparentan ser más inocentes. “Todos los seres humanos tenemos secretos emocionales, si anduviésemos por la vida diciendo todas las verdades, no podríamos convivir”, explica el argentino Eduardo Blanco, que se mete en la piel del capitán del barco, Santiago Aguirre. “En esta serie todos tienen secretos y son susceptibles a ser sospechosos de algo”, detalla Eloy Azorín, que interpreta a Fernando, el prometido de Carolina (Alejandra Onieva), hermana de Eva.

atlántico Algo que destaca de Alta mar es el cuidado aspecto técnico del que puede presumir, llegando incluso a parecer que los personajes están en el océano Atlántico. “Es maravilloso que, en todo el tiempo que hemos estado rodando, por las ventanas viéramos el mar”, comenta Eduardo Blanco, que destaca que, “apretando solo un botón”, el océano en calma “pase a ser una tormenta” que puede poner en peligro la vida de los pasajeros. “Nos ayudó mucho. La serie tiene unos decorados increíbles, un vestuario muy cuidado, es una maravilla”, dice. En la serie también destaca que hay actores de prestigio reconocido, muchos de ellos colaboradores habituales de las producciones de Bambú. “Llevo diez años con ellos, es muy agradable. He ido evolucionado a su lado desde que hice Guante blanco y Gran Hotel. Te sientes parte de algo, casi como la familia que tenemos en este barco. Hay una confianza recíproca”, declara Azorín.

La trama, creada por Ramón Campos y Gema R. Neira, arranca con un crimen por resolver a bordo de un crucero de lujo que zarpa rumbo a Brasil desde la España de los años 40 y ha sido recreada a lo grande en dos platós que suman casi 2.000 metros cuadrados en la localidad madrileña de El Álamo, a 40 kilómetros de la capital.

“Hay elementos de Agatha Christie, de thriller tradicional, de romance, pero hay una variante que me interesa mucho y son las diferentes capas sociales que integran este universo”, señala Sacristán, que repite con Bambú después de Velvet y Velvet Colección. El actor destaca cómo la plataforma ha sabido marcar la diferencia. “El tiempo lo manejas tú. Hay unas atenciones que no suelen darse en producciones de otras compañías”, explica. Alta mar se mantiene fiel al estilo de esta productora, especialmente a series como Gran Hotel o Las chicas del cable, historias agradables a la vista, con tramas que enganchan.

Durante la presentación de la primera temporada, de 8 episodios, Netflix confirmó que habrá segunda y que el rodaje ya ha comenzado. El peso recae en Ivana Baquero y Alejandra Onieva, que dan vida a Eva y Carolina, dos hermanas inseparables pero muy diferentes que nada más arrancar el primer episodio meten como polizón a una misteriosa joven (Manuela Vellés) cuya vida corre peligro. “Eva es una escritora que viaja a Brasil en busca de una nueva vida”, explica Baquero. “Pero es muy curiosa y con mucha imaginación. Las dos hermanas son muy diferentes pero están muy unidas”, precisa Onieva. “Carolina ejerce un poco el papel de madre, es una correcta, clásica, no quiere conflictos”. - Efe/E.P.